REPORTE DE FIN DE AÑO RMRP 2024
resultados de la implementación del rmrp 2024
PERSONAS ALCANZADAS
En 2024, los socios del R4V alcanzaron a 1.49 millones de personas refugiadas, migrantes y miembros de comunidades de acogida afectadas en 17 países de América Latina y el Caribe (ALC), brindando una amplia gama de asistencia multisectorial.
El Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) 2024 fue implementado por 341 organizaciones, incluyendo agencias de la ONU, ONG nacionales e internacionales, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, entidades gubernamentales, actores del sector privado y organizaciones religiosas. Entre ellas, 47 fueron lideradas por personas migrantes y refugiadas.
Cabe destacar que la participación de organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes como socios solicitantes aumentó a 64 en el RMRP 2025-2026, frente a 46 en el RMRP 2023-2024, lo que refleja una creciente localización y liderazgo de las comunidades afectadas.

“Gracias al apoyo de los socios de R4V, hemos podido alquilar un lugar donde podemos vivir con dignidad. También hemos recibido apoyo psicosocial, lo cual ha sido esencial para comprender la cultura de este nuevo país y abrir mi mente. Este acompañamiento me ha ayudado a conocerme mejor, sentirme libre y seguir adelante.”
Jorge (Argentina)

“Hemos enfrentado momentos difíciles en República Dominicana. En un momento, mi esposa y yo perdimos nuestros trabajos. Sin ingresos, nos atrasamos con el alquiler y nos cortaron la electricidad. Pero nunca nos faltó la provisión de Dios en cuanto a alimentos. Las organizaciones nos proporcionaron suministros de comida, y nuestros vecinos también nos ofrecieron su apoyo”
Saúl (Dominican Republic)

“Coordinar nuestros horarios en Chile fue un desafío. Los niños salían de la escuela a las 3:00 p.m., y nosotros terminábamos de trabajar a las 6:00. Iniciamos nuestro negocio para tener más control sobre nuestro tiempo. Vendo pasteles por las mañanas y pizzas por las noches, desde casa. Esto fue posible gracias a la capacitación que recibimos y al horno proporcionado por una organización que apoya el emprendimiento.”
Eyasmir González (Chile)

“Buscamos personas que se mudan a otras ciudades y prefieren no llevarse todas sus pertenencias. Compramos estos artículos, los reacondicionamos y los revendemos. Por eso, el apoyo que recibimos para cubrir el alquiler por parte de una de las organizaciones socias de R4V ha sido de gran ayuda. El dinero que ahorramos en el alquiler nos permitió reinvertir en nuestro negocio.”
Sergio (Colombia)

“Encontrar trabajo en Costa Rica fue difícil. Este desafío me llevó a conectarme con organizaciones que me ofrecieron oportunidades de capacitación. Tomé cursos de emprendimiento y de inglés, lo cual me inspiró a apoyar a otros migrantes y refugiados como yo personas que merecen empatía.”
Jorge (Costa Rica)

“Dirigir un negocio requiere conocimientos en áreas como contabilidad, marketing y más. Las organizaciones dentro de R4V han sido fundamentales en brindarnos apoyo, ofreciendo capacitación, orientación y asistencia continua, además de amabilidad y motivación. Amo al personal de estas organizaciones: se han convertido en como una familia para mí.”
Anyoselin (Ecuador)

“El viaje hacia Perú fue difícil; el frío y las noches fueron todo un reto. Encontrar comida también fue una lucha constante—algunos días, solo podíamos alimentar a los niños. Afortunadamente, nos encontramos con organizaciones que nos ofrecieron asistencia y alimentos, lo cual fue invaluable, especialmente porque enfrentamos discriminación en el camino.”
Jolfren (Perú)
MONITOREO DEL RMRP 2024
HISTORIAS DE MIGRANTES Y REFUGIADOS








FINANCIAMIENTO DEL RMRP 2024
GrupOs DE TRABAJO Y TEMAS TRANSVERSALES
Información de R4V, el RMRP y organizaciones socias
¿QUÉ ES R4V?
En abril de 2018, el Secretario General de las Naciones Unidas encargó a la OIM y al ACNUR coordinar la respuesta regional a la situación de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela. Como resultado, se estableció la Plataforma de Coordinación Inter agencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) como un foro para coordinar los esfuerzos de respuesta en 17 países de América Latina y el Caribe.
¿QUÉ ES EL RMRP?
Desde 2018, el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) ha servido como un plan estratégico regional de respuesta y una herramienta de incidencia para apoyar las operaciones a nivel país y subregional, y para garantizar que se atiendan las necesidades humanitarias, de protección e integración más urgentes de las personas migrantes y refugiadas en los 17 países cubiertos por R4V, así como las de las comunidades de acogida.
El RMRP 2024, un plan de respuesta basado en evidencia presentó prioridades operativas, actividades y requerimientos financieros para abordar las brechas que enfrentan las personas refugiadas y migrantes en la satisfacción de sus necesidades básicas. Estas brechas fueron identificadas en el Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes (RMNA) 2023, que utilizó recolección de datos primarios y análisis de datos secundarios en toda la región.
El siguiente plan de respuesta, el RMRP 2025-2026, fue lanzado en diciembre de 2024. En 2025, el plan tiene como objetivo alcanzar a 1.79 millones de personas, incluyendo migrantes, refugiados y comunidades de acogida afectadas. Un total de 229 organizaciones socias en los países R4V de América Latina y el Caribe están incluidas en el llamado.
organizaciones socias del rmrp 2024
United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR) Adventist Development and Relief Agency (ADRA) Argentine Commission for Refugees and Migrants (CAREF) Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes Panamerican Health Organization/World Health Organization (PAHO/WHO) Red de Investigaciones en Derechos Humanos – CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) HELVETAS Swiss Intercooperation International Organization for Migration (IOM) Munasim Kullakita Foundation United Nations Population Fund (UNFPA) United Nations Children’s Fund (UNICEF) Manos Veneguayas Association Asociación Civil El Paso Jesuit Migrant Service (JMS) UruVene International Labour Organization (ILO) CPUED Idas y Vueltas Association Caritas Bolivia Red Cross Bolivia United Nations Entity for Gender Equality and the Empowerment of Women (UNWOMEN) Mirares Save the Children International (SCI) World Food Programme (WFP) Red Cross Argentina Fundación Scalabrini Bolivia Fundación Quimera HIAS Plataforma de Personas que Ejercen Trabajo Sexual Young Potential Development Ecuador SA (LAB XXI) SOS Children’s Villages Solidarity and Action Asociation Asociación Venezuela en Ecuador AC ActionAid CARE ChildFund International Permanent Human Rights defense Committee (CDH) Kimirina Coorporation Danielle’s Children Fund (DCF) Alas de Colibrí Foundation Foundation of the Americas (FUDELA) Educational Foundation Rada Lunita Lunera Foundation Panamerican Development Foundation Takuna Foundation Tarabita Foundation Terranueva Foundation Institute of Natural and Cultural Heritage (IPANC) Norwegian Refugee Council (NRC) United Nations Office of the High Commissioner for Human Rights (OHCHR) United Nations Development Programme (UNDP) Diálogo Diverso German Development Cooperation Agency GIZ Asociación Civil Lluvia Arcoiris Asociación de Venezolanos en Eloy Alfaro Asociación de Ciudadanos Migrantes Por Venezuela World Bank Development and Self-Management Center International Committee for the Development of People (CISP) COOPI – International Cooperation Foundation Corporación de Desarrollo de Ambato y Tungurahua Red Cross Ecuador Cuso International Caritas Ecuador Fundación Doña Milagros Ending Violence Against Migrants Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio Fundación Hermandad Integrada por la Solidaridad del Inmigrante Foundation for the Integration and Development of Latin America (FIDAL) Organized Front of Venezuelans for Service and Assistance Association Fundación Arupo AVSI Foundation CRISFE Foundation Fundación Esquel Fundación Haciendo Panas Fundación MUEVE Fundación Mujer & Mujer Humanity & Inclusion iMMAP Inc. IMPACT Initiatives (REACH) International Rescue Committee (IRC) Las Reinas Pepiadas
Mision Scalabriniana – Ecuador United Nations Programme for Human Settlements (UN Habitat) Plan International RET International Jesuit Refugee Service (JRS) United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO) United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC) World Vision World Council of Credit Unions Fundación Manos Venezolanas Fundación Honrar la Vida Asociación de Venezolanos y Refugiados en el Estado de Amazonas Associação Venezuelana em Campo Grande Casa Venezuela Irmandade sem Fronteiras Rede Internacional de Ação Comunitária – Interação Associação Venezuela Global Banho de Cidadania – Recife Caritas Rio de Janeiro Serviço Pastoral dos Migrantes do Nordeste Pastoral Service for Migrants National Caritas São Paulo Institute for Migration and Human Rights (IMDH) Jesuit Service for Migrants and Refugees (JSMR) ASBRAD – Associação Brasileira de Defesa da Mulher da Infância e da Juventude Caritas Brazil Caritas Manaus Associação Hermanitos Compassiva Mana Institute Museu A CASA Refúgio 343 IEB – Instituto Internacional de Educação do Brasil Caritas Parana Migrant Service Center (CAM) Fraternity Without Borders Center for Integrated Studies and Programs for Sustainable Development (CIEDS) Fraternity – International Humanitarian Federation Salvation Army Vale da Benção Educational and Charitable Association (AEBVB) Missão Paz Caritas Switzerland Movimiento de Integración y Liberación Homosexual International Federation of the Red Cross (IFRC) Caritas Chile Amigos Migrantes Sin Fronteras ONG Migrantes por el Maule Inmigrante Feliz Association Compromiso Migrante INCAMI – Instituto Católico Chileno de Migración Danish Refugee Council (DRC) Fundación Humano y Libre Asociación de Venezolanos en México ASOCIACION DE EMPRESARIOS VENEZOLANOS EN MÉXICO Asociación de Mujeres Venezolanas en México City of Knowledge Fundación Activados Panamá Fundación Espacio Creativo Joint United Nations Programme on HIV/AIDS (UNAIDS) Panamerican and Caribbean Union for Human Rights Coalición por Venezuela Action against Hunger OXFAM Acción y Desarrollo Sección Peruana de Amnistía Internacional Angeles del Camino Asociacion Proteccion Poblacion Vulnerable Apurimac ETS ASOCIACIÓN DE VENEZOLANOS EN TRUJILLO Centro de Atencion Psicosocial (CAPS) Asociación Caritas Madre de Dios Caritas Peru Ronald McDonald House CCEFIRO Association Centro de Desarrollo Humano CEDRO CESAL CHS Alternativo Consejo Interreligioso del Perú – Religiones por la Paz Red Cross Peru Encuentros SJS (Servicio Jesuita de la Solidaridad)
Asociación Fundación contra el Hambre Perú Foro Salud Callao Hanns-Seidel-Stiftung Instituto de Democracia y Derechos Humanos – Pontificia Universidad Católica del Perú Instituto de Promoción del Desarrollo Solidario Lutheran World Relief MAG-The Bay Movimiento Migrante OCASIVEN Pasos Firmes Programa de Soporte a la autoayuda de personas seropositivas Asociación Quinta Ola Asociación Misioneros de San Carlos Scalabrinianos Si, Da Vida Partners in Health German Sparkassenstiftung Latin America and the Caribbean (DSIK) TECHO Terre des Hommes Suisse Cayetano Heredia University Unión Venezolana en Perú VeneActiva Venezuelan’s International Care Assistance ASOCIACIÓN VENEINTEGRA We World GVC Blumont Centro de Servicios para al capacitación Laboral y el Desarrollo Japan Agency for Development and Emergency Más Igualdad Perú PRISMA Fundación Pro-Integración Inclusión y Participación VeneAruba Solidaria Caritas Willemstad Human Rights Defence Curaçao Salú pa Tur Foundation Venex Curaçao Foundation Asociación Aves Colonia Foundation of Venezuelans in the Dominican Republic (FUNCOVERD) Dominican Institute for Integrated Development Heartland Alliance International (HAI) Fundación Venezolanos en San Cristóbal Globalizate Radio Venezuelan Emigrant Foundation (FEV) Rape Crisis Society of Trinidad and Tobago Living Water Community Caribbean Centre for Human Rights Catholic Commission for Social Justice/Archdiocese’s Ministry For Migrant And Refugees La Casita Hispanic Cultural Centre The Heroes Foundation Chosen Hands (Arts and Wellness Program) ACTED Alianza por la Solidaridad Caritas Germany Red Cross Colombia Diakonie Katastrophenhilfe Lutheran World Federation Halü Bienestar Humano Foundation (HALU) Fundación Operación Libertad Internacional Fundación Venezuela & Colombia Samaritan’s Purse Solidarités International ZOA ASOCIACIÓN ALAS DE LIBERTAD MANOS DE AMOR, BENDICIONES Y GRATITUD Asociación Mujeres Positivas Activas Asociación Deredez por las victimas de frontera connacionales IsraAID Corporación Dios nos Brinda una Segunda Oportunidad Fundación Aires de Esperanza Fundación RadaBer Profamilia Association Corporación Alianza Humanitaria Tricolor De Pana Que Sí Fundación Cultural Simón Bolívar Fundación Sin Frontera Manizales GOAL LLANOVENCOL Malteser International Mercy Corps United Nations Food and Agricultural Organization (FAO) FUNDACION REDHUMANIST Fundación Alianzas Solidarias Fundación Brisas del Norte Fundación Tierra de Paz Welcome Venezuela Americares Foundation MedGlobal
Panorama Regional
En 2024, los socios de R4V alcanzaron a 1,49 millones de personas refugiadas, migrantes y miembros de comunidades de acogida afectadas en 17 países de América Latina y el Caribe (ALC), brindando una amplia gama de asistencia multisectorial. El Plan Regional de Respuesta para Personas Refugiadas y Migrantes (RMRP, por sus siglas en inglés) 2024 fue implementado por 341 organizaciones, incluidas agencias de la ONU, ONG nacionales e internacionales, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, entidades gubernamentales, actores del sector privado y organizaciones basadas en la fe. De estas, 47 eran lideradas por personas migrantes y refugiadas. Cabe destacar que la participación de organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes como socias solicitantes aumentó a 64 en el RMRP 2025-2026, frente a 46 en el RMRP 2023-2024, reflejando una creciente localización y liderazgo de las comunidades afectadas.
El Análisis de Necesidades de Personas Refugiadas y Migrantes (RMNA 2024) identificó a 4,18 millones de personas venezolanas viviendo en los 17 países del RMRP que continúan enfrentando grandes obstáculos para acceder a la integración, la protección, los servicios básicos y condiciones de vida dignas. Con 7,9 millones de personas venezolanas que han salido de su país —6,7 millones de ellas residiendo en la región de ALC— los gobiernos, comunidades de acogida y poblaciones afectadas siguen enfrentando importantes desafíos humanitarios y de integración. En respuesta, los socios de R4V priorizaron tanto la asistencia humanitaria para salvar vidas como los esfuerzos de integración inclusiva, con el objetivo de atender necesidades urgentes y, al mismo tiempo, sentar las bases para soluciones a largo plazo. La Plataforma R4V también ha evolucionado en paralelo, adaptándose estratégica y operativamente al contexto cambiante.
Durante 2024, las elecciones presidenciales en Venezuela generaron una nueva ola de incertidumbre y tensión en la región. Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y varios países latinoamericanos fueron suspendidas, y se interrumpieron los vuelos directos, lo que limitó aún más la capacidad de las personas venezolanas para acceder a servicios consulares o viajar regularmente. Estos acontecimientos agravaron los desafíos ya enfrentados por personas refugiadas y migrantes en la región, especialmente aquellas que buscaban documentación, reunificación familiar o acceso a mecanismos de protección. La interrupción de los servicios consulares obstaculizó los procesos de regularización en curso, mientras que el contexto político y de seguridad en evolución en Venezuela aumentó la ansiedad y el malestar emocional entre las comunidades en el exterior. Estos desafíos se vieron aún más agravados por medidas migratorias cada vez más restrictivas en la región, que limitaron las vías regulares y llevaron a muchas personas migrantes y refugiadas a seguir buscando acceso a otros países en busca de seguridad, documentación y oportunidades de integración. Anticipando posibles movimientos y cambios en las necesidades humanitarias, los socios de R4V trabajaron estrechamente con autoridades nacionales para adaptar la planificación de contingencia y mantener la preparación en puntos clave de frontera y recepción urbana.
En este entorno complejo, los sectores de R4V implementaron respuestas coordinadas para abordar tanto necesidades inmediatas como estructurales. En el Sector de Educación, los socios trabajaron para garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes refugiados y migrantes a acceder a la educación, facilitando la matrícula escolar y abordando barreras clave mediante la provisión de materiales escolares, uniformes y transporte. A pesar de estos esfuerzos, solo se alcanzó alrededor del 20% de la meta del sector, reflejando limitaciones de financiamiento y desafíos persistentes para superar barreras estructurales, como la capacidad limitada de las escuelas, restricciones financieras y barreras lingüísticas.
En el Sector de Seguridad alimentaria, más de 690.000 personas recibieron asistencia alimentaria directa, incluidos kits de alimentos, comidas calientes y vales alimentarios. En respuesta al aumento de los precios de los alimentos y a la vulnerabilidad a nivel de los hogares, los socios también fortalecieron comedores comunitarios y apoyaron la infraestructura local para mejorar la resiliencia de los mecanismos de asistencia alimentaria.
El acceso a la atención médica siguió siendo un pilar central de la respuesta. Más de 450.000 personas migrantes, refugiadas y miembros de comunidades de acogida afectadas se beneficiaron de servicios de salud. Los socios también apoyaron la resiliencia de los sistemas públicos de salud mediante la entrega de suministros médicos, la promoción de campañas de vacunación y el fortalecimiento de rutas de referencia. Para garantizar el acceso a servicios esenciales, incluidos salud, asistencia legal y educación, el Sector de Transporte humanitario apoyó a más de 57.000 personas con traslados locales, ayudando a superar barreras de movilidad y costos.
El Sector de Integración alcanzó acerca de 192.000 personas, con actividades centradas en fortalecer el acceso al mercado laboral y promover la cohesión social. Los esfuerzos incluyeron formación vocacional y lingüística, apoyo al emprendimiento y reconocimiento de habilidades, así como la organización de iniciativas culturales y comunitarias. En un contexto de inestabilidad financiera y discriminación que sigue obstaculizando la inclusión socioeconómica, estas iniciativas desempeñaron un papel clave en el apoyo a la integración a largo plazo de personas refugiadas y migrantes en las comunidades de acogida.
El Sector de Protección brindó asistencia especializada acerca de 700.000 personas, abordando riesgos vinculados al estatus migratorio irregular, la falta de documentación y la exposición a la explotación y la violencia. Los esfuerzos se centraron en mejorar el acceso a información legal, apoyar procesos de regularización y derivar a procedimientos de asilo cuando correspondía. Además de estas intervenciones transversales, los tres subsectores del sector desempeñaron un papel fundamental en la atención a grupos específicos en situación de riesgo. Los socios de Protección de la niñez apoyaron a más de 87.000 niñas, niños y cuidadores mediante apoyo psicosocial, gestión de casos y derivaciones a servicios especializados, al tiempo que trabajaron para fortalecer los sistemas nacionales de protección de la niñez. En el subsector de Violencia basada en género, los socios de R4V brindaron apoyo a más de 100.000 personas a través de espacios seguros, asistencia legal y psicosocial, y actividades de sensibilización sobre prevención y respuesta. También se brindó fortalecimiento de capacidades a actores nacionales y se contribuyó al desarrollo de protocolos y enfoques centrados en las personas sobrevivientes. En el subsector de Trata y Tráfico de Personas, se asistieron a 10.500 personas con identificación, derivación y acceso a servicios de apoyo, mientras se reforzaron los esfuerzos para mejorar la capacidad institucional y la coordinación transfronteriza, a fin de responder de manera más eficiente a los riesgos de protección en rutas clave y contextos urbanos.
En el Sector de Nutrición, los socios alcanzaron a más de 51.000 mujeres embarazadas y lactantes, así como a niñas y niños menores de cinco años, brindando intervenciones que salvan vidas como la suplementación con micronutrientes y consejería nutricional. Estas acciones ayudaron a prevenir y tratar la malnutrición, mitigando sus impactos a largo plazo en el desarrollo físico y la supervivencia.
El alojamiento siguió siendo un sector crítico en la respuesta de 2024, especialmente ante el alto costo de la vivienda y las condiciones precarias que enfrentan muchas personas migrantes y refugiadas en los países de acogida. Más de 128.000 personas fueron apoyadas con soluciones habitacionales tanto a corto como a largo plazo, incluyendo asistencia para el alquiler, albergues transitorios y acceso a viviendas colectivas. Además de la asistencia directa, los socios trabajaron para mejorar las condiciones en asentamientos informales y albergues de emergencia, y abogaron por políticas de vivienda inclusivas que amplíen el acceso a viviendas seguras y adecuadas. El sector también se enfocó en adaptar herramientas y estrategias de alojamiento para responder a necesidades cambiantes, en coordinación con instituciones nacionales de vivienda y servicios sociales.
En el Sector de Agua, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés), más de 152.000 personas fueron alcanzadas con intervenciones destinadas a reducir riesgos de salud pública y mejorar las condiciones de vida, especialmente en albergues colectivos, zonas fronterizas y barrios urbanos desatendidos. Los socios proporcionaron acceso a agua segura, kits de higiene y mejoras en infraestructura sanitaria en escuelas, centros de salud y alojamientos temporales. Las actividades de promoción de la higiene también desempeñaron un papel clave en el bienestar individual y la prevención de brotes de enfermedades, particularmente en entornos densamente poblados o entre poblaciones recién llegadas.
A lo largo de todos los sectores, el apoyo financiero siguió siendo una modalidad esencial de respuesta, promoviendo la flexibilidad y la dignidad en la satisfacción de necesidades individuales y familiares. Alrededor de 179.000 personas se beneficiaron de este tipo de apoyo, lo que les permitió cubrir diversas necesidades básicas en un contexto de recursos limitados y múltiples vulnerabilidades superpuestas.
En 2024, la Plataforma R4V fortaleció la integración de temas transversales en todos los sectores de la respuesta, alineándose con las prioridades de los gobiernos anfitriones y reforzando un enfoque centrado en las personas y basado en derechos. La Comunidad de práctica sobre la Protección contra la explotación y el abuso sexual (PEAS) apoyó a los socios en la institucionalización de mecanismos sólidos de prevención y respuesta, incluso mediante una red consolidada de puntos focales en cada plataforma. Estos puntos focales desempeñaron un papel clave en la promoción de medidas colectivas de PSEA y en garantizar el cumplimiento de estándares mínimos.
Paralelamente, el Grupo de trabajo sobre Rendición de cuentas a las poblaciones afectadas (AAP) y Comunicación con comunidades (CwC) amplió los esfuerzos de fortalecimiento de capacidades para apoyar a los socios en la promoción de una comunicación bidireccional e integración de mecanismos de retroalimentación que colocan a las comunidades en el centro de la respuesta. Junto con los sectores de R4V, se codesarrollaron y difundieron mensajes regionales clave para contrarrestar la desinformación y brindar orientación clara sobre los riesgos asociados a rutas irregulares y la disponibilidad de vías regulares.
R4V también elevó la importancia de la sostenibilidad ambiental en la respuesta humanitaria. Como parte del proceso de planificación en 2024, se introdujo un nuevo Marcador Ambiental, que sentó las bases para integrar soluciones basadas en la naturaleza y medidas de resiliencia climática en las actividades de la plataforma. Estos esfuerzos no solo buscaron mitigar la huella ambiental de las propias operaciones, sino también generar beneficios para las comunidades de acogida y los ecosistemas, especialmente en zonas afectadas por la degradación ambiental, como áreas fronterizas y asentamientos urbanos con rápido crecimiento poblacional.
Durante el año también se continuaron los esfuerzos para fortalecer la coordinación basada en evidencia. Además de iniciativas emblemáticas como el RMNA 2024 y la Actualización del RMRP 2024, la Plataforma generó una serie de productos informativos periódicos —incluyendo Reporte de movimientos, Actualizaciones de situación y Reportes especiales sobre crisis emergentes y situaciones en evolución. Los datos sobre personas alcanzadas y contribuciones financieras se hicieron públicos a través de los tableros de Monitoreo y Financiamiento de R4V, mejorando la transparencia y permitiendo a socios, donantes y gobiernos monitorear el progreso en todos los sectores y países. Estas herramientas, junto con esfuerzos de comunicación más amplios a través de redes sociales y el portal R4V.info, fueron fundamentales para mantener la conciencia y el compromiso en toda la región.
Para ofrecer un resumen integral de los aspectos técnicos y prácticos de la coordinación interinstitucional en la respuesta a movimientos mixtos de personas refugiadas y migrantes, también se publicó en 2024 el Manual R4V. Asimismo, reafirmando su compromiso con la localización y la inclusión significativa de voces migrantes y refugiadas, R4V publicó un informe sobre la Participación de organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes en la Plataforma R4V, que presentó hallazgos clave y recomendaciones derivadas de consultas realizadas con estas organizaciones durante 2024.
Por segundo año consecutivo, el RMRP se implementó bajo un marco bienal, con una actualización anual para reflejar las necesidades cambiantes y realidades operativas. Para el RMRP 2024, a pesar de los esfuerzos significativos, la respuesta estuvo gravemente subfinanciada. Solo se recibieron 447,3 millones de dólares estadounidenses, lo que equivale al 28,2% de los 1,59 mil millones requeridos. Desde el RMRP 2022, los fondos pasaron de cubrir el 50% de las necesidades requeridas a menos del 30%. Esta falta crónica de financiamiento puso en riesgo la capacidad de los socios para mantener y ampliar servicios críticos.
A pesar de un panorama operativo y financiero desafiante, los socios alcanzaron a 1,49 millones de personas con apoyo multisectorial, contribuyendo a la estabilización e inclusión de personas migrantes y refugiadas en América Latina y el Caribe. Estos logros fueron posibles gracias al esfuerzo colectivo de los gobiernos anfitriones, donantes, organizaciones implementadoras y, sobre todo, a la resiliencia y solidaridad de las propias poblaciones afectadas. La plataforma R4V mantiene su compromiso con una respuesta que proteja derechos, promueva la dignidad y reconozca las contribuciones positivas de las personas refugiadas y migrantes al futuro de la región.
Patricia salió de Venezuela sin saber que nunca regresaría. Como microbióloga, su trabajo la llevó a una conferencia en Costa Rica, donde se vio obligada a quedarse después de que su esposo le advirtiera que su seguridad en casa estaba en riesgo.
Estuvo sola durante nueve meses mientras trabajaba para traer a su familia, comenzando desde cero. Primero encontró una casa vacía donde vivir, donde lloraba cada noche antes de dormir, pero una red de amistades costarricenses la ayudó a reconstruir su vida. “Llegaron con camas, una nevera, una cafetera, una licuadora, sábanas, toallas, ropa…”, recuerda Patricia. “No tenía cómo agradecerles lo suficiente.”
Cuando su familia llegó, la adaptación no fue nada fácil. Sus hijos enfrentaron discriminación en la escuela. Su esposo tuvo que aprender a hornear, ya que su título de contador aún no ha sido reconocido. Patricia, con determinación, perseverancia y el apoyo de organizaciones, incluidas las socias de R4V, que la ayudaron a estructurar su negocio y obtener capital inicial, abrió su propio consultorio, ofreciendo desde acupuntura hasta reiki para restaurar la salud de sus pacientes.
Hoy, tras superar el inmenso desafío emocional de empezar de nuevo, se sienten agradecidos. En Costa Rica han encontrado calidez, estabilidad, seguridad y libertad: “Mientras esperábamos nuestra residencia, no podíamos viajar. Ahora, sueño con recorrer el mundo y compartir lo que sé.”
Miguel Henríquez llegó a Chile con la esperanza de darle a su hija, Sofía, una vida mejor. Nacida con una discapacidad, no había estado recibiendo la atención que necesitaba en Venezuela. Miguel emprendió el viaje primero, pero debido a cambios en las regulaciones de visado, tuvo que esperar siete meses antes de reunirse con su esposa e hija.
Su trayectoria como distinguido profesor de violín y director de orquesta, junto con el apoyo de familiares y amigos, fueron elementos clave para que Miguel encontrara trabajo en una escuela. Al establecerse en esta nueva etapa, se propuso una meta ambiciosa: crear una orquesta de cuerdas. Hoy, esa visión no solo es una realidad, sino un espacio vibrante de transformación social, que reúne a 80 estudiantes de diversas nacionalidades y a un equipo de educadores chilenos y extranjeros. Miguel ha podido seguir su pasión mientras inspira a sus alumnos y les enseña valores como la disciplina, el trabajo en equipo y el respeto.
Su historia es un testimonio de resiliencia y del poder del arte. A través de la música, reconstruyó su vida en un nuevo país, aseguró la atención y educación que su hija necesitaba, y dejó una huella duradera en la comunidad que lo acogió. “Como migrantes, hemos cruzado una línea que alguien dibujó alguna vez para dividirnos. Es nuestra responsabilidad contribuir para que esas divisiones desaparezcan para siempre”, reflexiona.
Adriana llegó a Colombia en 2019 junto a su esposo e hijos en busca de un futuro mejor, dejando atrás su vida en Venezuela como maestra de primaria. Cruzaron la frontera a pie y recorrieron varias ciudades antes de establecerse en Bogotá. “Vendíamos comida en la calle, pero muchas veces no era suficiente para pagar el alojamiento”, recuerda Adriana. A pesar de la incertidumbre y la distancia de sus seres queridos, nunca se rindieron.
Con el tiempo, Adriana encontró una oportunidad que le cambió la vida a través de “Conduciendo Juntos”, un programa liderado por la Alcaldía de Bogotá y una organización socia de R4V. La iniciativa ayuda a personas refugiadas y migrantes a conseguir empleo formal como conductores del transporte público.
Aunque nunca había manejado un vehículo, Adriana aceptó el reto y se formó para convertirse en operadora de bus zonal. “Estaba llena de dudas y miedo”, admite, “pero recibí apoyo en cada paso del camino. Tuvimos acceso a asistencia psicosocial, ayuda económica, formación profesional y financiamiento para obtener nuestras licencias de conducción.” Su esposo también consiguió trabajo en el mismo sistema de transporte.
Hoy, con acceso a salud, educación y beneficios laborales, la familia ha logrado estabilidad y se siente plenamente integrada en la comunidad. Con optimismo y determinación, siguen construyendo su futuro en Colombia, agradecidos por las oportunidades recibidas y comprometidos a contribuir al país que los ha acogido.
Aunque Ana Graciela estudió Derecho en Venezuela, a los 43 años, y ahora viviendo en Perú, descubrió un nuevo camino en la vida a través de la repostería y la cocina venezolana, junto a su pareja, Kathy. Kneading Dreams es un emprendimiento que nació de un antojo: Ana Graciela quería tequeños, y Kathy, con sus habilidades culinarias, los preparó a la perfección. Inspiradas por ese pequeño éxito, invirtieron una pequeña cantidad de capital, compraron más ingredientes y lanzaron su negocio.
Hoy, Kneading Dreams no solo las sostiene en Perú, sino que también les permite apoyar a sus familias en Venezuela. Sus jornadas laborales comienzan a las 4:00 a.m. y pueden extenderse hasta las 11:00 p.m., pero cada sacrificio ha valido la pena. “A través de nuestra comida, hemos logrado tocar los corazones y los paladares de nuestros clientes, tanto peruanos como venezolanos”, explica Ana Graciela.
Sueñan con seguir creciendo y consolidarse en Perú, un país que las ha recibido con calidez y las ha hecho sentir como en casa. El nombre de su negocio refleja su recorrido: como la masa, los sueños se moldean con paciencia y dedicación.
Alberto llegó a República Dominicana hace siete años con solo 100 dólares en el bolsillo. Viajó con un par de amigos, pero ninguno conocía a alguien en el país. Cuando se les acabó el dinero, se quedó sin lugar donde dormir y pasó días enteros buscando trabajo. A pesar de la incertidumbre, nunca se rindió y finalmente consiguió empleo en la construcción, donde tuvo que soportar condiciones laborales precarias.
A medida que los desafíos aumentaban, sus amigos decidieron regresar a Venezuela, pero Alberto eligió quedarse y seguir luchando por un futuro mejor. Aunque fue difícil permanecer solo, tuvo la suerte de conocer a Rachel, una mujer dominico-venezolana cuya solidaridad terminó salvándole la vida. “Me enfermé gravemente, sufrí problemas renales y contraje COVID. Casi muero”, recuerda Alberto José. “Ella estuvo ahí para mí, sin pedirme nada a cambio, ni por la comida ni por el alquiler. Todo lo que hizo fue desde su generoso corazón.”
Rachel se convirtió en una figura materna durante ese momento crítico, y gracias a su apoyo, Alberto José encontró la fuerza para recuperarse y seguir adelante. Hoy ha reconstruido su vida y trabaja en el restaurante de Rachel, mientras lucha por cumplir su sueño de reunirse con sus hijos, a quienes tuvo que dejar en Venezuela.
A los 38 años, Delismar tomó la difícil decisión de salir de Venezuela con su hija de dos años, con la esperanza de reunirse con el padre de la niña en Ecuador. El viaje fue cinco días de angustia y desesperación; partió con poco dinero y escasos suministros, sin el permiso de salida necesario para su bebé, cruzó ríos violentos y peligrosos, y se encontró con personas hostiles que no mostraron compasión.
A pesar de tener un título en enfermería, Delismar asumió diversos trabajos en Ecuador para mantener a su familia, luego de que el padre de su hija se fuera a otro país poco después de su llegada. Una vez que logró cierta estabilidad, impulsada por su pasión por ayudar a los demás, lanzó una iniciativa para empoderar a las mujeres de su comunidad, muchas de las cuales eran sobrevivientes de violencia basada en género.
Su proyecto, Unión de Mujeres Venezolanas, Ecuatorianas y Colombianas Tejiendo Esperanza, ofrece redes de apoyo, talleres de emprendimiento y crianza, encuentros culturales, brigadas médicas y donaciones de ropa. También creó una biblioteca infantil para la comunidad y una escuela de fútbol y música para jóvenes locales.
Para hacer realidad su visión, Delismar ha recibido apoyo de organizaciones humanitarias y de desarrollo, pero sobre todo ha contado con su inquebrantable determinación, convirtiéndose en un pilar de fortaleza para toda una comunidad. Su historia es un testimonio del poder de la resiliencia y del papel que pueden desempeñar los migrantes como agentes de cambio y esperanza. “Todos piensan que la migración es algo terrible, pero no lo es”, dice Delismar. “Yo vine con un proyecto y me prometí que lo llevaría a cabo. Si tenía que romper barreras, lo haría.”
Emily y Rafael tuvieron que vender su carro cuando tomaron la difícil decisión de salir de Venezuela en busca de una vida mejor para sus hijos. Era la única forma en que podían costear el viaje a Brasil. Después de una emotiva despedida, comenzó su arduo recorrido. “El viaje fue terrible”, recuerda Rafael. “Los niños lloraban, pedían agua, ni siquiera podíamos llevarlos al baño. Además, el autobús era extremadamente pequeño y no tenía aire acondicionado.”
Encontraron esperanza en Brasil, donde fueron recibidos con apoyo humanitario y se les brindó acceso a documentos legales, alojamiento y servicios esenciales. También recibieron atención médica, lo cual fue especialmente crítico para Rafael. Él perdió una pierna en Venezuela y necesitaba una nueva prótesis algo que había sido imposible de obtener en su país.
Ahora, bajo la Operación Acogida del gobierno, que cuenta con el respaldo de los socios de R4V, esperan una asignación laboral que les brinde la estabilidad que necesitan. Se quedaron en un alojamiento mientras esperan ser reubicados en una ciudad con oportunidades de empleo. Rafael, ex administrador público en Venezuela, está dispuesto a aceptar cualquier trabajo que le permita mantener a su familia: “Todo lo que necesito es un trabajo digno para poder darles una buena educación a mis hijos.”
Cada noche se preguntan cuándo volverán a ver a sus seres queridos, pero están seguros de que tomaron la decisión correcta. Agradecidos con Brasil, han comenzado a aprender portugués para aportar sus habilidades y esfuerzo al país que los acogió. “Todavía no entiendo el portugués, y es difícil”, admite Rafael, “pero tenemos que adaptarnos porque sabemos cuánto podemos lograr aquí.”
Oriana, de 22 años, llegó a Argentina con su familia a los 17. Siendo menor de edad en Venezuela, nunca había trabajado, por lo que la búsqueda de su primer empleo la llenaba de ansiedad. “Una mujer me pidió que repartiera volantes en un centro comercial”, recuerda Oriana. “Cuando regresé sin ninguno, en medio de una fuerte tormenta, se sorprendió y me ofreció trabajo en su salón de belleza.”
Aunque tuvo que sacrificar su tiempo libre para estudiar y trabajar al mismo tiempo, ese empleo le permitió obtener los documentos necesarios para vivir en Argentina y aprender gran parte de lo que hoy sabe sobre estética. Adquirió tanto conocimiento que, un día, encontró el valor para independizarse y comenzar su propio negocio. “Antes de poder lanzar mi emprendimiento económicamente, trabajé mucho”, explica Oriana. “Hacía horas extras, cubría turnos en otros locales e incluso trabajaba los domingos.”
Comenzó ofreciendo servicios a domicilio, pero eventualmente logró alquilar un espacio para su estudio. Gracias a su dedicación y a los cursos de emprendimiento que recibió de organizaciones socias de R4V, ha logrado establecer su negocio con éxito. Ahora, con residencia permanente y estudios en cosmetología, Oriana continúa expandiendo su emprendimiento y fijándose nuevas metas. “Amo lo que hago”, dice. “Lo que más me gusta es ver felices a mis clientas.”

