Plan de vacunación contra la COVID-19 no ha dejado
atrás a personas refugiadas y migrantes en Ecuador

Para Ángela, vacunarse significó mantenerse segura luego de que la pandemia por COVID-19 haya amenazado su vida. Crédito: GTRM/ACNUR

Con precaución, Ángela del Valle, hace la fila para ponerse la vacuna contra la COVID-19 en un centro de salud de la ciudad costera de Guayaquil. Unos días antes, había escuchado del apoyo que las organizaciones socias del Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes estaban brindando a las personas en movilidad humana como ella para acceder a la vacuna.

“Para la familia era muy importante que mi abuelita pudiera protegerse frente al virus”, dice la nieta de Ángela. A sus 76 años, esta adulta mayor venezolana se había contagiado de la COVID-19 unos meses antes de vacunarse. La salud de Ángela se había deteriorado mucho, llegando a estar en situación crítica. “Esos días lo pasamos muy mal, estuvimos muy preocupados por ella, pero por suerte fue muy fuerte y pudo recuperarse. Ahora, una vez vacunada, nos sentimos más tranquilos”, explica su nieta.

Crédito: GTRM/ACNUR

Hace cuatro años, Ángela y su familia salieron de Venezuela. Para Ángela, que tiene una prótesis en su rodilla y se mueve en silla de ruedas, era imposible acceder al tratamiento médico que necesitaba en su país. Por eso, a la familia no le quedó más remedio que salir en busca de un lugar seguro, algo que encontró en Ecuador. Ella es una de las más de 6 millones de personas venezolanas que se han ido de su país a raíz de la escasez generalizada de insumos básicos y la inseguridad, entre otras razones.

Llegar a Ecuador significó un alivio en muchos sentidos. Aunque la situación de la familia era complicada, en Guayaquil recibieron ayuda de organizaciones del grupo de trabajo para acceder a otros servicios de salud. Esto incluyó atención de salud primaria, dental y psicosocial; vacunación en el esquema regular, acceso a medicinas y a información sobre planificación familiar y a métodos anticonceptivos. Además, Ángela y su nieta participaron en varios cursos que les permitieron mejorar sus habilidades y hacer nuevas amistades.

Sin embargo, la llegada  de la pandemia puso en pausa sus sueños de construir un nuevo futuro en Ecuador, un país en donde, hasta diciembre de 2021, se habían contagiado más de medio millón de personas y unas 33.500 habían fallecido.

Como Ángela y su nieta, alrededor de 13 millones de personas se vacunaron contra la Covid-19 en Ecuador durante el 2021. De ellas, más de 200.000 eran personas refugiadas y migrantes de Venezuela, quienes accedieron al plan nacional de vacunación del Gobierno. En 2022, se espera que las acciones de los socios del grupo de trabajo apoyen a unas 239.000 personas, incluyendo, entre otras acciones, aquellas relacionadas a la prevención de la COVID-19.

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