NECESIDADES PRIORITARIAS

Ecuador enfrenta una crisis nutricional, reflejada en la alta prevalencia de retrasos en el crecimiento tanto en las comunidades de acogida (afectando a un 25 por ciento de los niños y niñas) como en las personas refugiadas y migrantes (18 por ciento de los niños y niñas)16.  El retraso en el crecimiento es el resultado de una nutrición insuficiente prolongada y/o infecciones recurrentes que limitaron el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo. Esta significativa proporción de niños y niñas afectados en Ecuador implica que el esfuerzo por reducir la desnutrición infantil debe ser una prioridad de la asistencia a las personas refugiadas y migrantes al igual que a sus comunidades de acogida.

 La pandemia por COVID-19 ha contribuido al deterioro de la situación económica en el país y ha empeorado la inseguridad alimentaria familiar – uno de los factores determinantes de la nutrición infantil: de acuerdo a la JNA, el 73 por ciento de los hogares de personas refugiadas y migrantes en Ecuador enfrentan dificultades para acceder a alimentos adecuados y suficientes. La pandemia, además, ha impactado los servicios de salud y nutrición, incluyendo vacunaciones y la cobertura de suplementos de micronutrientes en niños, niñas y mujeres embarazadas y lactantes, lo cual también puede contribuir al empeoramiento del estado nutricional de los niños, niñas y mujeres refugiadas y migrantes. En general, las personas refugiadas y migrantes de Venezuela en tránsito son particularmente vulnerables a las deficiencias nutricionales, ya que el acceso a alimentos de calidad y en cantidad suficientes puede ser inconstante durante los trayectos. Esto resulta en una necesidad creciente de monitoreo y protección de su estado nutricional.

Foto: GTRM/UNICEF

ESTRATEGIA DE RESPUESTA

Para responder a las necesidades nutricionales en 2022, los socios del Sector enfocarán sus acciones en:

1) Caracterizar  a las personas refugiadas y migrantes de Venezuela al igual que a los miembros de la comunidad de acogida vulnerables y menores de cinco años para identificar y evaluar sus necesidades nutricionales;

2) Llevar a cabo brigadas de atención para proveer servicios de nutrición y enlazar a las familias con servicios de salud pública; y

3) Distribuir suplementos nutricionales para prevenir la desnutrición y proveer asesoramiento nutricional a las familias con niños y niñas menores de dos años. Los niños y niñas menores de cinco años, las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia y sus familias serán priorizados en la distribución de la asistencia nutricional. Esta priorización se hará particularmente en las ciudades de Guayaquil, Machala y Quito, al igual que en ciudades en las principales zonas fronterizas, tanto en la frontera norte con Colombia como en la frontera sur con Perú.

Los socios del Sector de Nutrición proveerán atención directa a través de brigadas de salud y nutrición, asistencia directa a personas en tránsito y servicios de asesoramiento nutricional.

En estrecha colaboración con otros Sectores relevantes, estas actividades se complementarán con transferencias monetarias, especialmente con socios que proveen cupones para la compra de comida, que también proveerán asesoramiento nutricional a las familias. Adicionalmente, las evaluaciones sobre el estado de nutrición apoyarán los esfuerzos para incidir por el acceso de personas refugiadas y migrantes a servicios de salud pública y a otros servicios clave como educación infantil temprana, protección y WASH, mediante referencias.

[16]     Ver La prevalencia de emaciación en niños y niñas menores de 15 años a partir de 2019, en Banco Mundial, Retos y oportunidades de la migración venezolana en Ecuador, 2020 https://reliefweb.int/report/ecuador/retos-y-oportunidades-de-la-migraci-n-venezolana-en-ecuador