SEGURIDAD ALIMENTARIA
Situación
En 2024, las personas refugiadas y migrantes en América Latina y el Caribe enfrentaron importantes desafíos para satisfacer sus necesidades básicas, como el acceso suficiente y nutritivo a alimentos. Estos desafíos se derivaron principalmente de dificultades económicas relacionadas con la falta de acceso a empleo formal. Alrededor del 42% de los 2.79 millones de personas venezolanas refugiadas y migrantes en la región, y el 78% de personas de otras nacionalidades que intentaban llegar a uno de los 17 países de R4V, experimentaron inseguridad alimentaria. En Curazao, más del 85% de los hogares de personas venezolanas enfrentaron inseguridad alimentaria severa o moderada, seguidos por Perú y Colombia, con más del 50% de los hogares en la misma situación.
Las poblaciones más vulnerables incluyeron a personas en situación migratoria irregular, recién llegadas y en tránsito. Entre los grupos más afectados se encontraron mujeres embarazadas y en período de lactancia, niñas y niños menores de cinco años, personas adultas mayores, poblaciones indígenas y personas con enfermedades crónicas.
Factores externos, como la dependencia de bienes importados y eventos climáticos, también impactaron la seguridad alimentaria. En Ecuador y Colombia, el fenómeno de El Niño afectó gravemente sectores clave como la agricultura, la ganadería y la pesca, lo que provocó un aumento en los precios de los alimentos y limitó el acceso a una alimentación adecuada. Además, más de dos millones de personas venezolanas permanecieron en situación irregular, con altas tasas de empleo informal, a menudo asociado con salarios bajos y otros riesgos de protección.
La inestabilidad económica, los eventos climáticos y otros desafíos obligaron a muchas personas refugiadas y migrantes a adoptar mecanismos negativos de afrontamiento, como reducir la ingesta de alimentos, priorizar la alimentación de sus hijas e hijos a costa de la propia, o recurrir a la mendicidad para sobrevivir.
Respuesta
En 2024, el Sector de Seguridad Alimentaria brindó apoyo, a través de 84 organizaciones, a 694.200 personas vulnerables, incluidas personas refugiadas, migrantes y miembros de comunidades de acogida afectadas en 16 países de América Latina y el Caribe. La mayoría de las actividades incluyeron asistencia alimentaria directa, apoyo en especie (como distribución de kits de alimentos y comidas calientes), y asistencia en efectivo o cupones (CVA), como vales de alimentos.
Otras actividades realizadas por las y los socios del sector incluyeron fortalecimiento de capacidades y mejoras específicas en infraestructura esencial, como la donación de equipos de cocina en Chile y el apoyo a comedores comunitarios en Perú.
Entre las buenas prácticas destacadas se encuentran el desarrollo y la difusión de información estratégica, el establecimiento de herramientas de monitoreo y la optimización de intervenciones. En Colombia, la coordinación entre los grupos de trabajo de Nutrición y Seguridad Alimentaria permitió una asistencia más focalizada, fortaleciendo la respuesta y avanzando en el desarrollo de estándares mínimos para la atención en emergencias. En el Caribe, se distribuyeron vales de alimentos, mientras que en Guyana se entregó asistencia alimentaria en especie a comunidades remotas.
Lecciones Aprendidas
Para lograr un enfoque más eficaz, intersectorial e integral para personas refugiadas y migrantes, el Sector de Seguridad Alimentaria fortalecerá en 2025 la coordinación con los sectores de Integración, Protección y Salud. También se reforzará la coordinación con los gobiernos de los países de acogida para avanzar en la inclusión de personas refugiadas y migrantes en los sistemas nacionales de protección social y garantizar el acceso sostenido a la asistencia alimentaria.
Brindar información clara y multilingüe sobre los programas de asistencia alimentaria disponibles y los criterios de elegibilidad sigue siendo esencial. Estos esfuerzos permitirán una respuesta más adaptada que atienda de manera más eficaz las necesidades de las personas refugiadas y migrantes.
Finalmente, se continuará proporcionando asistencia alimentaria directa a personas refugiadas y migrantes (en destino, en tránsito y varadas) con altos niveles de inseguridad alimentaria y que enfrentan riesgos de protección. Esto incluye la distribución de canastas básicas de alimentos, comidas calientes y transferencias monetarias.
Cover Photo by: WFP/Guianfranco Murillo

EDUCACIÓN
Situación
En Colombia, Ecuador y Perú—los tres países que acogen a la mayor población de personas refugiadas y migrantes venezolanas—el proceso de matrícula escolar sigue siendo un obstáculo para muchas familias. En Trinidad y Tobago, el acceso a la educación formal es aún más limitado, lo que ha llevado a la implementación de servicios educativos no formales para garantizar el aprendizaje de niñas, niños y adolescentes.
Según el RMNA 2024, en Ecuador, el 36% de las niñas y niños refugiados y migrantes no asisten a la escuela debido a la imposibilidad de pagar las tarifas escolares, mientras que en Perú, el 45% enfrenta barreras económicas relacionadas con los costos de transporte. En 2024, niñas, niños y adolescentes migrantes y refugiados continuaron enfrentando importantes desafíos para acceder a servicios educativos, lo que limita el pleno ejercicio de su derecho a la educación. Entre las barreras identificadas se encuentran la falta de documentación, requisitos administrativos y la imposibilidad de cubrir los costos escolares. También según el RMNA 2024, al menos el 32% de las niñas y niños venezolanos en países de acogida requieren servicios educativos, cifra que asciende al 42% entre quienes se encuentran en tránsito. En tránsito, como en Centroamérica y México, enfrentan barreras aún más severas para acceder a la educación.
Respuesta
Durante 2024, R4V centró su respuesta educativa en tres prioridades clave, beneficiando a 107.000 personas migrantes, refugiadas y miembros de comunidades de acogida. Estas acciones fortalecieron el acceso, la permanencia y la calidad de la educación para estas poblaciones.
La primera prioridad fue garantizar el acceso y la permanencia en los sistemas educativos. Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay brindaron apoyo financiero, distribución de kits escolares y actividades de refuerzo académico para facilitar la integración de niñas, niños y adolescentes refugiados y migrantes. En Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y otros países del Caribe y Centroamérica, los esfuerzos se centraron en brindar orientación sobre los procesos de matrícula mediante campañas y canales de comunicación. En Curazao, los sectores de Educación y Protección trabajaron conjuntamente a través de los Grupos de Trabajo sobre Refugiados y Migrantes, facilitando la planificación e implementación intersectorial e integrando preocupaciones de protección—como la salvaguarda infantil y el estatus migratorio regular—en la programación educativa.
Para ampliar el acceso educativo de niñas, niños y adolescentes en tránsito prolongado, se desarrolló la iniciativa Pasaporte de Aprendizaje Regional, con contenidos adaptados a sus necesidades. El proyecto Ruta Educativa, implementado en países centroamericanos, proporcionó espacios adecuados para niñas, niños y sus familias en tránsito, recopiló información sobre sus necesidades educativas y registró sus niveles de competencia mediante evaluaciones para medir el progreso a lo largo del trayecto.
La segunda prioridad fue promover el reconocimiento, validación y acreditación de aprendizajes previos. En los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y México, se promovió la implementación de la Política Regional de Reconocimiento, Validación y Acreditación (PRVA) para reducir las brechas de acceso y mejorar la permanencia escolar. Esta política facilita el acceso y la continuidad educativa de niñas y niños refugiados y migrantes al reconocer aprendizajes previos, incluso sin documentación, y ofrecer apoyo inclusivo y flexible. Esto permite una integración más fluida en los sistemas nacionales y reduce el riesgo de deserción escolar, asegurando la continuidad educativa sin repeticiones innecesarias ni exclusiones.
Finalmente, las y los socios también priorizaron el fortalecimiento de la coordinación intersectorial. La integración con otros sectores, como protección, transporte humanitario y seguridad alimentaria, facilitó el acceso a documentación, transporte escolar y alimentación para mejorar la asistencia y permanencia escolar a nivel nacional. A nivel regional, las y los socios de GRE-LAC apoyaron a los Ministerios de Educación en la coordinación y respuesta educativa humanitaria, con 20 miembros activos, asegurando una respuesta educativa durante emergencias, desastres y situaciones de movilidad. También se colaboró con organizaciones y plataformas regionales y globales como REDLAC, entre otras.
Lecciones Aprendidas
Los desafíos persistieron a lo largo de 2024. Aunque varios países avanzaron en facilitar la matrícula, los marcos normativos siguen siendo un obstáculo, y los requisitos de documentación aún limitan el acceso y la permanencia en el sistema educativo. La estrategia colectiva adoptada por las y los socios de GRE-LAC ha demostrado que la coordinación efectiva entre ONG, gobiernos y actores educativos es esencial para garantizar una educación inclusiva durante emergencias. Esta colaboración permitió una respuesta más unificada, optimizó recursos y aseguró que ningún grupo quede atrás.
En 2025, el Sector de Educación priorizará esfuerzos de fortalecimiento de capacidades inclusivas que integren activamente las voces y necesidades de los grupos más vulnerables, incluidas personas con discapacidad y niñas. El empoderamiento de las comunidades locales será clave para garantizar la sostenibilidad y pertinencia de las intervenciones educativas. Además, el avance en tecnología y herramientas digitales será fundamental para fortalecer los sistemas de gestión de la información, permitir un mejor seguimiento de los trayectos educativos y apoyar la toma de decisiones basada en datos para respuestas más eficaces y equitativas.
Cover Photo by: UNICEF/KATARINE ALMEIDA

SALUD
Situación
En 2024, las personas migrantes y refugiadas en la región enfrentaron múltiples desafíos para acceder a servicios de salud. El aumento de la violencia, la inestabilidad política y la búsqueda de mejores oportunidades impulsaron nuevos flujos migratorios, llevando a muchas personas a tomar rutas peligrosas. Estas rutas expusieron a las personas a condiciones extremas y crecientes riesgos para la salud, incluyendo problemas de salud mental, enfermedades y lesiones. La violencia sexual también siguió siendo una preocupación grave, con un aumento de casos reportados entre quienes atravesaron la selva del Darién en los primeros meses del año.
El RMNA 2024 destacó que el 79% de las personas refugiadas y migrantes en Colombia, el 32% en Ecuador y el 39% en Panamá necesitaron atención médica mientras intentaban llegar a otro país. Por ejemplo, el acceso a atención materna fue severamente limitado para mujeres embarazadas.
El acceso a atención médica integral también siguió siendo limitado para personas migrantes y refugiadas en destino, debido a barreras como recursos financieros insuficientes, obstáculos administrativos, estatus migratorio irregular y temor a la discriminación. Según el RMNA 2024, el 58% de las personas venezolanas refugiadas y migrantes necesitaban algún tipo de atención médica. En varios países de acogida, los sistemas de salud enfrentaron desafíos significativos para garantizar una gestión clínica oportuna, a menudo debido a limitaciones de capacidad, recursos y demandas concurrentes sobre los servicios nacionales.
Respuesta
En 2024, los socios del Sector Salud coordinaron esfuerzos para apoyar a personas migrantes, refugiadas y comunidades de acogida, alcanzando a 454,900 personas (28% de la población objetivo). Se implementaron un total de 8.500 actividades por 135 organizaciones, el 85% en forma de asistencia directa. Las y los socios priorizaron el acceso a atención médica, el fortalecimiento de capacidades y la promoción de la salud, con énfasis en atención primaria, salud sexual y reproductiva (SSR), y apoyo en salud mental y psicosocial (SMAPS). Las sesiones de fortalecimiento de capacidades estuvieron dirigidas a personal de salud y actores comunitarios, abordando temas como primeros auxilios en salud mental, prevención y respuesta a la violencia basada en género, y atención materna.
La mayoría de las actividades se enfocaron en facilitar la inclusión de personas refugiadas y migrantes en los sistemas nacionales de salud mediante afiliación a la seguridad social u otros mecanismos de inscripción, principalmente en Colombia, Perú y Ecuador. En Brasil, Chile y Trinidad y Tobago, se realizaron campañas temáticas sobre salud mental, prevención de enfermedades y acceso a servicios de salud.
Los socios de R4V continuaron mejorando el acceso a servicios de salud. En Perú, se trabajó con autoridades nacionales para promover la cobertura temporal bajo el Seguro Integral de Salud (SIS) para personas migrantes y refugiadas con condiciones específicas, como aquellas que viven con VIH. En Panamá, se apoyó la formulación de un plan para fortalecer la atención médica a personas refugiadas y migrantes, identificando desafíos, oportunidades y estrategias, asegurando un enfoque inclusivo y sostenible.
Lecciones Aprendidas
Durante 2024, se avanzó en la prestación de servicios de salud para personas refugiadas, migrantes y comunidades de acogida. Sin embargo, persistieron desafíos en cobertura y acceso, especialmente en la continuidad de servicios de salud en zonas remotas y contextos de alta movilidad. La infraestructura limitada y las políticas nacionales dificultaron aún más una respuesta integral en salud. En 2025, los esfuerzos se centrarán en mejorar la coordinación, garantizar la continuidad de la atención para personas en movimiento y continuar abogando por la integración de personas refugiadas y migrantes en los sistemas nacionales de salud.
Cover Photo by: PAHO/ARTURO BARRETO

TRANSPORTE HUMANITARIO
Situación
En 2024, las personas migrantes y refugiadas enfrentaron importantes desafíos para acceder al transporte humanitario para facilitar servicios esenciales y que salvan vidas, como son asistencia legal, educación, empleo y atención médica. Según el RMNA 2024, los riesgos de protección representaron amenazas para su seguridad y su salud, exponiéndolas a la trata de personas, el tráfico ilícito y la violencia basada en género, especialmente en el caso de mujeres y niñas. El aumento de los costos de transporte, particularmente en zonas urbanas como Lima, Perú, limitó el acceso a servicios como el trabajo y la educación. La falta de documentación válida y de estatus migratorio regular agravó estos problemas, lo que resultó en la negación del servicio de transporte y el cobro de precios más altos en lugares como México y Curazao. Adicionalmente, los recursos limitados y la escaza información sobre rutas seguras, condiciones climáticas, peligros potenciales, horarios y servicios humanitarios dificultaron los desplazamientos seguros y esenciales.
Respuesta
En 2024, 18 socios de la Plataforma R4V llevaron a cabo actividades de transporte humanitario dentro de los países, en cumplimiento con las leyes nacionales, en 11 países. Más del 70% de estas actividades fueron lideradas por organizaciones dirigidas por personas refugiadas y migrantes, lo que resalta la importancia crítica de estos esfuerzos para las personas migrantes y refugiadas venezolanas. Estas iniciativas de transporte humanitario a nivel interno y de corta distancia, facilitaron el acceso a servicios esenciales como educación para niños y niñas, asistencia humanitaria, alojamiento, servicios de protección, reunificación familiar, así como apoyo a programas de regularización e integración.
La respuesta en 2024 destacó la colaboración entre organizaciones asociadas, con más del 95% del total de actividades implementadas por ONG y organizaciones locales basadas en la fe. Esto también incluyó la provisión de apoyo técnico a las autoridades locales. Además, con el fin de mitigar los riesgos asociados a los movimientos irregulares y a la disponibilidad de servicios humanitarios y de protección, el sector desarrolló estrategias para difundir información esencial. El sector regional también se centró en el transporte humanitario de corta distancia y tiene previsto publicar una nota de orientación sobre este tema en 2025.
Lecciones aprendidas
Las estrictas regulaciones en muchos países de R4V implicaron que el acceso a opciones regulares de transporte dentro de los países dependiera de tener un estatus migratorio regular, lo que aumentó la vulnerabilidad de las personas refugiadas y migrantes frente a grupos criminales, incluyendo la trata y tráfico de personas, el robo, la explotación, el fraude y la violencia.
Los esfuerzos en 2024 se centraron en la difusión de información sobre los riesgos de protección asociados con los viajes irregulares. Esto se realizó en coordinación con otros sectores, como el Sector de Protección y sus subsectores. Un desafío constante fue la necesidad de fortalecer las actividades de promoción para mejorar el acceso al transporte seguro y regular dentro de los países para personas migrantes y refugiadas, en coordinación con gobiernos locales, organizaciones donantes, medios de comunicación y otros actores clave, destacando el papel fundamental del transporte humanitario en la región. Por ello, en 2025, el sector regional se enfocará en la importancia de fortalecer las capacidades de los gobiernos y otras entidades para apoyar estos esfuerzos.
Cover Photo by: Milena Ayala/NRC

INTEGRACIÓN
Situación
A lo largo de 2024, las personas refugiadas y migrantes que buscaban integración socioeconómica en América Latina y el Caribe enfrentaron desafíos significativos, especialmente en el acceso al empleo formal, servicios financieros y procesos de integración social. Tal como se destaca en el RMNA 2024, aunque muchas personas migrantes y refugiadas de Venezuela se benefician de políticas de regularización en Colombia, el 87% trabaja en el sector informal, un desafío que también afecta a más de la mitad de la población colombiana, lo que limita el acceso a la protección social y a la estabilidad económica. En Brasil se han observado avances en la cohesión social, con personas venezolanas que contribuyen a las economías locales, aunque muchas aún enfrentan discriminación en el mercado laboral. En toda la región, la exclusión financiera es generalizada, con un 41% de personas migrantes y refugiadas sin acceso a servicios bancarios. El aumento de la xenofobia en algunos países, como Chile, Trinidad y Tobago, Brasil y Perú, también obstaculiza la integración. Estas barreras empujan a muchas personas a continuar sus desplazamientos en busca de mejores oportunidades en otros países de acogida, a menudo a través de rutas irregulares.
Respuesta
En 2024, el Sector de Integración se centró en fortalecer la inclusión socioeconómica de personas refugiadas y migrantes mediante el acceso al empleo, el emprendimiento, la inclusión financiera y la cohesión social. Reconociendo que la regularización por sí sola no es suficiente para lograr la integración, los esfuerzos se dirigieron a la inserción laboral, la capacitación profesional, la validación de competencias y títulos, el apoyo al emprendimiento y las iniciativas contra la xenofobia.
Las iniciativas clave incluyeron capacitación profesional en sectores de alta demanda como manufactura, turismo y las economías ecológica y digital. Los programas de intermediación laboral ayudaron a conectar a personas migrantes y refugiadas con empleos formales, brindando además apoyo en habilidades blandas, capacitación lingüística, reconocimiento de competencias y asistencia para la reubicación. Por ejemplo, en Perú, a través del programa “Integrando Talentos”, más de 200 personas refugiadas y migrantes (más de 55% mujeres) lograron homologar sus títulos profesionales en 2024. Se prestó especial atención a mujeres y jóvenes, abordando barreras como el cuidado infantil y la discriminación en el lugar de trabajo. Además, se brindó asistencia técnica a los Ministerios de Trabajo y a los Servicios Públicos de Empleo para fortalecer la integración en el mercado laboral.
El acceso a servicios financieros siguió siendo un desafío, aunque intervenciones específicas lograron mejorar el acceso bancario, la capacitación financiera y las oportunidades de crédito. El apoyo a personas refugiadas y migrantes emprendedoras incluyó asistencia financiera directa, apoyo en mercado digital y capital inicial. En Argentina y Guyana, los programas de inclusión financiera empoderaron a mujeres y emprendedores LGBTQI+, ayudándoles a expandir sus negocios.
Para combatir la xenofobia, el sector de integración implementó actividades de consolidación con la comunidad, programas contra la discriminación en el lugar de trabajo y campañas de sensibilización. Campañas como “Somos Panas” en Colombia y la serie “Panas” en Ecuador promovieron la concientización y fomentaron una inclusión exitosa a lo largo del año. El sector de integración también colaboró con los sectores de Protección y Alojamiento para garantizar un apoyo integral; una iniciativa intersectorial clave proporcionó recomendaciones de política pública a las autoridades locales sobre la integración socioeconómica.
Lecciones aprendidas
El Sector de Integración enfrentó desafíos para apoyar a personas refugiadas y migrantes debido a vías de regularización restrictivas, lo que limitó su acceso al empleo y a los servicios financieros. La informalidad en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú dificultó aún más la integración económica. Los procesos costosos y prolongados de validación de títulos en Colombia, República Dominicana y Uruguay restringieron el acceso de trabajadores profesionales a empleo formal. Estas barreras han afectado la calidad y el alcance de las respuestas de los socios, lo que ha llevado a un enfoque más centrado en la asistencia directa. Para promover soluciones sistémicas en 2025, los esfuerzos se enfocarán en fortalecer la colaboración intersectorial, involucrando a autoridades locales, sociedad civil y organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes, así como en la estrecha colaboración con los gobiernos para mejorar y promover el reconocimiento de competencias, los programas de empleo y políticas de inclusión financiera.
Cover Photo by: IOM/GEMA CORTES

NUTRICIÓN
Situación
Las mujeres embarazadas y lactantes, y niñas y niños menores de cinco años tienen necesidades nutricionales inherentemente mayores y corren un mayor riesgo de desnutrición que otros grupos poblacionales. Entre las personas migrantes y refugiadas, el acceso limitado a servicios de salud y nutrición, alimentos, agua potable segura y entornos insalubres incrementa aún más estos riesgos, tanto por una ingesta alimentaria reducida como por un mayor riesgo de infecciones.
Según el RMNA 2024, la falta de acceso a un paquete de servicios de salud para prevenir la malnutrición durante la migración afectó entre el 12% y el 92% de las mujeres embarazadas y lactantes, entre el 65% y el 80% de los cuidadores de niños y niñas menores de seis meses, y entre el 25% y el 98% de los cuidadores de niños y niñas de 6 a 59 meses. Además, entre los lactantes menores de seis meses que no fueron alimentados exclusivamente con leche materna y recibieron fórmula infantil, agua simple o jugo, el porcentaje osciló entre el 59% y el 85%, mientras que entre los niños y niñas de 6 a 59 meses que enfrentaron pobreza alimentaria infantil, el rango fue del 8% al 68%.
Respuesta
El acceso a servicios de nutrición brindados por personal de salud calificado para identificar y tratar la desnutrición fue la principal prioridad del Sector de Nutrición en 2024. Entre las intervenciones nutricionales destinadas a prevenir la desnutrición, más de 20.000 cuidadores de bebés y niños y niñas de 0 a 23 meses recibieron asesoría calificada sobre alimentación adecuada, y casi 4.000 niños y niñas de 6 a 59 meses recibieron suplementos de micronutrientes para prevenir deficiencias de vitaminas y minerales. Además, más de 64.000 niños y niñas de 6 a 59 meses fueron evaluados nutricionalmente para identificar casos de desnutrición aguda. De estos, casi 3.000 niños y niñas con desnutrición aguda severa fueron admitidos para tratamiento (principalmente en Colombia y Brasil).
Una segunda prioridad del Sector fue la evaluación y el seguimiento de la situación nutricional de personas refugiadas y migrantes en situación de vulnerabilidad. En ese sentido, el Sector de Nutrición apoyó el desarrollo de un sistema digital diseñado para crear un registro personal de salud y nutrición que permita monitorear el estado nutricional de niños y niñas menores de cinco años, así como de mujeres embarazadas y lactantes, y hacer seguimiento a los servicios e intervenciones nutricionales que reciben en toda la región. El prototipo Contigo, que fue construido y probado en campo, se desarrolló con el objetivo de asegurar que el personal de salud de las unidades médicas móviles en todo el país pueda tanto acceder a la información de consultas anteriores como actualizar los registros individuales. Tras la prueba piloto, se espera ampliar su uso a otros países de la región. El objetivo general es contar con un sistema de gestión de casos transfronterizo que permita a gobiernos y socios garantizar una atención nutricional continua a través de un historial dinámico y longitudinal de salud y nutrición, y asegurar un enfoque centrado en el paciente para la atención de niños y niñas migrantes y refugiados y sus familias.
Como tercera y última prioridad del Sector de Nutrición fue la promoción para una mayor priorización de las intervenciones nutricionales como intervenciones que salvan vidas. Esta labor de incidencia se llevó a cabo mediante la creación y difusión de cuatro videos que destacaban los riesgos y necesidades nutricionales de los grupos vulnerables (niños y niñas pequeñas, mujeres embarazadas y lactantes, y adolescentes), así como la importancia e impacto vital de las intervenciones nutricionales.
A nivel regional, el Sector de Nutrición también colaboró con el Clúster Global de Nutrición, para impartir una capacitación en línea de cuatro sesiones, con el objetivo de fortalecer la integración del enfoque de género en la respuesta nutricional, involucrando a 40 participantes.
Lecciones aprendidas
La capacidad limitada en nutrición a nivel país fue una de las principales razones detrás de los bajos niveles de personas alcanzadas. De los 17 países de la respuesta R4V, solo diez países cuentan con un Sector de Nutrición activo. Además, no todos los países con capacidad en nutrición pueden ofrecer la gama completa de intervenciones nutricionales. En algunos países, por ejemplo Colombia, la priorización de la identificación y atención de niños y niñas con desnutrición por parte de los socios en nutrición limita el enfoque en intervenciones preventivas, incluyendo una alimentación adecuada de lactantes y niños y niñas pequeños, como la lactancia materna, en un contexto de recursos limitados.
Fortalecer la participación de organizaciones locales y gobiernos como actores clave en la planificación e implementación de la respuesta nutricional es fundamental para garantizar la respuesta a nivel nacional, su sostenibilidad y la integración de personas migrantes y refugiadas en el sistema nacional.
Finalmente, la evaluación del estado nutricional, el monitoreo y la vigilancia de mujeres, niños y niñas en movimiento representan un desafío, ya que no se garantiza la continuidad de los servicios entre países. Asimismo, la trazabilidad y el seguimiento de los casos de desnutrición infantil entre países siguen siendo motivo de preocupación. El desarrollo continuo y la ampliación de la solución digital Contigo en 2025 tienen el potencial de abordar este desafío y permitir una atención nutricional continua a lo largo de las rutas.
Cover Photo by: UNICEF

PROTECCIÓN
Situación
A pesar de que 4 millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas han obtenido un estatus migratorio regular en 17 países de América Latina y el Caribe, persisten desafíos en cuanto a la regularización e integración a largo plazo. Estos desafíos incluyen altos costos, requisitos de ingresos estrictos y cambios en las leyes y procedimientos de asilo. El acceso a la documentación fue otro reto, también debido a la suspensión de relaciones diplomáticas y consulares entre Venezuela y siete países de la región tras las elecciones de julio de 2024 en Venezuela.
Los conflictos internos y otras situaciones de violencia, como las ocurridas en Colombia y Ecuador, junto con eventos climáticos repentinos, como las inundaciones en Brasil y los incendios forestales en Chile, agravaron la situación de protección para las personas migrantes y refugiadas. Además, las dificultades para acceder a derechos se convirtieron en un factor de expulsión en la búsqueda de seguridad y oportunidades en otros lugares. El endurecimiento de los controles fronterizos y el aumento de los obstáculos administrativos y procedimentales para ingresar de manera regular a estos países obligaron a muchas personas vulnerables que necesitan protección a recurrir a soluciones riesgosas, viéndose frecuentemente obligadas a depender de traficantes o grupos delictivos organizados para continuar su viaje.
Respuesta
En 2024, 121 socios del Sector de Protección beneficiaron a más de 701.000 personas refugiadas y migrantes. Para facilitar el acceso a servicios de protección, vías de regularización y sistemas de asilo para quienes necesitan protección internacional, los socios priorizaron la asistencia legal y la orientación. La asistencia legal también contribuyó a prevenir la devolución y apoyó a personas detenidas arbitrariamente. Adicionalmente, los socios brindaron apoyo técnico a las autoridades gubernamentales para fortalecer los sistemas nacionales de asilo, como en Chile, donde se proporcionó asistencia técnica al proceso de determinación de la condición de refugiado y se contribuyó al análisis de casos durante las sesiones de la Comisión Nacional para el Reconocimiento de la Condición de Refugiado. Los socios del sector de protección también impulsaron acciones de incidencia para la adopción significativa y efectiva de políticas públicas orientadas a garantizar que las personas refugiadas y migrantes tengan acceso a vías de regularización en las comunidades de acogida.
Se llevaron a cabo actividades de protección comunitaria para abordar y generar concientización sobre los riesgos de protección. Por ejemplo, en Bolivia se implementaron actividades para promover la coexistencia pacífica entre comunidades; en Trinidad y Tobago y Brasil, las actividades se centraron en fortalecer la resiliencia general de las personas refugiadas y migrantes. En Perú, los socios capacitaron a personas refugiadas, migrantes y la comunidad de acogida en primeros auxilios psicológicos, así como en la identificación, la referenciación y seguimiento de casos de protección comunitaria.
Se fortalecieron los servicios especializados de protección, incluyendo la gestión de casos y la referenciación, para apoyar a personas con mayor riesgo. En Colombia, los socios reforzaron los protocolos intersectoriales para la gestión de casos y referenciación. Las iniciativas de fortalecimiento de capacitaciones con las contrapartes gubernamentales en Panamá y Costa Rica, así como con comunidades afectadas, promovieron la adhesión a los principios de protección internacional y mejoraron la prevención y respuesta ante riesgos de protección.
Los socios continuaron con los esfuerzos de actividades de promoción a nivel regional y nacional para promover la adopción e implementación de procedimientos simplificados de asilo, con el objetivo de garantizar un acceso rápido y justo a la protección para solicitantes de asilo y personas refugiadas.
A nivel regional, el sector de Protección armonizó indicadores y preguntas para los ejercicios de monitoreo de protección implementados por los socios, lo que mejoró el intercambio de información y contribuyó a un análisis regional de protección más coherente y completo. En 2024, la participación en procesos multilaterales regionales, como el Proceso de Quito, y la colaboración con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, reforzaron los mensajes comunes de protección en estos espacios más amplios.
Lecciones aprendidas
La suspensión de relaciones diplomáticas y consulares entre Venezuela y países de la región dificultó gravemente la implementación de actividades clave de protección, incluyendo la asistencia legal y la orientación para el acceso a documentación, procesos de regularización y reunificación familiar. El fortalecimiento de medidas de control fronterizo, incluyendo el aumento de presencia de fuerzas militares, requisitos de entrada más estrictos y cambios en las leyes y procedimientos de asilo, como en Argentina y Chile, limitó el acceso y la capacidad de los socios para brindar asistencia a personas vulnerables. Además, el surgimiento de situaciones de emergencia que provocaron nuevos movimientos migratorios y desplazamientos —como los eventos climáticos extremos en Brasil y Chile— afectó gravemente tanto a personas refugiadas, migrantes como a miembros de las comunidades de acogida, así como la capacidad operativa de los socios para responder. Es necesario reforzar una respuesta coordinada que garantice que la protección siga siendo el eje central de todas las actividades de los socios.
Cover Photo by: NRC/KAREN DAVILA

ESPACIO DE APOYO
Situación
En 2024, estuvieron activos 210 Espacios de Apoyo en nueve países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Trinidad y Tobago, y Uruguay. Estos espacios brindaron información, orientación, servicios básicos y derivaciones seguras para personas refugiadas y migrantes. Coordinados a través de una red regional, los Espacios de Apoyo están ubicados en zonas clave para estas poblaciones y adaptados a los contextos locales para ofrecer el mejor acompañamiento posible.
Respuesta
Durante 2024, la Iniciativa de Espacios de Apoyo implementó 231 actividades a través de 11 organizaciones socias, incluidas tres lideradas por personas refugiadas y migrantes, que participaron en 77 actividades en tres países. Estos espacios ofrecen orientación e información sobre derechos y servicios disponibles, identificación de casos de protección y derivaciones seguras, así como una gama de servicios multisectoriales orientados a promover la dignidad, el bienestar y la protección de las personas refugiadas y migrantes.
A lo largo del año, la Iniciativa continuó coordinándose con redes regionales, como Red Clamor y la Red Regional de Protección para personas LGBTQI+. En junio, se llevaron a cabo actividades de fortalecimiento de capacidades para organizaciones socias de la Red LGBTQI+, reforzando un enfoque diferenciado y diverso.
Durante el segundo semestre, tras la sesión sobre rutas seguras del Proceso de Quito, actores estatales de Costa Rica, Colombia y Uruguay presentaron buenas prácticas en la implementación de Espacios de Apoyo. Esta sesión, centrada en promover respuestas de protección coordinadas y eficaces a lo largo de las rutas migratorias, ofreció una plataforma para que los Estados compartieran experiencias concretas y lecciones aprendidas en la prestación de servicios clave a personas refugiadas y migrantes. Se destacó la importancia de institucionalizar mecanismos de atención, información y derivación, así como de fomentar el diálogo sobre la implementación de los estándares mínimos establecidos en la Caja de Herramientas sobre Espacios de Apoyo. Como resultado, se reforzó el compromiso de los Estados para mantener y ampliar las estructuras de atención e información para poblaciones en situación de movilidad humana. La coordinación regional con el Proceso de Quito también contribuye a promover esfuerzos sostenibles y coordinados entre actores estatales y no estatales.
Lecciones Aprendidas
Ante las tendencias cambiantes de movilidad y la necesidad de estrategias más sostenibles para los Espacios de Apoyo, es esencial identificar sinergias con actores estatales para coordinar respuestas y armonizar los principios de atención, orientación, información y derivación segura. Al alinear esfuerzos y recursos, garantizar que los mecanismos estén en consonancia con principios humanitarios compartidos y trabajar estrechamente con los gobiernos, la respuesta puede adaptarse mejor a los flujos migratorios dinámicos, institucionalizar medidas de protección y crear marcos duraderos que fortalezcan las capacidades locales y el sentido de apropiación, promoviendo así sistemas de apoyo más resilientes y sostenibles para personas refugiadas y migrantes.
En 2024, los Espacios de Apoyo se fortalecieron mediante marcos regionales como el Proceso de Quito y se profundizaron sinergias con otras iniciativas regionales, incluyendo el intercambio de buenas prácticas, capacitaciones basadas en la Caja de Herramientas sobre Espacios de Apoyo y una mejor articulación entre actores estatales y no estatales. Además, las alianzas con Red Clamor y la Red Regional LGBTQI+ facilitaron la alineación de estándares de protección, el fortalecimiento de mecanismos de derivación y la garantía de servicios de apoyo más sostenibles y basados en derechos en toda la región.
La Iniciativa de Espacios de Apoyo planea, mirando hacia 2025, desarrollar una guía comunitaria centrada en la integración, así como una revisión integral de la propia Iniciativa.

PROTECCIÓN DE LA NIÑEZ
Situación
En 2024, tal como se destaca en el RMNA 2024, las niñas y niños refugiados y migrantes continuaron enfrentándose a graves desafíos de protección, incluyendo violencia, abuso, explotación, trata, separación familiar y falta de documentación. Los niños y niñas no acompañados o separados son particularmente vulnerables debido a la ausencia de cuidadores y a las dificultades para acceder a servicios esenciales de protección.
Se reportaron cifras significativas de NNA en varios países de América Latina y el Caribe, especialmente entre quienes se encuentran en tránsito, muchos de los cuales pasaban la noche en espacios públicos o al aire libre, expuestos a múltiples riesgos de protección (como cruces fronterizos peligrosos, trabajo infantil y encuentros con grupos armados), a menudo sin poder acceder a servicios esenciales. Por ejemplo, en Panamá, casi 4.500 NNA cruzaron la selva del Darién hasta noviembre de 2024. En Brasil, el RMNA 2024 identificó que aproximadamente el 8% de todos los niños y niñas que ingresaron por Roraima estaban no acompañados o separados, y en Ecuador, el 16% de los hogares de personas refugiadas y migrantes venezolanas tenían niñas o niños en esta situación.
Persistió la necesidad de que niñas yniños migrantes y refugiados accedan a procesos de regularización, asilo y documentación para garantizar su protección, integración y acceso a servicios esenciales como la educación y la salud. Sin embargo, los altos costos, los retrasos en los trámites consulares y la falta de priorización fueron identificados como obstáculos para este proceso. Como resultado, muchos niños y niñas permanecen en situación irregular, indocumentación y/o en riesgo de apatridia.
Respuesta
En 2024, el Subsector de Protección de la Niñez alcanzó a 87.100 personas refugiadas y migrantes en 17 países, lo que representa el 33,6% de la población objetivo. Del total de actividades reportadas, el 84% se implementaron mediante asistencia directa por parte de 57 socios, incluyendo ocho organizaciones dirigidas por personas refugiadas y migrantes. Las intervenciones principales incluyeron apoyo y orientación jurídica, documentación y registro, prevención y respuesta a la violencia, apoyo a la reunificación familiar, apoyo a la salud mental y psicosocial (SMAPS), y cuidado transitorio para niñas y niños no acompañados y/o separados (NNA).
Los socios también colaboran estrechamente con las autoridades nacionales para garantizar la identificación y referenciación de niños y niñas en situación de riesgo hacia servicios apropiados. En Ecuador, por ejemplo, más de 15.800 niños fueron remitidos a servicios de protección infantil y apoyo psicosocial, incluidos NNA no acompañados o separados afectados por el reclutamiento forzado por parte de grupos delictivos. En República Dominicana, las consultas a través de espacios amigables permitieron a cuidadores, niños y niñas identificar los principales desafíos para acceder a los servicios de protección, mientras que en Trinidad y Tobago se brindó apoyo de interpretación para facilitar el acceso de niños y niñas venezolanos a los mecanismos nacionales de protección.
A nivel regional, los socios del Subsector de Protección de la niñez realizaron un evento que aportó una perspectiva global a la región, sirviendo como un diálogo estratégico para abordar los riesgos y necesidades de protección de niños, niñas y adolescentes en contextos humanitarios en América Latina y el Caribe. Este diálogo se llevó a cabo en el marco de la Reunión Anual 2024 sobre la protección de niños, niñas y adolescentes en Acción Humanitaria.
En cuanto al fortalecimiento de capacidades, los socios apoyaron el desarrollo e implementación de la nueva versión del paquete de capacitación sobre los Estándares Mínimos de Protección Infantil, adaptándolo a la región de América Latina y el Caribe. Se impartió una capacitación en persona a socios del R4V, alcanzando a 40 personas de toda la región (ONG nacionales e internacionales y otros actores humanitarios). Además, los socios lanzaron el directorio regional de servicios de protección infantil para la atención de niños y niñas incluidas personas migrantes y refugiadas.
Por último, el Subsector de Protección de la Niñez mantuvo una coordinación estrecha con el Proceso de Quito para avanzar en los esfuerzos de promoción en materia de protección infantil y reunificación familiar entre los Estados miembros de este foro intergubernamental.
Lecciones aprendidas
La coordinación regional, el uso de herramientas contextualizadas y la colaboración interinstitucional fortalecieron la protección infantil en 2024. Los espacios de diálogo fomentaron la acción conjunta entre actores humanitarios, mientras que la adaptación de estándares globales al contexto regional mejoró la implementación. La coordinación a través del Proceso de Quito impulsó prioridades clave en América Latina y el Caribe, como la protección de niños y niñas no acompañadas y la reunificación familiar.
Cover Photo by: UNICEF

VBG
Situación
En 2024, las personas refugiadas y migrantes, especialmente mujeres y niñas, estuvieron en riesgo de sufrir violencia basada en género (VBG) tanto en espacios públicos como privados. Las rutas migratorias irregulares, cada vez más controladas por grupos delictivos organizado, junto con la persistente inestabilidad económica y política, incrementaron aún más los riesgos de VBG.
Según el RMNA 2024, en Ecuador, el 20% de las mujeres y niñas venezolanas que intentaban llegar a otro país reportaron sentirse inseguras en relación con los riesgos de VBG. En Colombia, este mismo porcentaje alcanzó el 35% para las venezolanas y el 33% para personas de otras nacionalidades. En Perú, mujeres y niñas en tránsito reportaron haber sido amenazadas y recibir propuestas sexuales a cambio de comida y transporte.
Un estudio del Banco Mundial de 2024 informó que al menos dos de cada cinco mujeres han sido testigos de alguna forma de violencia basada en género (VBG) mientras se desplazaban por América Latina. El acceso a servicios de respuesta ante la VBG sigue siendo un desafío crítico para ellas. De hecho, el 41% de las personas encuestadas conocían a mujeres que habían experimentado violencia física, psicológica o sexual. Sin embargo, esta cifra probablemente subestima la prevalencia real debido al problema persistente de la falta de denuncias.
Respuesta
En 2024, el Subsector Regional de VBG supervisó la respuesta en varios países, brindó orientación técnica a los subsectores nacionales y apoyó sus esfuerzos de coordinación. También elaboró orientación técnica sobre mitigación de riesgos de VBG y lideró capacitaciones regionales sobre orientación interagencial para mejorar la programación en VBG. El Subsector trabajó además con otros sectores para incorporar la perspectiva de VBG en sus planes de acción a lo largo del año. En los países de R4V, los socios alcanzaron un total de 100.100 personas refugiadas, migrantes y miembros de las comunidades de acogida afectadas, mediante una variedad de actividades de prevención, mitigación de riesgos y respuesta ante la VBG. Los esfuerzos se centraron en brindar servicios que salvan vidas, fortalecer la capacidad de los responsables de garantizar derechos para ofrecer atención centrada en las sobrevivientes, y avanzar en iniciativas clave de prevención y mitigación de riesgos.
El Subsector Regional cofacilitó, junto con líderes del Subsector en Colombia y otros actores de Venezuela, una capacitación de formadoras en tres etapas para 24 organizaciones lideradas por mujeres sobre los Estándares Mínimos en Programación de VBG. Además, se lanzó un curso en línea sobre Gestión de Casos de VBG en Emergencias, al que asistieron 128 personas de 10 países. Otros logros incluyeron el apoyo al establecimiento de una red de 22 organizaciones de 10 países de acogida que trabajan en prevención y respuesta a la VBG. Estas organizaciones recibieron información sobre oportunidades de financiamiento, apoyo técnico entre pares para producir mensajes clave sobre protección frente a la VBG, estandarización de VBG para distintas operaciones en la región, y se facilitó una capacitación sobre Principios de orientación de VBG y referenciaciones seguras para 23 miembros de ONG en Perú, Colombia y Ecuador. Además, el Subsector de VBG participó en el Proceso de Quito y en las consultas de Cartagena+40 para abogar por la priorización de la respuesta y mitigación de riesgos de VBG en la agenda humanitaria, en acuerdos intergubernamentales sobre migración segura y por la participación significativa de organizaciones lideradas por mujeres.
Los esfuerzos para la mitigación de riesgos de VBG incluyeron la colaboración con otros sectores. En este sentido, se llevó a cabo un taller regional sobre mitigación de riesgos de VBG en la asistencia en efectivo para Brasil, Perú y Ecuador, lo que dio como resultado que los socios de los Grupos de Trabajo de Asistencia en Efectivo (CVA) en estos países adoptaran herramientas de evaluación de riesgos de VBG en sus programas de asistencia en efectivo y se comprometieran a capacitar a los proveedores de asistencia en efectivo sobre los riesgos de VBG como parte de sus planes de trabajo.
Lecciones aprendidas
A lo largo del 2024, los programas de VBG enfrentaron obstáculos significativos en zonas afectadas por conflictos y en aquellas con amplia presencia, incluyendo áreas bajo control directo de grupos criminales organizados y grupos armados no estatales en partes de Ecuador, Colombia, el norte de Chile, Guyana y la frontera de Brasil con Venezuela. A pesar de estos desafíos, se lograron avances mediante la ampliación de servicios esenciales y actividades como espacios seguros móviles y brigadas, así como a través del fortalecimiento de alianzas sólidas con autoridades estatales, sociedad civil local y organizaciones comunitarias.
En 2025, mantener las intervenciones contra la VBG requerirá un enfoque más fuerte en la localización de la prevención y respuesta, colocando a los actores locales, en particular a las organizaciones lideradas por mujeres, en el centro de las acciones, al mismo tiempo que se impulsa una mayor apropiación por parte de los gobiernos. Esto también implicará una inclusión más amplia y significativa de las organizaciones lideradas por mujeres en los espacios de toma de decisiones. Estos grupos son fundamentales para mantener el acceso continuo a personas refugiadas y migrantes, fomentar la apropiación local y asegurar una presencia territorial sostenida. Fortalecer estas alianzas es crucial para lograr un impacto duradero y la sostenibilidad de los programas de VBG.
Cover Photo by: UNHCR

TRATA Y TRÁFICO DE PERSONAS
Situación
Las personas refugiadas y migrantes continúan en riesgo de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes en toda la región, con muchas personas venezolanas identificadas como víctimas de trata. De hecho, la trata de personas ha ido evolucionando constantemente y, en particular, ha aumentado entre la población refugiada y migrante, afectando de manera desproporcionada a mujeres y niñas.
Según el Informe Global sobre la Trata de Personas de la UNODC, publicado en diciembre de 2024, en América Central y el Caribe, el 52% de todas las víctimas detectadas eran niñas y el 30% mujeres. Del total, el 62% fue víctima de trata con fines de explotación sexual, siendo las mujeres y niñas casi la totalidad del grupo: ligeramente más niñas (56%) que mujeres (41%). En América del Sur, las mujeres y niñas representaron el 62% de todas las víctimas de trata detectadas.
En 2022, la forma más común de explotación en América del Sur fue la trata con fines de trabajo forzado (55%), seguida por la trata con fines de explotación sexual (40%). En cuanto al tráfico ilícito de personas, los riesgos en la región han aumentado significativamente para personas migrantes y refugiadas, especialmente a lo largo de las rutas más peligrosas como la selva del Darién y a través de América Central y México, debido principalmente a políticas migratorias cada vez más restrictivas. Según el Centro de Migraciones Mixtas, en 2024 alrededor del 30% de mujeres y hombres en tránsito utilizaron traficantes, especialmente para el cruce entre países (88%), tránsito dentro del país (64%), así como para obtener alimentos, agua y acceso a comunicación (30%).
Tal como se indica en el RMNA 2024, los grupos más vulnerables frente a la trata incluyen a personas refugiadas y migrantes que intentan llegar a otro país o que se encuentran en situación irregular, en particular mujeres, niños y niñas no acompañados o separados, pueblos indígenas y afrodescendientes, personas con discapacidad, trabajadoras sexuales y personas LGBTQI+.
Respuesta
En 2024, el Subsector de Trata y Tráfico de personas promovió respuestas integrales a ambos delitos mediante la participación de una amplia variedad de actores. La estrategia se centró en los “4P”: prevención, protección, acusación y alianza. En total, el subsector alcanzó a 10.500 personas a través de 10 organizaciones socias, tres de las cuales estaban lideradas por personas migrantes y refugiadas.
La prevención y protección basadas en la comunidad siguieron siendo elementos centrales del trabajo del sector, apoyado por asistencia directa, colaboración regional y campañas de concientización. También se puso un fuerte énfasis en el fortalecimiento de capacidades institucionales para mejorar la apropiación gubernamental mediante redes de coordinación regional1.
A lo largo de las principales rutas migratorias, los socios apoyaron una mayor colaboración para abordar la trata y tráfico de personas migrantes. Esto incluyó el lanzamiento del primer sistema digital de gestión de casos en el Caribe para víctimas de trata en Trinidad y Tobago, desarrollado junto con actores gubernamentales; el proceso de aprobación de una nueva ley contra la trata en Panamá; y el establecimiento de una herramienta de recolección de datos sobre trata de personas en Costa Rica.
El Subsector también fortaleció la coordinación con el Grupo de Trabajo sobre Trata de Personas del Proceso de Quito. Durante una sesión sobre rutas seguras y protección, se validó una Guía Consular para asistir en la reubicación de víctimas de trata hacia terceros países. Por primera vez, participaron ministerios de la mujer en la sesión, compartiendo buenas prácticas para abordar la trata desde una perspectiva de género e interseccional. Los ministerios de Perú, Chile y Costa Rica presentaron enfoques innovadores para adaptar las respuestas a las necesidades de mujeres refugiadas y migrantes que enfrentan situaciones de explotación.
Además, el desarrollo de herramientas para la Identificación Temprana de la Trata de Personas del Proceso de Quito fue presentada en un taller de capacitación en Argentina, con el apoyo de socios del Subsector. Esto ayudó a fortalecer el vínculo entre desarrollo y paz, reforzando aún más el trabajo realizado en el marco del R4V. Los socios del Subsector construyeron alianzas con el Marco Integral Regional de Protección y Soluciones Regionales (MIRPS) y redes especializadas de autoridades, como CORETT, REDTRAM y la Plataforma Regional contra la Trata de Personas y el Tráfico ilícito de Migrantes.
El Subsector también colaboró con otros sectores y subsectores del R4V, incluyendo Transporte Humanitario, Integración, Protección de la niñez y VBG, para abordar de manera más eficaz el creciente riesgo de violencia basada en género —incluida la trata y tráfico de personas— a lo largo de las rutas.
Lecciones aprendidas
Los desafíos en 2024 incluyeron adaptar la respuesta a dinámicas en evolución vinculadas al crimen organizado, incluyendo nuevas rutas de trata, movimientos inversos de norte a sur y un aumento en los riesgos de protección. La orientación técnica especializada en puntos fronterizos y una mayor colaboración con otras redes regionales mejoraron significativamente la capacidad de las autoridades de primera línea para detectar, identificar y derivar casos de trata y tráfico.
Las capacitaciones especializadas, herramientas y protocolos alineados con estándares internacionales fortalecieron la preparación operativa y fomentaron sinergias más sólidas entre las unidades fronterizas y las autoridades centrales, garantizando respuestas nacionales más coherentes y eficaces.
Cover Photo by: UNODC/CARLOS BANDEIRA JR.

ALOJAMIENTO
Situación
En 2024, el acceso a alojamiento siguió siendo una de las principales prioridades para las personas refugiadas y migrantes en la región. Las barreras sociales y físicas han agravado problemas como la falta de vivienda, los desalojos, el hacinamiento o la vivienda inadecuada, así como la reubicación en zonas periféricas o asentamientos informales. Muchas personas migrantes y refugiadas enfrentaron desafíos agravados debido a la inseguridad, la violencia y los impactos de eventos ambientales y climáticos en los territorios de acogida.
Como se destaca en el RMNA 2024, aproximadamente el 73% reside en viviendas alquiladas, con tasas más altas observadas en Argentina, Ecuador y Panamá. Los estrictos requisitos de alquiler, los altos costos, las restricciones financieras y la falta de subsidios para el alquiler han contribuido a condiciones de vida precarias. Se informa que alrededor del 20% de los hogares están en riesgo de desalojo o ya han sido desalojados.
Mientras tanto, las soluciones de emergencia, como las opciones de alojamiento colectivo temporal, se consideraron insuficientes, ya que los alojamientos de emergencia a menudo no lograban satisfacer la demanda debido a cierres o a una infraestructura inadecuada.
Respuesta
En 2024, el Sector de Alojamiento alcanzó a un total de 128.400 personas en 17 países, lo que representa el 27% de la población objetivo. Del total de actividades, el 83% se implementó a través de asistencia directa por parte de 59 organizaciones, incluyendo nueve organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes,y el resto estuvo relacionado con el fortalecimiento de capacidades.
La mitad de las actividades implementadas correspondieron a soluciones de alojamiento individuales, principalmente programas de alquiler como el apoyo en Vivienda, Tierra y Propiedad (HLP por sus siglas en inglés), para minimizar el riesgo de desalojo, prevenir el hacinamiento y promover la resolución de conflictos entre inquilinos y arrendadores. Estas actividades fueron seguidas por soluciones de alojamiento colectivo, en las que los socios se enfocaron en mejorar la infraestructura de los alojamientos y brindar apoyo en la gestión mediante asistencia técnica y fortalecimiento de capacidades.
Por ejemplo, tras una tormenta en Roraima, Brasil, los socios de R4V, junto con el gobierno y el ejército, formaron un grupo de trabajo para proveer colchones secos, restablecer 650 estructuras, aislar áreas y gestionar el flujo de personas.
Otras actividades incluyeron la entrega de artículos no alimentarios (NFI por sus siglas en inglés), con la distribución de artículos para realizar tareas diarias, como ropa, artículos para dormir y de cocina. También se implementaron actividades relacionadas con infraestructura comunitaria, mediante intervenciones basadas en áreas, como en asentamientos, que desempeñaron un papel fundamental en la promoción de la integración social y cultural, así como en el fortalecimiento de las autoridades locales.
Los socios del Sector de Alojamiento continuaron coordinando actividades con varios sectores, con el objetivo de ofrecer soluciones integradas. Los Sectores de Alojamiento e Integración publicaron las directrices “Fortalecimiento del enfoque territorial para la integración”, que reforzaron estos esfuerzos.
Se fortaleció la coordinación con el Grupo de apoyo de Medio Ambiente de R4V, capacitando a socios del sector de alojamiento en el uso de las herramientas del Asesor Virtual Medioambiental y Humanitario y la herramienta de Evaluación Ambiental Nexus, para incorporar consideraciones ambientales en la respuesta de alojamiento. Estas capacitaciones se llevaron a cabo junto con REDLAC y el Clúster Global de Alojamiento, allanando el camino para una mayor alineación de la arquitectura humanitaria en 2025.
Además, se iniciaron esfuerzos con el Subsector de VBG y el Sector de WASH, con planes para publicar nuevas orientaciones a lo largo del año.
Lecciones aprendidas
A pesar de los importantes desafíos que enfrentan las personas refugiadas y migrantes para acceder a alojamiento, incluidos los altos costos de alquiler, las limitaciones financieras, los estrictos requisitos de arrendamiento y el acceso limitado a subsidios de alquiler, lo que a menudo resulta en condiciones de vida precarias, se han logrado avances importantes en el fortalecimiento del compromiso y la capacidad de respuesta de los gobiernos. Estos avances han permitido establecer vínculos programáticos más sólidos con esquemas de protección social e iniciativas de desarrollo más amplias, promoviendo así la inclusión y permanencia de las personas migrantes y refugiadas dentro de las políticas públicas.
Por ejemplo, en Uruguay, los socios de R4V trabajaron junto con el Gobierno en la implementación del “Programa de Apoyo a la Integración Socio Urbana de la Población Migrante”, que tiene como objetivo promover la integración social y urbana de personas refugiadas y migrantes.
Existe un reconocimiento cada vez mayor de la necesidad de soluciones más sostenibles que no solo estén integradas en los marcos de políticas públicas, sino que también estén impulsadas por esfuerzos de localización y se fortalezcan mediante una mayor participación del sector privado.
Cover Photo by: R4V

AGUA, SANEAMIENTO E HIGIENE (WASH)
Situación
El RMNA 2024 demostró que los servicios de WASH que salvan vidas, en particular, el acceso al agua, siguen siendo una de las principales necesidades para las personas refugiadas y migrantes que intentan llegar a otro país. Cuatro países (Colombia, Ecuador, Perú y Panamá) mostraron tasas alarmantes de instalaciones y servicios de WASH limitados o inexistentes, lo que resultó en prácticas inseguras como la defecación al aire libre y otros riesgos para la salud, como la deshidratación y enfermedades gastrointestinales entre esta población.
Para las personas migrantes y refugiadas en destino, los desafíos para acceder a servicios de WASH continuaron durante 2024. Aunque los hogares venezolanos tienen acceso a infraestructura mejorada de agua, el suministro suele ser insuficiente para cubrir las necesidades básicas, como se evidenció en Argentina, Ecuador y Perú. Esto llevó a muchas familias a depender de fuentes de agua más costosas y menos confiables. Además, las instalaciones de saneamiento suelen ser compartidas con otros hogares o personas desconocidas, lo que compromete la seguridad y la dignidad, mientras que el acceso a artículos de higiene sigue siendo limitado debido a restricciones financieras o de suministro.
Las áreas con mayores necesidades, como los asentamientos informales —a menudo desatendidos por las autoridades locales debido a condiciones regulatorias— enfrentan importantes desafíos para acceder a servicios de WASH adecuados, lo que agrava las condiciones de vida de las personas refugiadas y migrantes que allí residen. Adicionalmente, los efectos del cambio climático intensifican cada año la escasez de agua en la región de América Latina y el Caribe, afectando de manera desproporcionada a las comunidades de personas migrantes y refugiadas, que con frecuencia se asientan en zonas propensas a inundaciones o con escasez de agua.
Respuesta
En 2024, los socios del sector de WASH continuaron respondiendo a las necesidades críticas de WASH de las personas refugiadas y migrantes. El sector alcanzó a más de 152.000 personas mediante 1.390 actividades llevadas a cabo por 42 organizaciones socias. Parte de la población atendida incluyó a personas migrantes y refugiadas en las Estaciones Temporales de Recepción Migratoria en Panamá y en la Estación Migratoria del Sur en Costa Rica, donde se brindaron servicios de WASH que salvan vidas a quienes se encontraban en situaciones de mayor vulnerabilidad, como mujeres y niños y niñas.
La respuesta en toda la región se implementó en gran medida a través de asistencia directa (91%), que abarcó la provisión de agua potable, saneamiento, instalaciones de lavado y artículos de higiene, incluyendo higiene menstrual. En los puntos fronterizos entre Perú/Bolivia y Bolivia/Chile, estos servicios se prestaron en ambos lados de la frontera en los Puntos de Atención y Orientación (PAO). En Brasil, los socios del R4V trabajaron en iniciativas conjuntas con el gobierno, invirtiendo en infraestructura clave, incluida la instalación de letrinas semipermanentes y la mejora del acceso al agua en los alojamientos oficiales.
El modelo de “rincones de higiene” se amplió con éxito en la mayoría de los países del R4V: los rincones de higiene son espacios seguros donde las personas migrantes y refugiadas pueden elegir los artículos de higiene que mejor se adaptan a su situación (gestión menstrual, pañales para bebés, ropa interior, jabón para manos o para lavar ropa, entre otros).
También se implementaron intervenciones WASH a más largo plazo. Por ejemplo, en Huaquillas, Ecuador, los socios de R4V rehabilitaron pozos y mejoraron el sistema de suministro de agua para las comunidades de acogida de personas migrantes y refugiadas. En varios países de acogida, los socios también rehabilitaron centros de salud, escuelas y comedores comunitarios. Estos esfuerzos incluyeron la distribución de artículos de higiene, filtros y tanques de agua, junto con campañas de cambio de comportamiento social y promoción de la higiene, con el fin de mejorar el acceso y tratamiento seguro del agua en los hogares.
Los esfuerzos de coordinación y respuesta se fortalecieron mediante actividades de fortalecimiento de capacidades para fortalecer la respuesta colaborativa en el sector de WASH. Por ejemplo, en Brasil se estableció un comité técnico de WASH con autoridades locales, y se creó un laboratorio para el monitoreo de la calidad del agua destinado tanto a comunidades de acogida como a personas migrantes y refugiadas, en coordinación con el municipio local.
De manera similar, en Colombia, el sector desarrolló un Marco Operativo para la Promoción de la Higiene en Emergencias con el fin de estandarizar las prácticas y artículos de higiene para los socios, demostrando el compromiso del sector con el aprovechamiento de capacidades y conocimientos existentes para lograr una respuesta más coordinada y eficaz.
Lecciones aprendidas
A pesar de los desafíos relacionados con los costos y el mantenimiento de la infraestructura, los socios del sector de WASH continuaron brindando servicios esenciales que salvan vidas. En 2025, el sector priorizará soluciones duraderas en áreas de alta necesidad, como los asentamientos informales, que tienen menor probabilidad de recibir apoyo de las autoridades locales para garantizar el acceso a servicios de WASH. Las intervenciones efectivas a largo plazo contribuirán además a la integración de las comunidades locales, promoviendo la cohesión social y el desarrollo comunitario.
Para mejorar la efectividad y sostenibilidad de los servicios de WASH, el sector continuará fortaleciendo los mecanismos locales de coordinación. Esto implica establecer líneas claras de comunicación, definir roles y responsabilidades, construir alianzas y promover la colaboración entre los actores de WASH, los sectores del R4V, las agencias gubernamentales y otras partes interesadas.
Cover Photo by: UNICEF

ASISTENCIA EN EFECTIVO Y VALES
Situación
En 2024, el apoyo financiero continuó desempeñando un papel central en la asistencia a personas migrantes y refugiadas de Venezuela en América Latina y el Caribe. A pesar de los esfuerzos de los países de acogida, como Colombia y Ecuador, por ampliar el acceso a la regularización, la protección y la integración, muchas personas enfrentaron obstáculos significativos para satisfacer de manera constante sus necesidades básicas o acceder a servicios. Las personas refugiadas y migrantes en contextos de destino se vieron particularmente afectadas por las opciones limitadas de vivienda, medios de vida precarios y acceso restringido a los mecanismos nacionales de protección social. En muchas áreas urbanas, los sistemas de servicios, ya frágiles, enfrentaron una mayor demanda, lo que afectó tanto a las personas refugiadas y migrantes como a las comunidades de acogida. En este sentido, el apoyo financiero continuó desempeñando un papel fundamental para abordar estas brechas.
Respuesta
El apoyo financiero fue una herramienta clave utilizada por los socios en toda la región para ayudar a las personas refugiadas y migrantes más vulnerables a cubrir una serie de necesidades esenciales, incluyendo alimentación, alojamiento e higiene, al tiempo que contribuía a su inclusión más amplia dentro de las comunidades de acogida. A lo largo del año, se alcanzó a 179.000 personas, lo que representa el 38% de las 469.890 de población meta. La mayoría de las personas asistidas se encontraban principalmente en países de destino (106.000), seguidas por poblaciones pendulares (34.000), miembros de comunidades de acogida (31.000) y otras (8.000).
A pesar de las limitaciones de financiamiento, solo se recibió el 11% de los 132,46 millones de USD requeridos, el apoyo financiero demostró ser altamente impactante. Al permitir que las familias eligieran cómo y dónde satisfacer sus necesidades, ayudó a salvaguardar la dignidad y autonomía, al tiempo que contribuyó a las economías locales mediante el gasto a nivel de hogar en tiendas, mercados y servicios locales.
El apoyo financiero también desempeñó un papel estabilizador, ayudando a que las familias migrantes y refugiadas permanecieran de forma segura donde se encontraban, reduciendo su dependencia de mecanismos de afrontamiento negativos. Además, contribuyó a promover la convivencia pacífica al aliviar la demanda sobre los sistemas nacionales de asistencia y mejorar la capacidad de las personas refugiadas y migrantes para contribuir a sus comunidades.
Lecciones aprendidas
La coordinación efectiva a través de los grupos de trabajo nacionales fue un factor clave para una implementación de calidad en 2024. Estas plataformas ofrecieron espacios estructurados para la colaboración, el intercambio de información, los esfuerzos de deduplicación y el desarrollo de enfoques coherentes entre los actores humanitarios dentro de respuestas multisectoriales.

MEDIO AMBIENTE
Situación
El año 2024 estuvo marcado por una serie de eventos climáticos extremos en América Latina y el Caribe, que provocaron pérdidas humanas, desplazamientos, interrupciones en los medios de vida y daños extensos a infraestructuras críticas, afectando significativamente a las comunidades. El impacto climático del fenómeno de El Niño se evidenció en varios países de la región, con patrones de lluvia alterados que causaron sequías generalizadas, mientras que otras zonas experimentaron lluvias intensas, inundaciones, deslizamientos de tierra y pérdidas económicas. Además, varias tormentas tropicales y huracanes causaron daños devastadores.
La variabilidad climática y los eventos extremos ejercieron presión adicional sobre los sistemas agroalimentarios y la seguridad alimentaria, afectando a agricultores comunitarios, productores a pequeña escala y poblaciones vulnerables que ya enfrentaban pobreza, desigualdad o marginación, incluidas personas refugiadas y migrantes. Estos grupos son más vulnerables a los impactos climáticos, que agravan la pobreza, limitan el acceso al agua potable y aumentan la inseguridad alimentaria y la malnutrición, especialmente tras conflictos o desastres relacionados con el clima.
Además, los movimientos masivos de personas migrantes y refugiadas, junto con las respuestas humanitarias a gran escala, contribuyeron a la presión ambiental en rutas clave y zonas de concentración. En la selva del Darién, por ejemplo, estos movimientos y respuestas han generado mayor deforestación, contaminación y presión sobre los ecosistemas locales y las comunidades indígenas.
Respuesta
Basándose en la estrategia integrada desarrollada en 2023, que reafirmó el compromiso de R4V con la operacionalización del nexo humanitario-desarrollo, los esfuerzos en 2024 incluyeron el fortalecimiento de capacidades para soluciones ambientalmente sostenibles, la sensibilización y la mejora de la resiliencia de las comunidades y del entorno frente a impactos y amenazas externas.
Para alcanzar soluciones duraderas y reforzar el enfoque de “no causar daño”, se llevaron a cabo varias capacitaciones y entrenamientos regionales para socios de R4V. En julio, se realizó una capacitación con el Sector de Alojamiento para facilitar el uso de la herramienta Virtual Environmental and Humanitarian Adviser (VEHA). Tras esta capacitación, se desarrolló un nuevo paquete de la herramienta Nexus Environment Assessment Tool (NEAT+) adaptado a la región de ALC. En noviembre, se llevó a cabo otra capacitación conjunta con el Sector de Alojamiento de R4V, el Clúster Global de Alojamiento, la IFRC y la Unidad Conjunta de Medio Ambiente de UNEP-OCHA. Los participantes adquirieron conocimientos sobre la relevancia de NEAT+ para el análisis ambiental y comprensión práctica basada en estudios de caso reales.
Finalmente, el Punto Focal de Medio Ambiente lideró la creación de un nuevo Marcador Ambiental, presentado durante el seminario web del proceso de presentación de actividades del RMRP 2025-2026 en agosto de 2024. Este marcador, como parte de la estrategia integrada, se centró en soluciones duraderas mediante el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades y del entorno frente a impactos, a través de un enfoque de nexo humanitario, paz y desarrollo. Mide acciones que incluyen Soluciones Basadas en la Naturaleza (NbS) y restauración ambiental, con el objetivo de abordar las necesidades compuestas de personas migrantes y refugiadas afectadas por el cambio climático, la violencia y los conflictos. La encuesta a 261 organizaciones destacó el estado actual de la transversalización ambiental y su implementación estratégica.

PROTECCIÓN CONTRA LA EXPLOTACIÓN Y EL ABUSO SEXUAL (PEAS)
Situación
En 2024, los riesgos de explotación y abuso sexual (EAS) continuaron siendo una preocupación crítica en toda la respuesta de R4V. La convergencia de necesidades humanitarias, acceso limitado a vías de protección y dinámicas de poder desiguales entre las poblaciones afectadas y quienes prestan servicios puede dar lugar a situaciones de SEA, que a menudo no se denuncian. Las personas en movimiento—especialmente mujeres, niñas, niños no acompañados o separados, y otros grupos vulnerables sin estatus regular—permanecieron en riesgo elevado, particularmente al navegar sistemas desconocidos, intentar llegar a otro país o depender de asistencia para cubrir necesidades básicas.
Estos riesgos se ven agravados por la disponibilidad limitada de servicios, dificultades para acceder a procesos de regularización y escaso conocimiento sobre derechos y mecanismos de denuncia. Los hallazgos del RMNA 2024 y del informe del Secretario General de la ONU sobre PSEA 2024 señalan brechas sistémicas en la prevención y respuesta ante SEA. A pesar de los esfuerzos en curso, solo la mitad de los hogares que reciben asistencia en países R4V reportaron saber cómo presentar quejas o comentarios sobre organizaciones o personal, y esta cifra cae al 29% entre personas en tránsito. Además, más de 1 de cada 10 hogares encuestados desconocía que la asistencia humanitaria es gratuita, cifra que asciende al 32% entre personas en movimiento, lo que las expone a un riesgo significativo de explotación. El RMNA 2024 también indicó que la desinformación, la falta de canales seguros de denuncia y el escaso conocimiento sobre el comportamiento esperado del personal humanitario persisten en múltiples contextos, incluidas rutas de alto riesgo.
Respuesta
En 2024, la Comunidad de Práctica (COP) de PEAS de R4V priorizó el fortalecimiento de la protección contra la explotación y el abuso sexual mediante la identificación de riesgos, evaluaciones de capacidad de socios, planes de fortalecimiento adaptados y colaboración interinstitucional con equipos técnicos y liderazgos de los Equipos de País de las Naciones Unidas.
Entre los logros clave destacan las alianzas entre la COP y cuatro organizaciones de la sociedad civil en Perú, Costa Rica, Ecuador y Chile, que transformaron la forma en que estos actores clave de R4V abordan la EAS. Estas alianzas permitieron el desarrollo de medidas organizacionales efectivas, como la elaboración de políticas internas, inclusión de cláusulas sobre EAS en contratos, capacitaciones obligatorias para el personal y procedimientos sistemáticos de verificación en procesos de contratación. Los socios también mapearon servicios de asistencia a víctimas, asegurando que las personas sobrevivientes puedan acceder a apoyo vital centrado en sus necesidades.
Otro logro importante fue la Evaluación Interinstitucional de Riesgos de EAS realizada en Chile en noviembre de 2024, en colaboración con múltiples entidades de la ONU y el Comité Nacional de PEAS. Participaron más de 80 personas migrantes y refugiadas, 28 personas trabajadoras de primera línea y 16 representantes de diversas organizaciones. La evaluación identificó vulnerabilidades clave, riesgos relacionados con modalidades operativas de la respuesta y brechas en mecanismos de denuncia y sistemas de apoyo a sobrevivientes. Estos esfuerzos fortalecieron los marcos de PEAS y contribuyen a entornos más seguros para personas refugiadas y migrantes.
La COP también adaptó y lanzó los materiales de la campaña “Juntas y Juntos Decimos No”, creando 15 piezas personalizadas. El lanzamiento regional se realizó a través del arte, en formato de teatro foro, destacando diversas manifestaciones de explotación, abuso y acoso sexual y discutiendo medidas preventivas con personal de varias organizaciones de R4V, incluidas personas directoras regionales. Este formato exitoso fue replicado en países como Ecuador y Perú con compañías teatrales nacionales.
Lecciones Aprendidas
En 2025, la implementación de prioridades estratégicas en PEAS se centrará en asegurar financiamiento y apoyo específicos para actividades de PEAS, y en abordar la participación desigual entre plataformas y países debido a brechas de capacidad dedicada. Las organizaciones locales presentan niveles variables de capacidad en PEAS; por ello, los esfuerzos se enfocarán en brindar apoyo técnico a socios más pequeños para adaptar sus sistemas internos.
Una lección clave para mejorar la coordinación y maximizar recursos fue la agrupación de fondos pequeños entre socios de la COP, el Subsector de Violencia Basada en Género y sectores como Alojamiento y Transporte Humanitario. Este enfoque colaborativo de financiamiento apoyó varios programas de fortalecimiento de capacidades, mejoró los aportes técnicos y fortaleció alianzas, aprendizajes y sinergias entre socios de R4V. Implementar esta estrategia en el próximo año será esencial para continuar aplicando medidas de PEAS y garantizar una respuesta basada en la seguridad, la dignidad y la integridad.

RENDICIÓN DE CUENTAS A LAS POBLACIONES AFECTADAS / COMUNICACIÓN CON COMUNIDADES (AAP/CwC)
Situación
Durante 2024, el contexto operativo en América Latina y el Caribe continuó evolucionando, impulsado por dinámicas cambiantes de movilidad, modificaciones en políticas públicas y un aumento en las medidas de control a lo largo de rutas principales. Estos desarrollos impactaron la forma en que se integraron la Rendición de Cuentas a Poblaciones Afectadas (AAP) y la Comunicación con Comunidades (CwC) en la respuesta. Aunque se observó progreso en la institucionalización de mecanismos de participación y retroalimentación en algunos países, los esfuerzos para garantizar una participación significativa y constante en toda la región fueron desiguales. Muchas personas migrantes y refugiadas continuaron enfrentando barreras para acceder a información oportuna, precisa y útil. Factores como el idioma, la exclusión digital y el alcance limitado en zonas rurales y fronterizas contribuyeron a brechas persistentes en la comunicación bidireccional. Al mismo tiempo, la creciente dependencia de plataformas digitales para compartir información y acceder a servicios resaltó la urgencia de abordar la brecha digital, especialmente para personas adultas mayores, personas con discapacidad y poblaciones indígenas. Asegurar que las estrategias de comunicación sean inclusivas y que los mecanismos de retroalimentación informen la toma de decisiones sigue siendo un desafío clave y una prioridad estratégica para la región.
Respuesta
En línea con las prioridades del RMRP 2024, el Grupo de Trabajo AAP/CwC se centró en tres áreas clave: (1) el fortalecimiento de sistemas de retroalimentación localizados, (2) el reforzamiento de esfuerzos interinstitucionales para aplicar acciones mínimas de AAP y (3) la promoción de enfoques de comunicación inclusivos y accesibles. A lo largo del año, varias plataformas nacionales de R4V fortalecieron y adaptaron mecanismos de retroalimentación comunitaria existentes, alineándolos con estándares técnicos globales de AAP y ajustándolos a sus contextos operativos específicos y necesidades comunitarias. En Chile, una misión interagencial al centro temporal de Lobitos apoyó la implementación de un mecanismo de retroalimentación comunitaria diseñado para recoger y responder a opiniones, preguntas y sugerencias de personas migrantes y refugiadas, con participación activa de autoridades locales. La misión incluyó una capacitación sobre sistemas de retroalimentación para 58 socios y funcionarios públicos, junto con consultas directas con personas venezolanas usuarias del centro, asegurando un enfoque contextualizado e informado por la comunidad. En Bolivia, más de 300 personas utilizaron canales establecidos para compartir inquietudes y sugerencias, contribuyendo a decisiones programáticas más informadas. En Perú, Ecuador y Colombia, los socios trabajaron para conectar mejor la retroalimentación comunitaria con rutas de referencia y prestación de servicios, mejorando la confianza y la capacidad de respuesta en terreno.
En Brasil, la herramienta interagencial U-Report Uniendo Voces continuó funcionando como un canal participativo, involucrando a un nuevo grupo de jóvenes venezolanos voluntarios. La plataforma facilitó el diálogo abierto sobre temas como salud mental y cambio climático, asegurando que las perspectivas comunitarias estuvieran al centro de la programación.
A nivel regional, el Grupo de Trabajo AAP/CwC colaboró estrechamente con el Sector de Protección y el Grupo de Trabajo de Comunicaciones para codesarrollar mensajes armonizados sobre derechos, servicios y procedimientos. El fortalecimiento de capacidades fue un componente central de la respuesta, con sesiones informativas y capacitaciones conjuntas sobre cómo integrar efectivamente acciones mínimas de AAP en programas, dirigidas a socios en Trinidad y Tobago y al Sector de Alojamiento.
También se llevaron a cabo intercambios adicionales en coordinación con socios de R4V y agencias de la ONU, con el objetivo de fortalecer enfoques comunes de rendición de cuentas y reforzar prácticas de participación comunitaria en toda la plataforma regional.
Lecciones Aprendidas
En 2024, la integración y transversalización de AAP enfrentó desafíos en algunas respuestas nacionales, especialmente en contextos donde cambios rápidos en políticas migratorias y presiones operativas limitaron la capacidad de los socios para mantener una participación comunitaria estructurada. En varios contextos, las barreras digitales y lingüísticas, así como la limitada apropiación institucional de AAP, redujeron la efectividad de los canales de retroalimentación. Para 2025, el Grupo de Trabajo AAP/CwC se enfocará en reforzar la coordinación a nivel país, promover la inclusión de AAP en la planificación de preparación y respuesta, y ampliar el uso de soluciones apropiadas al contexto y de baja tecnología para consolidar y expandir el alcance y la rendición de cuentas en áreas volátiles y de difícil acceso.

COMUNICACIONES
Situación
En 2024, la propagación de desinformación perjudicial sobre personas migrantes y refugiadas se intensificó en medios de comunicación y redes sociales, afectando directamente sus vidas y socavando la credibilidad de las organizaciones que trabajan en su apoyo. Este aumento de la desinformación estuvo estrechamente vinculado a niveles elevados de xenofobia, lo que dificultó la integración de personas refugiadas y migrantes en los 17 países de R4V, generando prácticas discriminatorias en el empleo y barreras significativas para acceder a la vivienda, según lo reportado en el RMNA 2024.
Al mismo tiempo, las personas migrantes y refugiadas continuaron enfrentando desafíos persistentes debido al acceso inconsistente y, a menudo, insuficiente a información confiable y oportuna. Contenidos falsos y engañosos se difundieron ampliamente en redes sociales comúnmente utilizadas por estas poblaciones, dejándolas vulnerables ante ofertas laborales fraudulentas, trata de personas y viajes peligrosos.
Las personas migrantes y refugiadas necesitan información precisa para tomar decisiones informadas sobre su seguridad, regularización y acceso a servicios esenciales. Sin embargo, según el RMNA 2024, tres de cada cuatro personas refugiadas y migrantes en Ecuador reportaron no contar con la información y los recursos necesarios para transitar sus trayectos de manera segura. En Colombia, el 60% de las personas migrantes y refugiadas en movimiento indicaron no haber recibido información suficiente sobre sus derechos y los servicios disponibles.
La proliferación de desinformación y la falta de información confiable y accesible continúan teniendo un impacto profundo en la protección, inclusión y bienestar de las personas refugiadas y migrantes en toda la región.
Respuesta
Ante este panorama desafiante, el Grupo de Trabajo Regional de Comunicaciones se centró en combatir la xenofobia y promover la cohesión social mediante la mejora de la comprensión pública sobre las realidades de las personas migrantes y refugiadas, destacando sus contribuciones a la sociedad.
Un logro clave dentro de la estrategia general fue la campaña digital del documental de R4V El viaje que no tiene fin. Este documental destacó las experiencias de cuatro familias refugiadas y migrantes en Panamá, Ecuador y Perú. Ocho videos promocionales y mensajes dirigidos en redes sociales lograron un alcance global, generando cerca de 5 millones de visualizaciones, 18 millones de impresiones y casi 190.000 interacciones en ‘X’. En YouTube, la campaña alcanzó a casi 652.000 personas y atrajo a cerca de 400.000 nuevos visitantes al perfil de R4V.
Para dar rostro humano a las experiencias de personas migrantes y refugiadas en la región, R4V produjo 12 historias en video que alcanzaron a más de 40.000 personas a través de sus perfiles en X y YouTube. Además, se realizaron misiones de contenido en Ecuador y Costa Rica para apoyar la difusión pública de historias de interés humano.
El Grupo de Trabajo de Comunicaciones fortaleció el conocimiento sobre la misión de R4V mediante el desarrollo de estrategias para difundir y amplificar el impacto de conocimientos basados en evidencia sobre necesidades y prioridades regionales, al tiempo que se promovía la solidaridad global. Estos esfuerzos incluyeron planes de comunicación 360°, con alcance a medios, videos, contenido en redes sociales, mensajes clave, boletines informativos y cobertura en tiempo real de eventos de alto nivel.
El Grupo de Trabajo de Comunicaciones también brindó apoyo a los sectores de R4V, plataformas nacionales y subregionales, y al equipo regional en la creación de productos para comunicar información e iniciativas clave de carácter contextual, operativo y estratégico.
Asimismo, se prepararon mensajes de comunicación pública en coordinación con socios para abordar desarrollos políticos y sociales que impactan a personas refugiadas y migrantes, así como para contrarrestar la desinformación sobre la respuesta. La colaboración estrecha con el Grupo de Trabajo Regional de AAP/CwC fue fundamental para identificar necesidades de información, cerrar brechas y apoyar la protección de personas refugiadas y migrantes en contextos adversos.
Lecciones Aprendidas
El mayor desafío para el Grupo de Trabajo de Comunicaciones fue responder de manera efectiva a la desinformación mediática y a las narrativas falsas sobre personas migrantes y refugiadas que circulan en redes sociales. Abordar este problema requiere una coordinación más sólida con los equipos de comunicación en toda la región para anticipar emergencias y contrarrestar la desinformación con contenido positivo que destaque las contribuciones de las personas refugiadas y migrantes a las comunidades de acogida.
En 2025, el Grupo de Trabajo continuará desarrollando contenido preciso y confiable para contrarrestar narrativas negativas y visibilizar tanto los desafíos como las contribuciones de las personas migrantes y refugiadas, asegurando que los medios de comunicación, tomadores de decisiones y el público estén bien informados. Además, será crucial subrayar la importancia de la respuesta de R4V en el apoyo a las poblaciones más vulnerables y en la complementariedad de los esfuerzos de los gobiernos de la región.

GÉNERO
Situación
En 2024, las desigualdades de género siguieron siendo una característica definitoria de la experiencia de personas refugiadas y migrantes en los 17 países de la Plataforma R4V. Según el RMNA 2024, mujeres, niñas y personas LGBTQI+ migrantes y refugiadas continuaron enfrentando barreras interseccionales que limitaron su acceso a derechos, servicios y oportunidades de integración. En toda la región, fueron desproporcionadamente afectadas por condiciones inadecuadas de alojamiento, servicios WASH deficientes y acceso limitado a salud, empleo, educación y protección.
Las políticas migratorias cada vez más restrictivas y la xenofobia agravaron aún más estos desafíos, dificultando la integración social de estos grupos. Las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de trabajar en empleos informales y enfrentaban mayores barreras debido a responsabilidades de cuidado. En Colombia, el 79% de las mujeres refugiadas y migrantes estaban en empleo informal, y en Brasil, solo el 21% de las mujeres migrantes y refugiadas en edad laboral accedían a empleos formales, frente al 42% de los hombres. Estas disparidades reforzaron la feminización de la pobreza, la dependencia de parejas íntimas y la exposición a la explotación. Las personas indígenas, especialmente las mujeres, enfrentaron discriminación adicional por barreras lingüísticas y culturales.
Las condiciones de alojamiento hacinadas e inseguras expusieron a mujeres, niñas y personas LGBTQI+ a mayores riesgos de protección. Continuaron enfrentando situaciones inseguras en espacios públicos y en actividades cotidianas como ir a la escuela o al trabajo. Estos riesgos de género, agravados por la xenofobia y el estigma, marcaron las necesidades específicas de estos grupos durante el año.
Respuesta
Los socios de R4V incorporaron una perspectiva de género interseccional como prioridad en sus actividades para el RMRP 2025-2026 y en la preparación del RMNA 2024. Este enfoque consideró factores como edad, género, orientación sexual, etnicidad y discapacidad, entre otros, para cerrar brechas de género y empoderar a los grupos poblacionales más vulnerables—ya sea en tránsito, en movimientos pendulares o en destino. Las mujeres embarazadas, jefas de hogar, niñas, adolescentes, personas LGBTQI+ y personas con discapacidad estuvieron en el centro de la respuesta del RMRP.
Como parte de estos esfuerzos, se realizaron capacitaciones sobre el Marcador de Género y Edad (GAM) con organizaciones socias para integrar aún más las perspectivas de género, edad y diversidad en las respuestas de R4V. Además, el uso del marcador de género y edad fue un requisito para todas las organizaciones socias al registrar actividades para el RMRP 2025-2026.
Los esfuerzos de coordinación con el Grupo de Trabajo de Género del Proceso de Quito dieron lugar a una reunión sobre rutas de migración segura desde una perspectiva de género, marcando la primera participación de ministerios de la mujer de toda la región. Los ministerios de Perú, Chile y Costa Rica compartieron enfoques innovadores para adaptar las respuestas a las necesidades de mujeres refugiadas y migrantes en tránsito.
Los socios de R4V también brindaron servicios vitales con enfoque de género. Albergues como la Casa de Acogida Esperanza en Uruguay desempeñaron un papel crucial en el apoyo a mujeres migrantes y refugiadas, incluidas aquellas de Venezuela. Estos espacios ofrecieron refugio, orientación legal, apoyo psicológico y asesoría laboral.
Brasil
Situación
En 2024, el compromiso de Brasil de acoger a personas migrantes y refugiadas de Venezuela siguió destacándose en la región, a pesar del aumento de la presión sobre los servicios públicos en las principales zonas fronterizas y de reubicación. A través de la “Operación Acogida”, liderada por el gobierno, Brasil mantuvo un enfoque orientado a soluciones, al tiempo que respondía a necesidades urgentes y básicas, acogiendo a más de 650.000 personas refugiadas y migrantes venezolanos hasta finales de 2024. En medio del proceso electoral de Venezuela en julio de 2024 y sus consecuencias, Brasil experimentó un notable aumento en las llegadas, particularmente en la ciudad fronteriza de Pacaraima.
A diferencia de las tendencias en muchos países vecinos, la mayoría de los venezolanos que llegan a Brasil tienen la intención de quedarse. Según el RMNA 2024, el 96% de los venezolanos expresaron su intención de permanecer en Brasil durante el año siguiente, lo que refleja su esperanza de estabilidad y el creciente papel de Brasil como destino para soluciones duraderas.
En general, el entorno político y socioeconómico en Brasil se mantuvo relativamente estable, lo que permitió el acceso continuo a documentación, servicios básicos y oportunidades de integración local. Para muchos venezolanos, estos avances reforzaron la posibilidad de construir un futuro estable en Brasil. Aunque algunos continuaron enfrentando desafíos socioeconómicos, la disponibilidad de documentación y las políticas inclusivas permitieron que muchos regularizaran su situación y aprovecharan oportunidades de integración local en lugar de emprender movimientos hacia otros destinos.
Respuesta
Durante el 2024, la respuesta de la Plataforma Nacional R4V en Brasil se orientó estratégicamente hacia el fortalecimiento de la coordinación intersectorial, el impulso a políticas inclusivas y la promoción de esfuerzos de integración sostenibles, con el objetivo de complementar las acciones lideradas por el gobierno. La respuesta priorizó el fortalecimiento de alianzas institucionales, el aumento de las capacidades de respuesta a nivel local y la promoción de la inclusión plena de personas refugiadas y migrantes en la sociedad brasileña. En lugar de centrarse únicamente en la asistencia humanitaria, los socios trabajaron de forma colaborativa para sentar las bases de una resiliencia e integración a largo plazo.
Las intervenciones de los socios del R4V en Brasil beneficiaron a aproximadamente 97.700 personas refugiadas y migrantes de Venezuela, así como a comunidades de acogida afectadas. Uno de los logros más destacados fue la respuesta sostenida en materia de protección en zonas fronterizas e interiores. El sector de Protección facilitó el pre-registro y el apoyo en documentación en los puntos de entrada fronterizos, incluso para niños, niñas y adolescentes no acompañados o separados, en línea con las directrices de la Resolución del CONANDA. Se implementó un enfoque de gestión de casos adaptado para atender las necesidades de grupos en situación de alto riesgo, como sobrevivientes de violencia y niños y niñas con vulnerabilidades graves, reforzando la arquitectura de protección de Brasil con un enfoque basado en derechos y que tomen en cuenta a los niños y niñas.
Debido a los esfuerzos coordinados y al apoyo logístico de los socios del R4V, la “Operación Acogida” logró más de 144.000 reubicaciones voluntarias en 2024, desempeñando un papel clave en la facilitación de la integración socioeconómica y en la reducción de la presión sobre las regiones fronterizas. Paralelamente, se amplió la modalidad de inserción laboral para alinear las reubicaciones con oportunidades de empleo, ilustrando un vínculo pragmático entre movilidad y medios de vida.
El subsector de Violencia Basada en Género (VBG) continuó invirtiendo en el fortalecimiento de capacidades para una gestión de casos de calidad en contextos humanitarios. Una serie de cursos en línea, talleres presenciales e intercambios técnicos fortalecieron los mecanismos de respuesta a nivel territorial, haciendo que los servicios de protección fueran más centrados en las personas sobrevivientes y accesibles.
Seguridad Alimentaria y la cohesión social surgieron como prioridades transversales. Un taller grupal liderado por socios del R4V y autoridades sirvió como plataforma para profundizar la colaboración en la reducción del hambre y la asistencia alimentaria, particularmente para familias venezolanas recién llegadas. Estos esfuerzos fortalecieron la respuesta nacional frente a la inseguridad alimentaria aguda, al tiempo que tendieron puentes entre las comunidades de acogida y la población de personas migrante y refugiada. En 2024, políticas como las transferencias monetarias multipropósito, la redefinición de la canasta de alimentos y medidas para facilitar el acceso a alimentos saludables a nivel local contribuyeron a mejorar los indicadores de inseguridad alimentaria, complementando una respuesta nutricional sólida.
En términos de innovación, el mecanismo conjunto U-Report Uniendo Voces se destacó como una buena práctica en mecanismos de retroalimentación participativos. La iniciativa dio la bienvenida a una nueva cohorte de personas refugiadas y migrantes venezolanas en todo el país, y continuó funcionando como una herramienta dinámica de comunicación bidireccional. La plataforma permitió el intercambio entre actores humanitarios, personas refugiadas y migrantes sobre diversos temas, incluyendo salud mental, perspectivas de futuro de los venezolanos en Brasil y cambio climático, entre otros, garantizando que la programación respondiera a las voces de las personas afectadas.
El Sector de Alojamiento impartió capacitaciones específicas en Coordinación y Gestión de Campamentos en cinco estados del norte (Acre, Amapá, Amazonas, Pará y Rondônia), dotando a los equipos de alojamiento con estándares operativos y promoviendo el establecimiento de una red de protección en refugios y una comunidad de práctica.
En el área de Integración, los socios enfatizaron la resiliencia liderada por la comunidad mediante la facilitación de sesiones de capacitación e iniciativas que empoderaron a personas refugiadas y migrantes para organizarse, abogar por sus derechos y participar en la toma de decisiones públicas. Un ejemplo clave fue la participación de personas migrantes y refugiadas en la 2.ª COMIGRAR, donde contribuyeron a dar forma a la futura política nacional de migración, asilo y apatridia de Brasil.
El Sector de Salud priorizó los servicios para personas con vulnerabilidades específicas, incluyendo adultos mayores, con enfermedades crónicas y con discapacidad. Los socios apoyaron traslados médicos dentro del estado de Roraima para facilitar el acceso a atención especializada y mejorar la continuidad del tratamiento para quienes lo necesitaban. También se brindaron servicios de atención prenatal y de salud maternal.
El Sector de Educación promovió iniciativas de educación inclusiva mediante el apoyo en el acceso a documentación para la matrícula escolar, la provisión de materiales escolares y la oferta de apoyo lingüístico para niños y niñas venezolanas que ingresan al sistema educativo brasileño. La coordinación con las autoridades educativas locales ayudó a ampliar el alcance y reducir las tasas de deserción escolar, como se observó en Boa Vista, donde la distorsión edad-grado en la educación secundaria disminuyó un 6% entre 2023 y 2024.
Los socios del sector de WASH continuaron mejorando la infraestructura de agua, saneamiento e higiene en las áreas de recepción y alojamiento en la frontera, particularmente en Roraima. En 2024, se fortaleció la disponibilidad de agua potable segura, se instalaron instalaciones de saneamiento sensibles al género y se llevaron a cabo campañas de promoción de la higiene en el idioma portugués y español.
Los indígenas venezolanos, especialmente del grupo étnico Warao, continuaron recibiendo apoyo específico por parte de los socios del R4V mediante servicios de protección , asistencia alimentaria, alojamiento y servicios de salud culturalmente apropiados. La coordinación con autoridades estatales y municipales permitió atender sus necesidades específicas y promover rutas de integración dignas, especialmente en el norte de Brasil.
Lecciones aprendidas
A lo largo de 2024, el Gobierno de Brasil mantuvo una sólida respuesta a través de la Operación Acogida, y los socios del R4V continuaron complementando y fortaleciendo este esfuerzo liderado por el gobierno, garantizando un marco de cooperación bien coordinado con los actores humanitarios sobre el terreno. Si bien se lograron avances significativos en 2024, la naturaleza prolongada de la situación venezolana siguió ejerciendo presión sobre los sistemas de Brasil, particularmente en estados fronterizos como Roraima. Los sectores de Protección y Alojamiento enfrentaron una creciente demanda, especialmente tras las inundaciones en Río Grande do Sul, que detuvieron los vuelos de reubicación e incrementaron la presión sobre los servicios fronterizos. Los socios del R4V respondieron ampliando el apoyo multisectorial, aunque algunos sectores enfrentaron desafíos importantes para alcanzar a la mayoría de las personas necesitadas debido a limitaciones logísticas y de capacidad.
Después de más de siete años de esfuerzos sostenidos de respuesta, comienzan a surgir señales de fatiga tanto entre los socios de la Plataforma R4V como en las estructuras de coordinación gubernamentales. Los mecanismos diseñados inicialmente para emergencias de corto plazo ahora deben adaptarse para abordar las realidades de la integración a largo plazo. En 2025, la coordinación priorizará el fortalecimiento de las complementariedades entre los actores humanitarios y los sistemas gubernamentales, la inversión en capacidades locales y la promoción de la planificación conjunta con municipios y comunidades, con el objetivo de mantener una respuesta sostenible, inclusiva y con impacto.
Cover Photo by: Glenna Gordon/Save the Children
Chile
Situación
Los desarrollos sociopolíticos en evolución tanto en Chile como en Venezuela han influido notablemente en la dinámica de las personas refugiadas y migrantes, moldeando patrones de movilidad que reflejan tendencias regionales más amplias y marcos normativos en transformación. La promulgación en Chile de la Ley N.º 21.655 estableció un nuevo proceso de admisibilidad en el país, restringiendo el acceso a condición de refugiado, mientras que los acontecimientos con respecto a las relaciones diplomáticas con Venezuela dificultaron la documentación legal y el apoyo consular para las personas migrantes y refugiadas venezolanas.
Durante el último año, se implementaron medidas de seguridad fronteriza más estrictas mediante la ampliación de la Ley de Infraestructura Crítica y los avances en el proyecto del Sistema Integrado de Fronteras (SIFRON). Un acuerdo bilateral entre Chile y Bolivia ahora permite la reconducción inmediata de personas de todas las nacionalidades detenidas dentro de los 10 km de la frontera compartida, devolviéndolas a Bolivia a través de pasos oficiales tras un registro biométrico realizado por la policía chilena. Esta iniciativa podría tener un impacto considerable en poblaciones vulnerables, particularmente en personas refugiadas y migrantes sin documentación, lo que podría empujarlas a buscar rutas más remotas y peligrosas. Este desarrollo ocurre en un contexto más amplio de aumento de deportaciones, con 1.091 personas deportadas en 2024, frente a 946 en 2023.
En diciembre de 2024, el gobierno de Chile anunció planes para evaluar un proceso de regularización limitado para personas extranjeras registradas en el sistema de registro biométrico implementado por el Servicio Nacional de Migraciones. Dirigida a quienes tienen vínculos laborales o familiares en Chile, la iniciativa aún se encuentra en discusión, lo que deja a muchas personas en situación de incertidumbre respecto a su situación migratoria regular y su acceso a derechos y servicios básicos.
Respuesta
En respuesta a los desafíos enfrentados por personas refugiadas y migrantes venezolanas en Chile, R4V implementó una estrategia humanitaria coordinada en múltiples sectores. En 2024, 69.400 personas refugiadas y migrantes de Venezuela, junto con comunidades de acogida afectadas, recibieron asistencia para atender necesidades urgentes y promover la inclusión a largo plazo. A medida que los controles fronterizos se volvieron más estrictos y las vías regulares más limitadas, muchas personas enfrentaron mayores riesgos y barreras para acceder a servicios esenciales. Esta situación subraya la importancia de una coordinación reforzada entre autoridades nacionales, regionales y locales. El Grupo de Trabajo de la R4V para la región norte, que opera en Tarapacá, ha sido clave para fomentar esta colaboración, trabajando con entidades gubernamentales y la sociedad civil para mejorar el acceso a servicios vitales y fortalecer la protección de poblaciones vulnerables.
La Protección se mantuvo como un pilar central de la respuesta, con 39.100 personas refugiadas y migrantes que recibieron asistencia legal, apoyo en documentación y apoyo psicosocial. Para abordar los desafíos relacionados con la implementación de políticas restrictivas, los socios del R4V fortalecieron la gestión de casos y los mecanismos de referenciación, y se mantuvo el monitoreo de protección en puntos fronterizos clave. El Subsector de Protección de la Niñez alcanzó a más de 22.000 personas a través de la gestión de casos, apoyo psicosocial, referenciación a servicios especializados, espacios seguros y atención a niños, niñas y adolescentes no acompañados o separados. Además, el Subsector de Violencia Basada en Género (VBG) llevó a cabo talleres de prevención para aumentar la concientización sobre los derechos y los servicios de apoyo disponibles para personas en riesgo de violencia basada en género.
Ante los desafíos de integración relacionados con la falta de estatus migratorio regular y las barreras para el reconocimiento de competencias profesionales, los socios del R4V se enfocaron en promover la inclusión económica y la cohesión social de personas refugiadas y migrantes. Esto se logró mediante capacitaciones vocacionales, programas de emprendimiento y colaboraciones con el sector privado para mejorar el acceso al empleo formal. En Santiago, los programas de formación en emprendimiento ayudaron a personas migrantes y refugiadas a desarrollar medios de vida sostenibles, mejorando sus oportunidades económicas y su estabilidad financiera.
Para adoptar un enfoque integral, los socios del R4V colaboraron con instituciones nacionales para facilitar el acceso a la certificación de competencias laborales, incluso en sectores no tradicionales como las energías renovables. La vinculación con los sectores público y privado continuó fortaleciéndose mediante el apoyo a las iniciativas “Sello Migrante” y “Compromiso Migrante”, que promueven la inclusión laboral de personas refugiadas y migrantes al reconocer a empleadores inclusivos y fomentar el compromiso institucional. En las regiones del norte, los socios del R4V colaboran estrechamente con autoridades locales para implementar iniciativas de desarrollo comunitario que fomentan la coexistencia pacífica, incluyendo eventos interculturales y talleres que empoderaron a líderes comunitarios para diseñar e implementar proyectos locales.
En el Sector de Alojamiento, los socios del R4V fortalecieron la coordinación con organizaciones de la sociedad civil para proporcionar alojamiento de emergencia y subsidios de alquiler, estabilizando las condiciones de vida de 3.800 personas vulnerables. Además, más de 4.900 personas recibieron asistencia alimentaria mediante kits de alimentos o tarjetas electrónicas para mercados locales. En temas de educación, los socios del R4V trabajaron con autoridades educativas regionales para apoyar la implementación de la Política para Niños, Niñas y Estudiantes Extranjeros, brindando asistencia técnica y monitoreando el progreso hacia los objetivos de dicha política. Al mismo tiempo, las intervenciones educativas facilitaron la incorporación de más de 2.500 niños, niñas y adolescentes al sistema educativo formal, incluso mediante el suministro de material didáctico.
Los socios del R4V también ampliaron sus esfuerzos para garantizar que las personas refugiadas y migrantes pudieran acceder a servicios esenciales, incluidos servicios de WASH y salud. La distribución de agua y kits de higiene brindó apoyo vital a personas y familias que enfrentaban dificultades económicas severas. Para mejorar el acceso a la salud, los socios fortalecieron las iniciativas de alcance comunitario. Además, las intervenciones en salud mental ofrecieron un apoyo socioemocional crucial a personas refugiadas y migrantes.
Lecciones aprendidas
La discriminación y la retórica xenófoba continuaron en aumento, agravando aún más los desafíos que enfrentan las personas refugiadas y migrantes, especialmente aquellas en situación irregular. En 2024, el discurso público negativo en torno a la movilidad humana se hizo cada vez más visible, particularmente durante las elecciones regionales y locales. En este contexto, las vías de regularización se volvieron más limitadas y se aplicaron medidas más restrictivas en el marco de la Ley de Migración y el Sistema de Asilo. En respuesta, los socios del R4V intensificaron los esfuerzos de promoción ante las autoridades nacionales, lanzaron campañas de concientización y fortalecieron los mecanismos de protección, al tiempo que subrayaron la necesidad de promover narrativas basadas en evidencia que destaquen las contribuciones positivas de las personas migrantes y refugiadas a la economía y la sociedad chilena.
Garantizar la participación de personas refugiadas y migrantes fue esencial para una respuesta centrada en las personas, y su involucramiento en la JNA 2024 fortaleció el sentido de pertenencia comunitaria. De cara al futuro, los esfuerzos se centrarán en institucionalizar la participación y mejorar la coordinación para una respuesta más eficaz en 2025. No obstante, aún queda un trabajo sustancial por hacer en 2025 para transformar de manera efectiva la narrativa predominante.
Colombia
Situación
En 2024, el Gobierno de Colombia estableció nuevas medidas para regularizar a personas migrantes y refugiadas venezolanas, incluyendo un permiso especial para cuidadores de niños, niñas y adolescentes (PEP Tutor) y la Visa tipo V. Esta última se aplicó a todos los venezolanos que llegaron al país antes del 4 de diciembre de 2024 en situación irregular. Además, se reabrió el Registro Único de Migrantes Venezolanos hasta el 30 de enero de 2026 para quienes no pudieron registrarse anteriormente por fuerza mayor, permitiéndoles solicitar de forma tardía el Estatuto Temporal de Protección (ETP) para venezolanos.
En términos de integración, la tasa de desempleo entre personas refugiadas y migrantes venezolanas en Colombia en 2024 fue un punto porcentual más baja que el año anterior. Sin embargo, el 78% de los venezolanos económicamente activos, es decir, cuatro de cada cinco, se encontraban en el sector informal en 2024. Además, a lo largo del año, casi un millón de personas se vieron afectadas por conflictos y desastres relacionados con el clima. Los eventos de desplazamiento forzado e confinamiento impactaron a más de 313.600 personas (un aumento del 57% con respecto a 2023). Las disputas territoriales y los ataques contra civiles se intensificaron hacia finales del año en la subregión del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, donde residen aproximadamente 42.000 venezolanos, debido al recrudecimiento de hostilidades entre tres grupos armados no estatales.
A pesar de esta inestabilidad, Colombia siguió siendo un país clave para movimientos hacia el sur como hacia el norte. A lo largo del año, los movimientos de personas migrantes y refugiadas venezolanas aumentaron en comparación con 2023, aunque se mantuvo un saldo negativo con más salidas que entradas. En 2024, ingresaron al país 935.700 personas (+13% en comparación con 2023), mientras que las salidas aumentaron un 8% (2024: 1 millón vs. 2023: 997.400). En contraste, las salidas hacia Centro y Norteamérica a través de la selva del Darién disminuyeron un 39% (2024: 201.900 vs. 2023: 328.600), principalmente debido a estrictas medidas migratorias implementadas por países de la región.
Respuesta
En 2024, los socios de la Plataforma Nacional R4V en Colombia (GIFMM) asistieron a aproximadamente 807.100 personas (60% de la meta) a través de 172 organizaciones. La mayoría de las actividades se realizaron a través de asistencia directa (83%), seguidas por el refuerzo de capacidades (8%). Como parte de estos esfuerzos, el Sector de Protección alcanzó a 227.300 personas. Las actividades incluyeron apoyo a campañas de regularización, ampliación del alcance a zonas rurales, organización de capacitaciones para aquellos con permiso especial (PEP Tutor), provisión de asistencia legal, fortalecimiento de capacidades institucionales para asistir a personas refugiadas y migrantes afectadas por el conflicto, y la organización del Encuentro Nacional de Protección con los Puntos Focales de Coordinación Territorial de Protección.
Los socios del Subsector de Violencia Basada en Género (VBG) se enfocaron en actividades de prevención, gestión de casos y fortalecimiento de la respuesta gubernamental, alcanzando a cerca de 73.900 personas migrantes y refugiadas. El subsector publicó documentos técnicos como el informe sobre la “Situación de los hogares con jefatura femenina en contextos de movimientos mixtos”. Además, se capacitó a 15 organizaciones lideradas por mujeres de Colombia y Venezuela en la identificación y gestión de casos de VBG, fortaleciendo la localización dentro del subsector.
El Sector de Salud contribuyó a la Política Pública de Migración y Salud 2025-2030, incorporando protocolos específicos para personas refugiadas, migrantes y colombianos retornados. Se asignaron recursos para fortalecer los servicios de salud en zonas fronterizas, alcanzando a más de 22.000 personas, con provisión de medicamentos, atención médica general, consultas de salud mental y apoyo psicosocial, atención prenatal y/o seguimiento, y gestión de casos de salud materna. También se lanzó la aplicación Salud en la ruta para facilitar el acceso a servicios de salud por parte de migrantes y refugiados en tránsito.
El Sector de Integración alcanzó a 64.400personas a través de servicios que promueven la inclusión financiera, el emprendimiento y la empleabilidad. Los servicios y actividades de integración incluyeron ferias financieras donde personas refugiadas y migrantes accedieron a servicios de instituciones bancarias; ferias empresariales en Arauca y Valle del Cauca que permitieron a emprendedores exhibir sus productos, establecer relaciones con proveedores y conectar con posibles compradores del sector privado. Los socios también realizaron capacitaciones y otorgaron certificaciones basadas en competencias para personas migrantes y refugiadas. Además, el sector fortaleció su participación en el Comité Interinstitucional para la Inclusión Financiera de Poblaciones Migrantes y contribuyó al desarrollo del Plan Estratégico 2024-2026 del Subcomité de Integración Socioeconómica y Atención a Poblaciones Migrantes.
El sector de WASH alcanzó a 85.900 personas migrantes y refugiadas (58% niñas y mujeres) mediante actividades como el suministro de agua, distribución de artículos de higiene e implementación de estrategias para promover prácticas clave de higiene, saneamiento y desinfección. Entre los logros se destacan el monitoreo conjunto de filtros de tratamiento de agua a nivel doméstico, lo cual mejoró la orientación para los usuarios de los filtros; y el marco operativo para la promoción de la higiene en emergencias, que estableció los estándares para la distribución de tabletas purificadoras de agua en la región del Darién.
El Sector de Educación brindó asistencia a cerca de 60.000 niños,niñas y adolescentes refugiadas y migrantes. El enfoque estuvo en facilitar el acceso al sistema escolar, la matrícula, la permanencia, la distribución de materiales educativos y la regularización. Se proporcionó asistencia técnica a las autoridades educativas locales para apoyar la matrícula de niños y niñas cuyos cuidadores poseen un Permiso por Protección Temporal (PPT) y son elegibles para el PEP Tutor. Esta asistencia ayudó a las autoridades, que gestionan los datos de matrícula de los titulares del PPT, a identificar e inscribir a los niñas y niños en las escuelas. El apoyo también incluyó la familiarización de las autoridades con el Decreto No. 1209 de 2024 y la facilitación de la coordinación con Migración Colombia para identificar a padres, madres o cuidadores venezolanos elegibles para el Permiso Especial de Permanencia.
Los socios del Sector de Seguridad Alimentaria brindaron asistencia alimentaria en especie, incluyendo comidas listas para consumir y kits de alimentos, especialmente en Necoclí y Turbo. Se entregaron paquetes de alimentos y apoyo financiero, como cupones de valor, a personas refugiadas y migrantes para cubrir sus necesidades nutricionales inmediatas durante su tránsito, alcanzando a más de 572.600 personas.
El Sector de Nutrición alcanzó aproximadamente a 36.600 personas, priorizando evaluaciones nutricionales para detectar desnutrición aguda en niños y niñas de 0 a 59 meses, así como la provisión de suplementos de micronutrientes para mujeres embarazadas y en período de lactancia.
El Sector de Alojamiento brindó asistencia a 78.700 personas con soluciones de vivienda temporales de mediano a largo plazo, incluyendo apoyo para el alquiler y mejoras en la infraestructura comunitaria y habitacional. El sector también proporcionó asistencia técnica a las estrategias de respuesta del gobierno para personas refugiadas y migrantes en tránsito, trabajando en coordinación con el Ministerio de Igualdad y Equidad.
El sector de Transporte Humanitario alcanzó a 51.300 personas mediante la provisión de transporte local para acceder a bienes y servicios esenciales, así como transporte para apoyar la reunificación familiar dentro del país. La coordinación con el gobierno permitió fortalecer su plan de respuesta en materia de transporte.
Finalmente, como tema transversal, el Grupo de Trabajo sobre PEAS comenzó a adaptar el Índice SEARO a Colombia, seleccionando y analizando fuentes de información locales para desarrollar una herramienta que permita evaluar el riesgo de explotación y abuso sexual (EAS) en el país. Se compartió el Protocolo de Asistencia a Víctimas de EAS para mejorar la respuesta interagencial, y se brindó asistencia técnica para fortalecer las capacidades de las entidades del sistema de Naciones Unidas y sus socios. Este grupo también promovió ejercicios de análisis de riesgo de EAS entre sus socios para fortalecer esta área. Según la encuesta anual 2024 sobre la implementación de los estándares de PEAS en Colombia, 27 organizaciones en el país (incluidas agencias de la ONU y ONG) implementaron mecanismos para medir, identificar y mitigar los riesgos de EAS.
Lecciones aprendidas
En 2024, la colaboración interagencial y la optimización de recursos desempeñaron un papel clave para alcanzar a la población objetivo. El fortalecimiento de los mecanismos de coordinación, particularmente mediante la integración de herramientas de monitoreo (345W y 5W), ha resultado esencial para agilizar la información, reducir duplicidades y mejorar la eficiencia de los procesos, manteniendo la integridad de los marcos de seguimiento existentes. Los talleres de planificación en 19 departamentos también contribuyeron a mejorar la preparación para el plan de respuesta 2025-2026, destacando la importancia de mantener esfuerzos colaborativos sostenidos.
En Protección, persiste la necesidad de fortalecer la coordinación entre el GIFMM y el Equipo Humanitario de País, así como de mejorar los enfoques de protección comunitaria y reforzar la labor de incidencia. En el Sector de Salud, adoptar un enfoque regional sigue siendo crucial para abordar los flujos mixtos, fortalecer la colaboración transfronteriza y promover el intercambio de conocimientos entre gobiernos, actores humanitarios y comunidades afectadas, con énfasis en ampliar la respuesta más allá de la atención primaria.
Cover photo by: Aldeas Infantiles SOS
Ecuador
Situación
En 2024, Ecuador enfrentó un aumento pronunciado en la criminalidad violenta y una expansión de la presencia de grupos del crimen organizado, lo que llevó al gobierno a declarar un “conflicto armado interno” en enero. Durante el año, se impusieron varios estados de emergencia en provincias con alta presencia de personas migrantes y refugiados, incluyendo Guayas, Manabí, El Oro, Esmeraldas, Santa Elena y Orellana.
Los socios de la Plataforma Nacional R4V en Ecuador (GTRM) reportaron movimientos internos y transfronterizos de personas refugiadas y migrantes, así como de miembros de las comunidades de acogida, debido al creciente nivel de inseguridad.
Además, los desastres ambientales, junto con una crisis energética, afectaron la estabilidad y movilidad de muchas familias. Entre septiembre y diciembre, la crisis energética provocó cortes de electricidad de entre 7 y 14 horas diarias, lo que impactó las actividades económicas y los medios de vida de personas migrantes y refugiadas, además de limitar los horarios de operación de los socios de R4V y de las instituciones gubernamentales responsables de los servicios sociales.
En abril, finalizó el proceso de regularización para la visa VIRTE, otorgando estatus regular a más de 95.700 venezolanos. No obstante, según el RMNA 2024, el 70% de la población venezolana permanecía en situación irregular. El cierre de todos los servicios consulares venezolanos en Ecuador a inicios de abril también dificultó que los venezolanos pudieran actualizar u obtener documentos de identidad. En agosto, el presidente Daniel Noboa anunció un nuevo proceso de regularización, denominado VIRTE II, dirigido a quienes iniciaron, pero no pudieron completar el proceso anterior de la visa VIRTE.
Respuesta
En 2024, los socios brindaron asistencia a más de 223.000 personas, incluyendo a más de 47.000 miembros de comunidades de acogida. La respuesta del Sector de Protección apoyó directamente el acceso al asilo y la regularización para personas venezolanas y de otras nacionalidades en situación irregular: más de 259.000 personas fueron registradas a través del proceso VIRTE, de las cuales 95.800 obtuvieron una visa VIRTE.
Los riesgos deProtección de la Niñez aumentaron, incluyendo el reclutamiento forzoso, así como las dificultades de acceso humanitario debido a la inseguridad en territorios con presencia de grupos del crimen organizado. Varias organizaciones recopilaron información sobre las necesidades de niños, niñas y adolescentes en situación de movilidad humana y en comunidades de acogida afectadas por el reclutamiento forzoso y el desplazamiento interno. Los socios de R4V identificaron y remitieron a niños y niñas en situación de riesgo, incluyendo aquellos no acompañados y separados, para recibir servicios especializados de protección y apoyo psicosocial, alcanzando a más de 15.800 menores.
Se fortalecieron treinta y ocho espacios seguros para sobrevivientes de violencia basada en género (VBG) y víctimas de trata de personas, mediante mejoras en la infraestructura y la incorporación de personal adicional. Trabajadores humanitarios y líderes de organizaciones comunitarias recibieron formación en PEAS en 10 provincias. Más de 6.400 mujeres y niñas recibieron servicios que incluyeron asistencia legal, apoyo psicosocial y acompañamiento para la integración de las víctimas.
La asistencia en Salud se concentró en zonas fronterizas clave (Tulcán, Lago Agrio, Huaquillas) y en los principales centros urbanos (Quito y Guayaquil), alcanzando a más de 20.000 personas con intervenciones en salud. El Ministerio de Salud Pública recibió asistencia técnica para mejorar 17 centros de salud públicos.
El Sector de Educación se centró en mejorar el acceso al sistema educativo nacional, alcanzando a 2.700 personas mediante apoyo para la matrícula de niños y niñas refugiadas y migrantes, y en fortalecer la permanencia escolar a través de un aprendizaje integral y de calidad, beneficiando a 10.700 personas. Los socios capacitaron a 4.900 docentes y funcionarios, y entregaron kits escolares a 2.300 niños y niñas.
El Sector de Integración facilitó el acceso a oportunidades generadoras de ingresos, promoción técnica y la creación de espacios para la cohesión social, alcanzando a 25.7 mil personas en 2024 (incluyendo 12.7 mil miembros de comunidades de acogida y 14.3 mil mujeres). Las actividades incluyeron la provisión de asistencia técnica y financiera para facilitar la inclusión económica, la capacitación de funcionarios públicos y privados, y el apoyo a iniciativas de emprendimiento.
El Sector de Seguridad Alimentaria beneficio a 147.7 mil personas refugiadas, migrantes y miembros de comunidades de acogida con asistencia. El sector priorizó la asistencia alimentaria directa, incluyendo comidas proporcionadas a través de alojamientos y comedores, así como cupones de alimentos. También se enfocó en armonizar diferentes programas de asistencia alimentaria para aumentar su eficiencia y en fortalecer las estrategias de seguridad alimentaria.
El Sector de Alojamiento alcanzó a 29.8 mil personas gracias al trabajo de 22 socios en 26 municipios. El apoyo incluyó mejoras en la infraestructura y otras adecuaciones en alojamientos temporales, asistencia para el pago de alquileres a la población en destino, y la entrega de artículos no alimentarios.
El Sector de Transporte Humanitario brindó asistencia a 6.000 personas, incluyendo transporte seguro para facilitar la reunificación familiar dentro del país y reducir riesgos de protección, así como transporte diario dentro de las ciudades o transporte interprovincial para acceder a servicios esenciales, especialmente de salud, empleo y servicios consulares.
Unas 39.1 mil personas migrantes, refugiadas y miembros de comunidades de acogida recibieron asistencia a los servicios de WASH. El sector priorizó los servicios de higiene, la distribución de agua y el establecimiento de puntos de hidratación, el acceso a sanitarios, la entrega de artículos de higiene y la mejora de las instalaciones de WASH en los alojamientos.
El apoyo financiero multipropósito alcanzó a 19.9 mil personas refugiadas y migrantes con una única entrega, y a 9.9 mil personas con varias entregas. El apoyo financiero sectorial fue una modalidad clave de asistencia utilizada por los sectores de alojamiento, integración, protección, salud y seguridad alimentaria, para ayudar a las personas con la compra de alimentos, el pago de alquileres, los costos asociados a medicamentos y servicios de salud, los trámites de regularización y documentación, la recertificación de títulos extranjeros y el capital inicial para pequeños emprendimientos.
Lecciones aprendidas
Como lecciones aprendidas para 2025, especialmente debido a otros escenarios de emergencia humanitaria que convergen con la respuesta a personas migrantes y refugiadas, R4V trabajará en fortalecer la cooperación con otros mecanismos de coordinación a nivel nacional y local – incluyendo al sistema de las Naciones Unidas y a instituciones gubernamentales nacionales y locales – frente a la limitación de recursos, financiamiento y presencia en los territorios.
Las buenas prácticas que se continuarán en 2025 incluyen iniciativas organizadas conjuntamente con OCHA y el Equipo Humanitario de País, como talleres locales sobre acceso humanitario, el Grupo de Trabajo Nacional sobre Acceso Humanitario, la coordinación con las Secretarías locales y nacionales de Gestión de Riesgos, y el fortalecimiento de capacidades de organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes.
Cover photo by: Diana Diaz/UNHCR
Perú
Situación
En 2024, los acontecimientos políticos y socioeconómicos impactaron significativamente a las personas refugiadas y migrantes. Perú acogió a 1,66 millones de venezolanos, lo que lo convierte en el segundo país con mayor número de nacionales venezolanos a nivel mundial. Para diciembre de 2024, el Gobierno peruano reportó más de 539 mil solicitudes de condición de refugiado, aunque esta cifra está en revisión y se espera que disminuya. Si bien los esfuerzos de regularización en los últimos años han permitido que más de 416 mil personas regularicen su situación migratoria, persisten desafíos importantes que dificultan su plena integración.
El aumento de los índices de criminalidad alimentó la preocupación pública, y algunos grupos utilizaron los medios de comunicación para inducir sentimientos xenófobos. Los cambios legislativos endurecieron las medidas de control, eliminando la flexibilidad previa en la aplicación de los requisitos de entrada para personas vulnerables o casos de reunificación familiar. Estos cambios también incluyeron sanciones para los proveedores de alojamiento que no informen sobre la situación migratoria de sus clientes, así como expulsiones aceleradas para personas extranjeras en situación irregular. Estas medidas, junto con las limitadas vías de regularización y las actitudes discriminatorias, dificultaron la integración de aproximadamente 600 mil venezolanos en situación irregular, alentándolos a continuar hacia otros países.
La ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela en julio de 2024 interrumpió aún más los procesos civiles, agravando los desafíos existentes. Tal como se destaca en el RMNA 2024, también persistieron las barreras socioeconómicas, incluyendo las limitadas oportunidades de empleo formal, así como el aumento continuo de la discriminación y la xenofobia, factores que obstaculizaron los esfuerzos de integración.
Respuesta
En 2024, 51 organizaciones del Grupo de Trabajo de la Plataforma Nacional R4V en Perú (GTRM) brindaron apoyo directo a 412 mil personas, incluyendo 362 mil personas migrantes y refugiadas y 50 mil miembros de comunidades de acogida afectadas. Los sectores que asistieron a más personas fueron protección, seguridad alimentaria, salud e integración. Las principales modalidades de intervención fueron: asistencia directa (81%), campañas (9%) y fortalecimientos de capacidades (5,5%). Las principales zonas de intervención fueron: Limas (211 mil personas alcanzadas), Tumbes (62 mil), Tacna (34 mil), la Libertad (19 mil) y Arequipa (19 mil).
Treinta y tres socios promovieron resultados en materia de protección, alcanzando a 280 mil personas con orientación sobre el acceso a derechos y servicios, como el sistema de asilo, la regularización migratoria y la asistencia legal. Se organizaron actividades de capacidades para autoridades públicas en temas como protección infantil, protección internacional de personas refugiadas, trata de personas, entre otros. La Defensoría del Pueblo asumió el co-liderazgo del Sector de Protección, convirtiéndose en la tercera institución estatal en sumarse al liderazgo de los sectores de R4V. Para apoyar el proceso de validación de datos de solicitantes de asilo del Ministerio de Relaciones Exteriores, el sector difundió información y garantizó la disponibilidad de servicios de asistencia legal para personas solicitantes de asilo. Más de 900 personas participaron en actividades desarrolladas para la protección basada en la comunidad en 14 provincias del Perú.
Doce socios del Sector de Seguridad Alimentaria brindaron asistencia directa a 133 mil beneficiarios mediante kits de alimentos, comidas calientes y cupones. La labor de incidencia del Sector Salud permitió la inclusión de personas extranjeras con tuberculosis y VIH en el sistema nacional de seguros. Veintisiete socios proporcionaron asistencia directa a 82 mil personas, ofreciendo consultas de atención primaria, servicios de salud mental, atención prenatal y perinatal, y facilitando el acceso al sistema de salud. Casi 90 establecimientos de salud fueron equipados, y se mejoraron los procesos de vigilancia de enfermedades de alto riesgo epidémico en Callao, La Libertad, Lima, Tacna y Tumbes.
El Sector de Integración apoyó a 64 mil personas mediante programas de formación para el acceso a trabajo decente, orientación sobre derechos laborales incluyendo procesos de contratación, apoyo técnico y financiero para personas migrantes y refugiadas emprendedoras, y reconocimiento de títulos académicos.
El Sector de Alojamiento asistió a 43 mil beneficiarios con alojamiento y artículos domésticos esenciales.
El Sector de WASH ha capacitado a cerca de 500 representantes gubernamentales para apoyar a las instituciones nacionales en la asistencia a personas migrantes, refugiados y miembros de comunidades de acogida, con el fin de reducir riesgos de infección y mejorar las prácticas de saneamiento e higiene.
Los programas educativos alcanzaron a 15 mil personas refugiadas y migrantes, orientando a niñas, niños y sus familias sobre el proceso de matrícula en escuelas formales. Aproximadamente 25 escuelas recibieron apoyo mediante la provisión de materiales e infraestructura, incluyendo la construcción de rampas para permitir el acceso adecuado de estudiantes con discapacidad, promoviendo el acceso a espacios seguros y fortaleciendo la coexistencia pacífica.
Las plataformas locales de R4V coordinaron con sus contrapartes en países vecinos para realizar actividades de respuesta conjunta y establecer rutas de referenciación transfronterizas para niños y niñas no acompañados, personas refugiadas y migrantes en búsqueda de documentación, y aquellas en situación de vulnerabilidad que requieren apoyo. En Tumbes, en la frontera con Ecuador, se desarrolló un plan de contingencia ante un posible aumento de llegadas como resultado de las elecciones en Venezuela. Se creó una nueva plataforma local en Desaguadero para mejorar la coordinación transfronteriza con Bolivia. En Tacna, la plataforma local organizó ferias mensuales de servicios de salud y protección con todos los miembros del GTRM, para facilitar el acceso a servicios para personas migrantes y refugiadas.
En 2024, las organizaciones miembros del GTRM Perú aumentaron de 113 a 133, incluyendo 15 nuevas organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes venezolanas.
Lecciones aprendidas
Con solo el 4% de las personas venezolanas en posesión de un pasaporte válido, el fin de la flexibilidad previa en los requisitos de entrada para personas vulnerables o en procesos de reunificación familiar ha aumentado los riesgos para estos grupos. En 2025, los socios de R4V continuarán abogando por el restablecimiento de excepciones humanitarias.
La legislación que penaliza a las personas extranjeras en situación irregular, junto con las limitadas vías de regularización, dificulta la integración y podría generar un aumento de nuevos movimientos hacia otros países, lo que incrementa la exposición a riesgos de protección. Los socios de R4V seguirán apoyando los esfuerzos de regularización y abogando por una legislación que facilite la integración de personas refugiadas y migrantes.
La discriminación y la xenofobia también afectan el acceso a servicios e impactan negativamente en los procesos de integración. Los estereotipos negativos limitan el acceso de personas migrantes y refugiadas a oportunidades de medios de vida, empleo y servicios. En respuesta, los socios de R4V continuarán promoviendo el acceso a derechos, medios de vida dignos y la coexistencia pacífica.
Cover photo by: Plan International
Caribe
Situación
En 2024, se estimó que más de 200 mil personas migrantes y refugiadas venezolanas vivían en los cinco países de la subregión del Caribe. Los estrictos requisitos de visado, especialmente en Aruba, Curazao, República Dominicana y Trinidad y Tobago, llevaron a muchas personas refugiadas y migrantes a utilizar rutas marítimas irregulares y peligrosas, lo que aumentó su vulnerabilidad ante la trata de personas, la explotación y el abuso.
La mayoría de las personas migrantes y refugiadas venezolanas en la subregión permanecen en situación irregular debido a la falta de oportunidades de regularización, lo que dificulta su integración socioeconómica. Además, muchos países del Caribe carecen de sistemas formales de asilo, lo que complica aún más la situación de quienes necesitan protección internacional.
En 2024, la Comunidad del Caribe y Mercado Común (CARICOM) avanzó en la atención de los movimientos mixtos mediante el desarrollo de un marco conjunto para una política regional de migración. Este marco, apoyado por los socios de R4V, busca aprovechar los beneficios de la migración promoviendo el acceso al empleo y contribuyendo al crecimiento económico.
En Aruba, a pesar del cierre de las fronteras aéreas con Venezuela, una revisión de las políticas de permisos de trabajo eliminó algunas barreras para que personas migrantes y refugiadas que ingresaban regularmente pudieran obtener permisos de trabajo por un año, respondiendo a la demanda laboral en el sector turístico y permitiendo la regularización de su estatus migratorio.
En Curazao, se publicó en octubre la Política Nacional contra la Trata de Personas, tras el ascenso del país del Nivel 3 al Nivel 2 en el Informe sobre la Trata de Personas de EE. UU. Esta política tiene como objetivo concientizar sobre la trata de personas, fortalecer a las organizaciones que apoyan a las víctimas, mejorar los servicios disponibles para ellas y garantizar la rendición de cuentas de los perpetradores.
En la República Dominicana, la suspensión de relaciones diplomáticas con Venezuela en julio de 2024 provocó el cierre de la embajada venezolana, lo que detuvo los servicios consulares como la renovación de pasaportes y la solicitud de visados, intensificando los desafíos para la comunidad venezolana.
Guyana mantuvo un enfoque humanitario, ofreciendo permisos de permanencia gratuitos y renovables, así como acceso a servicios públicos esenciales, independientemente del estatus migratorio. Sin embargo, las dificultades para acceder a permisos de trabajo y empleo formal continúan exponiendo a las personas venezolanas a explotación y abuso.
Por su parte, en Trinidad y Tobago, las enmiendas a la Ley de Inmigración en 2024 permitieron que niños y niñas venezolanos registrados bajo el Marco de Registro de Migrantes (MRF) de 2019 accedieran a la educación pública. A pesar de ello, solo 60 niños y niñas estaban matriculados en el sistema de educación primaria a finales de 2024, mientras que más de 8 mil niños y niñas de 18 nacionalidades diferentes seguían excluidos. Paralelamente, el gobierno continuó sus esfuerzos contra la trata de personas, registrando su primera condena por este delito, con una sentencia de 15 años para el traficante.
Respuesta
En 2024, los socios de R4V continuaron brindando asistencia humanitaria, de protección e integración que salva vidas a quienes enfrentan mayores necesidades. Los sectores que alcanzaron al mayor número de personas en 2024 fueron: protección, salud, seguridad alimentaria, protección de la niñez y educación.
En 2024, la protección de personas migrantes y refugiadas siguió siendo una prioridad en todo el Caribe. Los socios abogaron por un mayor acceso a estatus migratorio regular y protección legal, especialmente en Aruba, Curazao, República Dominicana y Trinidad y Tobago. Se brindó asistencia legal directa y orientación a personas refugiadas y migrantes, y se promovió el conocimiento de sus derechos mediante centros de información, talleres y sesiones informativas. En la República Dominicana, los socios apoyaron a quienes se registraron inicialmente bajo el Plan de Normalización para Venezolanos (PNV) de 2021 para acceder a distintos tipos de permisos. En Guyana, se tradujo al español y se difundió un folleto de la Asociación de Abogadas sobre las leyes del país, que abarca temas como violencia basada en género, abuso doméstico, manutención infantil, protección de la niñez, inmigración y legislación laboral, con el fin de aumentar el conocimiento de los derechos legales entre personas hispanohablantes. En Trinidad y Tobago, los socios brindaron representación legal para buscar alternativas a la detención e impugnar órdenes de deportación. Además, capacitaron a funcionarios gubernamentales en principios de protección internacional de personas refugiadas, derechos humanos y marcos de asilo. Se desarrolló el primer sistema digital de gestión de casos en el Caribe para víctimas de trata de personas, en colaboración con R4V y actores gubernamentales en Trinidad y Tobago. El monitoreo de centros de detención, la incidencia contra la devolución forzada y el fortalecimiento de redes comunitarias para reducir riesgos de explotación fueron componentes clave en toda la subregión.
Garantizar el acceso a la atención médica siguió siendo una prioridad clave, especialmente para quienes se encuentran en situación irregular y no pueden acceder a los servicios públicos de salud, particularmente en Aruba y Curazao. Los socios de R4V brindaron atención primaria, apoyo en salud mental y apoyo psicosocial y otros servicios de salud mediante asistencia directa. También se entregaron cupones para atención médica y medicamentos según necesidades específicas de salud.
En Trinidad y Tobago, los socios de R4V continuaron con esfuerzos de incidencia para mejorar el acceso a la atención médica de personas refugiadas y migrantes. Dadas las limitaciones establecidas por la Política para No-Nacionales de 2019, que restringe el tipo de tratamiento que pueden recibir en los centros de salud, los socios ofrecieron gestión integral de casos para condiciones médicas graves, incluyendo la salud mental y el apoyo psicosocial. Además, se brindó acompañamiento entre pares para facilitar el acceso a servicios como medicación y exámenes médicos.
La asistencia alimentaria siguió siendo crucial, con cupones de alimentos que permitieron el acceso a los más vulnerables, incluyendo mujeres, niños y niñas y adultos mayores. En zonas remotas de Guyana, la distribución de asistencia alimentaria en especie garantizó el acceso a alimentos y otros artículos esenciales. En la República Dominicana, los cupones de alimentos y la asistencia en efectivo ayudaron a mejorar el acceso a alimentos y servicios de salud. En Trinidad y Tobago, se entregaron cupones de alimentos para supermercados cercanos a personas refugiadas y migrantes vulnerables, incluyendo aquellas en zonas rurales y costeras remotas.
En 2024, los socios brindaron servicios especializados de protección de la niñez a niñas, niños y sus familias venezolanas, incluyendo referencias para apoyo en salud mental y psicosocial, servicios de traducción y asistencia legal y en situaciones de emergencia. Se realizaron esfuerzos para prevenir y proteger a niños y niñas contra el abuso y la explotación sexual. En Trinidad y Tobago, se proporcionó apoyo de interpretación español-inglés en la agencia estatal de protección infantil, la Children’s Authority of Trinidad and Tobago (CATT), para apoyar procesos de adopción, visitas supervisadas y ubicación en entornos de cuidado para niñas y niños refugiados y migrantes. Los socios también ofrecieron apoyo psicosocial y otros servicios especializados a niñas y niños en situación de necesidad a través de espacios amigables para la infancia. En la República Dominicana, se llevaron a cabo consultas participativas con niñas, niños y cuidadores para analizar los desafíos y oportunidades en el acceso a servicios de protección. Además, los socios continuaron aplicando procedimientos de interés superior para facilitar el acceso de niñas y niños a documentos de identidad, como actas de nacimiento y pasaportes.
Los socios continuaron apoyando a niñas, niños y familias en el acceso a educación y servicios de niños y niñas, incluyendo apoyo para la matrícula escolar, kits escolares y materiales educativos. Se ofrecieron clases de idiomas en neerlandés, papiamento e inglés para niñas y niños en Aruba, Curazao, Guyana y Trinidad y Tobago. En Trinidad y Tobago, se mantuvieron los esfuerzos para garantizar el acceso a la educación tras el anuncio del gobierno en julio de 2023, aunque la mayoría de los niños y niñas siguen excluidos de las escuelas públicas. Los socios de R4V facilitaron vías alternativas de educación y formación en idiomas para quienes no tienen acceso al sistema educativo público.
Finalmente, promover la integración fue un eje central de la respuesta de los socios en 2024. Esto incluyó acciones de promoción para facilitar el acceso a permisos de permanencia y trabajo, la provisión de formación vocacional, y el fomento de la cohesión social mediante programas de idiomas y campañas contra la xenofobia. En Trinidad y Tobago, los socios ofrecieron formación en habilidades, mentoría y oportunidades de medios de vida para mujeres y jóvenes. En la República Dominicana, se realizaron talleres para centros de información y organizaciones de la sociedad civil, en conjunto con el Ministerio de Trabajo, con el objetivo de mejorar el conocimiento y la calidad de la información dirigida a la fuerza laboral venezolana.
Lecciones aprendidas
Diversas experiencias en la subregión del Caribe destacaron lecciones clave en 2024. La colaboración con y entre los gobiernos y otros actores clave para desarrollar y mejorar políticas no solo fortaleció la respuesta general a la situación de personas refugiadas y migrantes en la subregión, sino que también permitió el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre los actores involucrados, como lo demuestran los cambios en la política de permisos de trabajo en Aruba y los avances hacia el desarrollo de un marco político común entre los miembros de CARICOM
Además, en 2024, los socios de R4V recopilaron datos en todos los sectores y subsectores mediante encuestas directas a la población venezolana en los cinco países de la subregión del Caribe. Las consultas directas y la recolección de datos cuantitativos con la población afectada ayudaron a mejorar la calidad de las respuestas de los socios en la subregión, al permitir adaptar los programas según las necesidades específicas identificadas.
Cover photo by: Gema Cortez/IOM
Centroamérica y México
Situación
Más de 300 mil personas migrantes y refugiadas cruzaron la selva del Darién desde Colombia hacia Panamá en 2024, lo que representa una disminución del 42% en comparación con el año anterior. Aproximadamente el 20% de esta población eran niños, niñas y adolescentes, incluyendo cerca de 4.500 que viajaban no acompañados o separados. Según las autoridades panameñas, 55 personas fallecieron durante el cruce de la selva del Darién en 2024, aunque es probable que la cifra real sea mayor, ya que muchos casos no se detectan. Tendencias similares se observaron en México, donde las estimaciones de R4V indican una disminución en el número total de personas refugiadas y migrantes venezolanas que ingresaron al país en 2024. A pesar de esta disminución en las llegadas, las personas migrantes y refugiadas enfrentaron riesgos significativos de seguridad durante sus trayectos, incluyendo secuestros y extorsiones, según el monitoreo de socios de R4V y reportes de medios de comunicación.
Aunque en gran medida no se reportan por diversas razones, incluyendo el desconocimiento sobre cómo denunciar, el miedo a las autoridades y/o represalias, y el deseo de continuar el viaje, la violencia, especialmente contra mujeres y niñas, siguió siendo una preocupación crítica. Un socio de R4V reportó más de 500 sobrevivientes de violencia de género y sexual en el Darién durante 2024, siendo la mayoría de los casos contra mujeres y niñas. Entre las mujeres migrantes y refugiadas en México, el 34% percibió la violencia sexual como la principal amenaza que enfrentan en el país, seguida por la trata de personas (20%), la violencia psicológica (17%) y la violencia física (17%).
La nueva administración en Panamá asumió el cargo el 1 de julio de 2024, implementando diversas medidas para frenar los movimientos hacia el norte, incluyendo la restricción de rutas en la selva del Darién y la imposición de multas a las personas que ingresen al país de manera irregular. El 1 de julio de 2024 —su primer día en funciones— el gobierno panameño firmó un acuerdo con Estados Unidos para abordar los movimientos irregulares hacia el norte, lo que incluye el aumento de deportaciones de quienes ingresen irregularmente a Panamá. Al mismo tiempo, los autobuses privados continuaron transportando directamente a personas refugiadas y migrantes desde Panamá hacia Costa Rica bajo un acuerdo entre ambos países. Además, la suspensión de relaciones diplomáticas entre Venezuela y varios países de la región, incluyendo Panamá y Costa Rica, afectó el acceso de los venezolanos a servicios consulares y a los vuelos entre Panamá y Venezuela.
En 2024, el Gobierno de Costa Rica ocupó la Presidencia Pro Témpore del Proceso de Quito, continuando con el impulso a la coordinación entre gobiernos en la respuesta regional a los movimientos en la región. El 12 de junio de 2024, el gobierno de Costa Rica adoptó el Decreto 44501-MGP, que modificó varias disposiciones del Decreto 43.810-MGP, reformando la normativa sobre refugiados para alinearla mejor con los estándares internacionales. Una de las enmiendas clave estuvo relacionada con la restitución de permisos de trabajo para solicitantes de asilo.
Los venezolanos con intención de permanecer e integrarse en los tres países enfrentaron opciones limitadas para acceder a una condición regular. Los procesos alternativos de regularización en Costa Rica y Panamá finalizaron en 2024, mientras que, en México, solicitar asilo seguía siendo la única opción.
Respuesta
En 2024, los socios de R4V complementaron y apoyaron los esfuerzos gubernamentales en los tres países subregionales —Panamá, Costa Rica y México—, priorizando la asistencia a quienes tenían mayores necesidades. Los sectores con el mayor porcentaje de personas alcanzadas en relación con las metas establecidas en 2024 incluyeron WASH, protección de la niñez, nutrición, salud y violencia basada en género (VBG).
Los socios de R4V alcanzaron el mayor número de beneficiarios con apoyo vital en WASH. En los tres países, la asistencia se brindó principalmente a personas con necesidades urgentes, como mujeres y niños y niñas en alojamientos temporales, e incluyó la distribución de kits de higiene con artículos personales esenciales como jabón, desinfectante de manos, productos para la higiene menstrual y papel higiénico. Además, los socios en Costa Rica apoyaron alojamientos dirigidos por el gobierno mediante reparaciones a pequeña escala en las instalaciones para garantizar el acceso a agua potable y saneamiento seguro.
Los socios de R4V también priorizaron el apoyo a niños, niñas y adolescentes no acompañados y separados, mediante actividades de protección de la niñez. En Costa Rica y México, los socios de R4V brindaron capacitación a autoridades locales, instituciones y socios, centrada en normas de protección infantil y estrategias clave para prevenir la violencia contra los NNA. En Panamá y Costa Rica, los socios de R4V establecieron espacios seguros para la niñez dentro de alojamientos temporales gestionados por el gobierno, los cuales ofrecieron servicios de apoyo, referenciación, información para la prevención de la violencia y el cumplimiento de los derechos de la niñez, aprendizaje, apoyo psicosocial y asistencia legal.
En Panamá, los socios de R4V brindaron servicios vitales de nutrición y de salud materno-infantil a niños y niñas menores de cinco años, así como a mujeres embarazadas y lactantes, principalmente en estaciones temporales de recepción. Se fortalecieron las capacidades institucionales para ofrecer servicios de nutrición y salud materno-infantil, con énfasis en la identificación de casos de desnutrición en niños y niñas menores de cinco años en el Darién.
Los socios de R4V brindaron asistencia vital en salud a las personas más vulnerables en Panamá y Costa Rica, incluyendo atención médica primaria en alojamientos temporales, así como apoyo psicosocial de primer nivel. Para los venezolanos en destino en Costa Rica, los socios apoyaron el acceso a seguros médicos y a la atención sanitaria pública.
Los socios de R4V en toda la subregión continuaron trabajando para prevenir, combatir y responder al creciente número de casos de VBG. Esto incluyó sesiones de sensibilización, apoyo psicosocial y otras medidas preventivas en albergues temporales. Los socios brindaron evaluaciones, atención especializada y referenciación para sobrevivientes de VBG, con el fin de facilitar el acceso a la justicia y a redes de apoyo. Además, se capacitó a autoridades locales sobre la prevención, mitigación y respuesta a la VBG en Panamá y México.
Asimismo, los socios proporcionaron apoyo en educación, alojamiento, así como asistencia general de protección, incluyendo ayuda legal y referenciación.
Lecciones aprendidas
La coordinación y colaboración efectiva entre las distintos actores fueron esenciales para maximizar la eficiencia e impacto de los esfuerzos humanitarios en 2024. En México, la transición política hacia un nuevo gobierno federal en septiembre de 2024 resultó en la discontinuación de la publicación de cifras oficiales sobre el número de personas en movimiento en el país durante el último trimestre del año. Los socios del R4V se basaron en datos secundarios y en el monitoreo de socios para identificar tendencias migratorias y necesidades de la población, con el fin de orientar las acciones humanitarias.
En Panamá, el éxito del ejercicio de recolección de datos primarios del R4V —la Evaluación Conjunta de Necesidades (JNA)— realizado para el RMNA 2024, se debió a una alianza estratégica con una organización socia liderada por venezolanos, que aportó valiosa experiencia y acceso a la población venezolana. Esta organización desempeñó un papel clave en la implementación de encuestas de campo con venezolanos residentes en Panamá para recopilar información sobre sus necesidades y desafíos. Esta fue la primera iniciativa conjunta desde 2018 para recolectar datos primarios sobre esta población.
De manera similar, la plataforma R4V en Costa Rica llevó a cabo su primera JNA para la población venezolana, lo que dio lugar a un taller con socios del R4V para analizar los resultados y necesidades identificadas. Esta iniciativa permitió una mejor alineación de las actividades del RMRP para abordar dichas necesidades. Una coordinación más estrecha con el Coordinador Residente de la ONU desempeñó un papel crucial, culminando en el primer capítulo dedicado a Costa Rica dentro del RMRP, en el que se detalla la respuesta nacional planificada. Las principales lecciones aprendidas de estas experiencias incluyen la importancia de la asignación de recursos, las alianzas estratégicas y la coordinación estrecha con actores clave.
Cover photo by: R4V
Cono Sur
Situación
En 2024, mientras que el Cono Sur registró avances significativos en términos de regularización, protección e integración de personas migrantes y refugiadas en las comunidades, la inestabilidad económica en Argentina y Bolivia, así como el deterioro de las condiciones de seguridad, principalmente para las poblaciones en tránsito a través de Bolivia, agravaron los desafíos para las personas y familias de personas migrantes y refugiadas en situación de mayor vulnerabilidad. Las dinámicas de movilidad en la subregión mantuvieron en general las tendencias previas, con Argentina y Uruguay como principales países de destino, y Bolivia como punto clave de tránsito, principalmente hacia Chile.
Según datos oficiales, en 2024, los cuatro países emitieron más de 630.000 permisos de residencia – una gran parte bajo categorías permanentes- para personas venezolanas, y más de 14.000 para personas colombianas, ecuatorianas y cubanas, algunas de las principales nacionalidades que llegan o transitan por la subregión. Asimismo, 6.000 venezolanos fueron reconocidos como refugiados, y 5.900 solicitudes de asilo estaban pendientes de resolución, mientras que otras 25.000 personas eran solicitantes de asilo, principalmente de Cuba en Uruguay, pero también de Colombia y Ecuador.
Argentina continuó siendo el principal país de acogida de personas refugiadas y migrantes en la subregión. El marco de protección se reforzó con la implementación del Régimen Especial de Regularización Migratoria para personas de nacionalidad venezolana, que facilitó los requisitos documentales para el ingreso y la residencia, incluyendo el trámite con pasaportes vencidos. Desde septiembre de 2024 hasta el final del Régimen Especial, se otorgaron 7.500 permisos de residencia y 22.500 otras visas, alcanzando un total de 30.000 documentos emitidos. Al mismo tiempo, los cambios legislativos en distritos con poblaciones migrantes y refugiadas significativas, junto con la reducción de políticas sociales, han generado barreras para el acceso a derechos fundamentales como la atención médica. Estos desafíos se ven agravados por la persistente alta inflación y el aumento del desempleo, que afectan especialmente a las personas y familias más vulnerables.
Uruguay experimentó el mayor aumento proporcional de la población refugiada y migrante en la subregión, impulsado por su estabilidad socioeconómica y medidas de protección como el Programa de Residencia por Arraigo y el Plan de enfoque Prima Facie de la Condición de Refugiado. Con el apoyo de R4V, se lograron avances significativos en la implementación del Plan Nacional de Integración, y se elaboró una guía integral de recursos de vivienda para facilitar el acceso al alojamiento de personas refugiadas y migrantes.
Bolivia continuó enfrentando inestabilidad sociopolítica y un aumento de la inflación, agravados por una crisis ambiental provocada por incendios forestales generalizados e inundaciones en varios departamentos a lo largo del año. Estos desafíos, junto con el creciente número de personas altamente vulnerables que transitan por su territorio para llegar a otro país, intensificaron las preocupaciones humanitarias. La expansión de redes criminales aumentó aún más los riesgos de protección, especialmente para quienes intentan cruzar hacia Chile por la frontera Pisiga-Colchane. Mientras tanto, el acceso a procesos de regularización siguió siendo limitado. Como avance positivo, se introdujo la Resolución Ministerial 001/2024, destinada a facilitar la inscripción de niños, niñas y adolescentes migrantes y refugiados, contribuyendo a proteger su derecho a la educación a pesar de las adversidades persistentes.
Finalmente, el contexto general de Paraguay estuvo marcado por la estabilidad política y económica, con un flujo relativamente bajo de personas migrantes y refugiadas, principalmente provenientes de Venezuela. En términos generales, se implementó un enfoque proactivo en materia de protección de refugiados a nivel de políticas, destacándose el otorgamiento del estatus de refugiado a la mayoría de los venezolanos que residen dentro de sus fronteras.
Respuesta
En 2024, los socios del R4V en el Cono Sur alcanzaron a 49.800 personas con diversos tipos de asistencia en el marco del RMRP, lo que representa más del 60% de la población objetivo. En línea con las necesidades identificadas en el RMNA 2023, la respuesta priorizó intervenciones orientadas a garantizar la protección y fomentar una integración efectiva. Además, se dedicaron esfuerzos a brindar intervenciones humanitarias urgentes, particularmente en los sectores de seguridad alimentaria y alojamiento, con un enfoque específico en los puntos fronterizos y en la creciente población que transita por Bolivia para llegar a otro país.
Los socios del R4V brindaron asistencia en protección enfocada en mejorar el acceso a la documentación, la protección de la niñez y la prevención de la violencia basada en género (VBG). En Argentina, se priorizó la asesoría legal y la capacitación sobre derechos, junto con el apoyo para promover iniciativas de regularización migratoria mediante sesiones informativas, materiales audiovisuales y orientación personalizada. En Bolivia, los socios asistieron a cerca de 3.000 personas refugiadas y migrantes con asesoría legal para obtener documentación y acceder a sistemas de protección. También proporcionaron información sobre los riesgos en las rutas migratorias y los servicios disponibles, además de organizar espacios de diálogo grupal sobre regulaciones de regularización y protección. En Uruguay y Paraguay, se llevaron a cabo talleres sobre regularización migratoria dirigidos a funcionarios. En Uruguay, también se brindó apoyo para la difusión del Programa de Residencia por Arraigo y el reconocimiento prima facie de la condición de refugiado, mediante sesiones informativas y materiales audiovisuales.
El Sector de Integración alcanzó directamente a más de 4.600 personas a través de actividades orientadas a mejorar el acceso al empleo y la estabilidad económica de personas refugiadas y migrantes, beneficiando indirectamente a muchas más mediante sesiones de capacitación, campañas de concientización y otras iniciativas. Se brindó apoyo a personas emprendedoras mediante capital semilla y ferias comerciales. También se fortalecieron los esfuerzos en la certificación de títulos y competencias, tanto a través de la incidencia con entidades gubernamentales y profesionales clave, como mediante apoyo directo para la obtención de documentación requerida, cobertura de tasas, entre otros. En Bolivia, se promovieron capacitaciones en emprendimiento y actividades de inclusión social, mientras que en Uruguay y Paraguay se organizaron ferias de empleo, talleres de empleabilidad, cursos de emprendimiento y servicios de asesoría para facilitar el acceso al empleo. Los esfuerzos para combatir la discriminación y la xenofobia se reforzaron mediante talleres dirigidos a funcionarios gubernamentales y periodistas, con el fin de promover una mayor cohesión social y una narrativa positiva sobre las personas refugiadas y migrantes.
Los socios del Sector Salud continuaron sus esfuerzos para mejorar el acceso a la atención médica mediante la cobertura de consultas médicas y medicamentos. En Argentina, se organizaron jornadas integrales de atención en salud. Además, se llevaron a cabo talleres sobre enfoques interculturales en la atención médica dirigidos a profesionales locales. Las acciones de incidencia y desarrollo de capacidades abordaron regulaciones y políticas que restringen el acceso a la salud para personas migrantes y refugiadas. En Bolivia, se brindó asistencia médica a niños, niñas y sus familias, mientras que en Uruguay se facilitó el apoyo psicosocial y la inscripción en el seguro de salud universal. En Paraguay, los socios ofrecieron apoyo financiero para cubrir consultas médicas y medicamentos.
En el ámbito educativo, los socios en Bolivia se integraron a un grupo de trabajo establecido con el Ministerio de Educación para apoyar la implementación de la Resolución Ministerial 001/2024. Esto permitió ampliar el alcance hacia las familias con niños y niñas, así como difundir información sobre la resolución entre las escuelas ubicadas en ciudades con una mayor proporción de personas migrantes y refugiadas. En Paraguay, Argentina y Uruguay, se distribuyeron kits escolares, que incluyeron útiles escolares y vestimenta escolar.
Para abordar el déficit generalizado en el acceso a una vivienda adecuada, el Sector de Alojamiento proporcionó soluciones temporales y de mediano plazo a 10.000 personas refugiadas y migrantes. Las soluciones incluyeron apoyo financiero y alojamiento temporal en Argentina (Buenos Aires y principales zonas fronterizas); en Montevideo, Uruguay; y en La Paz, Bolivia. En Uruguay, se ofreció vivienda transitoria en las principales ciudades de destino para quienes llegaban recientemente, junto con apoyo para el alquiler. También en Uruguay, se llevó a cabo un taller sobre acceso a vivienda en alquiler en conjunto con el Ministerio de Vivienda, y se publicó una guía integral de recursos siguiendo las recomendaciones del taller. En Paraguay, los socios brindaron apoyo financiero para cubrir necesidades de vivienda temporal y a largo plazo en Asunción y Central. En Bolivia, se distribuyeron kits de ropa de abrigo y asistencia en lugares como Pisiga y El Alto, junto con intervenciones de WASH, como la entrega de kits de higiene y tabletas de potabilización.
Se brindó asistencia en seguridad alimentaria a 15.400 personas. En Argentina, se distribuyeron kits de alimentos en Buenos Aires, Córdoba, Misiones y Jujuy; y en Bolivia, en La Paz, Beni, Cochabamba y Santa Cruz. En Uruguay y Paraguay, se entregaron alimentos y cupones en regiones fronterizas y principales ciudades de destino. Adicionalmente, el Sector de Nutrición en Bolivia proporcionó asistencia especializada a mujeres lactantes y niños, niñas menores de cinco años, alcanzando a más de 200 personas. Esta asistencia incluyó la entrega de suplementos nutricionales y micronutrientes específicos adaptados a sus necesidades.
En 2024, la Plataforma Subregional del Cono Sur de R4V registró un aumento en la participación de socios y una fuerte implicación de representantes gubernamentales en los cuatro países. Además, la Plataforma fortaleció las estructuras sectoriales y los liderazgos compartidos en Argentina, Bolivia y Uruguay, asignando roles de liderazgo a organizaciones especializadas, incluidas agencias de la ONU, ONG y OSC.
Cabe destacar que, en Argentina, las organizaciones lideradas por personas migrantes y refugiadas asumieron mayores roles de liderazgo en sectores clave como Integración, Educación, Salud y Necesidades Básicas. Estas organizaciones han desempeñado un papel crucial en la abogacía ante el gobierno, la difusión de medidas de regularización, la capacitación y apoyo a las comunidades, la evaluación de necesidades, la certificación de títulos y competencias, y la coordinación con actores regionales.
Lecciones aprendidas
En un contexto de financiamiento limitado en toda la subregión, uno de los principales desafíos para los socios del R4V fue la implementación efectiva de programas de integración a mediano y largo plazo. Además, los cambios en las estructuras gubernamentales y la alta rotación en agencias estatales en países como Argentina y Bolivia representaron un desafío adicional en cuanto a la continuidad de políticas, acuerdos sobre protección e integración, así como la coordinación efectiva con contrapartes gubernamentales clave. En 2024, la Plataforma inició esfuerzos para fortalecer los mecanismos de coordinación con autoridades provinciales y municipales (Provincia de Buenos Aires y varios gobiernos locales de Buenos Aires en Argentina; Canelones y Montevideo en Uruguay; Santa Cruz en Bolivia), particularmente en las zonas donde se implementan intervenciones, con el objetivo de garantizar una respuesta sostenible y adaptada localmente.
Cover photo by: R4V
Venezuelan family on the move after being evicted from their house in Soacha, Colombia. © NRC/Nadège Mazarserger
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