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REPORTE DE FIN DE AÑO RMRP 2024

resultados de la implementación del rmrp 2024

PERSONAS ALCANZADAS

En 2024, los socios del R4V alcanzaron a 1.49 millones de personas refugiadas, migrantes y miembros de comunidades de acogida afectadas en 17 países de América Latina y el Caribe (ALC), brindando una amplia gama de asistencia multisectorial.

El Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) 2024 fue implementado por 341 organizaciones, incluyendo agencias de la ONU, ONG nacionales e internacionales, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, entidades gubernamentales, actores del sector privado y organizaciones religiosas. Entre ellas, 47 fueron lideradas por personas migrantes y refugiadas.

Cabe destacar que la participación de organizaciones lideradas por personas refugiadas y migrantes como socios solicitantes aumentó a 64 en el RMRP 2025-2026, frente a 46 en el RMRP 2023-2024, lo que refleja una creciente localización y liderazgo de las comunidades afectadas.

 

MONITOREO DEL RMRP 2024

FINANCIAMIENTO DEL RMRP 2024

GrupOs DE TRABAJO Y TEMAS TRANSVERSALES

©IRC – PERU.

©UNHCR/ Mónica Peñaranda.

Información de R4V, el RMRP y organizaciones socias

©UNHCR

¿QUÉ ES R4V?

En abril de 2018, el Secretario General de las Naciones Unidas encargó a la OIM y al ACNUR coordinar la respuesta regional a la situación de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela. Como resultado, se estableció la Plataforma de Coordinación Inter agencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) como un foro para coordinar los esfuerzos de respuesta en 17 países de América Latina y el Caribe.

¿QUÉ ES EL RMRP?

Desde 2018, el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) ha servido como un plan estratégico regional de respuesta y una herramienta de incidencia para apoyar las operaciones a nivel país y subregional, y para garantizar que se atiendan las necesidades humanitarias, de protección e integración más urgentes de las personas migrantes y refugiadas en los 17 países cubiertos por R4V, así como las de las comunidades de acogida.

El RMRP 2024, un plan de respuesta basado en evidencia presentó prioridades operativas, actividades y requerimientos financieros para abordar las brechas que enfrentan las personas refugiadas y migrantes en la satisfacción de sus necesidades básicas. Estas brechas fueron identificadas en el Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes (RMNA) 2023, que utilizó recolección de datos primarios y análisis de datos secundarios en toda la región.

El siguiente plan de respuesta, el RMRP 2025-2026, fue lanzado en diciembre de 2024. En 2025, el plan tiene como objetivo alcanzar a 1.79 millones de personas, incluyendo migrantes, refugiados y comunidades de acogida afectadas. Un total de 229 organizaciones socias en los países R4V de América Latina y el Caribe están incluidas en el llamado.

 organizaciones socias del rmrp 2024

United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR) Adventist Development and Relief Agency (ADRA) Argentine Commission for Refugees and Migrants (CAREF) Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes Panamerican Health Organization/World Health Organization (PAHO/WHO) Red de Investigaciones en Derechos Humanos – CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) HELVETAS Swiss Intercooperation International Organization for Migration (IOM) Munasim Kullakita Foundation United Nations Population Fund (UNFPA) United Nations Children’s Fund (UNICEF) Manos Veneguayas Association Asociación Civil El Paso Jesuit Migrant Service (JMS) UruVene International Labour Organization (ILO) CPUED Idas y Vueltas Association Caritas Bolivia Red Cross Bolivia United Nations Entity for Gender Equality and the Empowerment of Women (UNWOMEN) Mirares Save the Children International (SCI) World Food Programme (WFP) Red Cross Argentina Fundación Scalabrini Bolivia Fundación Quimera HIAS Plataforma de Personas que Ejercen Trabajo Sexual Young Potential Development Ecuador SA (LAB XXI) SOS Children’s Villages Solidarity and Action Asociation Asociación Venezuela en Ecuador AC ActionAid CARE ChildFund International Permanent Human Rights defense Committee (CDH) Kimirina Coorporation Danielle’s Children Fund (DCF) Alas de Colibrí Foundation Foundation of the Americas (FUDELA) Educational Foundation Rada Lunita Lunera Foundation Panamerican Development Foundation Takuna Foundation Tarabita Foundation Terranueva Foundation Institute of Natural and Cultural Heritage (IPANC) Norwegian Refugee Council (NRC) United Nations Office of the High Commissioner for Human Rights (OHCHR) United Nations Development Programme (UNDP) Diálogo Diverso German Development Cooperation Agency GIZ Asociación Civil Lluvia Arcoiris Asociación de Venezolanos en Eloy Alfaro Asociación de Ciudadanos Migrantes Por Venezuela World Bank Development and Self-Management Center International Committee for the Development of People (CISP) COOPI – International Cooperation Foundation Corporación de Desarrollo de Ambato y Tungurahua Red Cross Ecuador Cuso International Caritas Ecuador Fundación Doña Milagros Ending Violence Against Migrants Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio Fundación Hermandad Integrada por la Solidaridad del Inmigrante Foundation for the Integration and Development of Latin America (FIDAL) Organized Front of Venezuelans for Service and Assistance Association Fundación Arupo AVSI Foundation CRISFE Foundation Fundación Esquel Fundación Haciendo Panas Fundación MUEVE Fundación Mujer & Mujer Humanity & Inclusion iMMAP Inc. IMPACT Initiatives (REACH) International Rescue Committee (IRC) Las Reinas Pepiadas

Mision Scalabriniana – Ecuador United Nations Programme for Human Settlements (UN Habitat) Plan International RET International Jesuit Refugee Service (JRS) United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO) United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC) World Vision World Council of Credit Unions Fundación Manos Venezolanas Fundación Honrar la Vida Asociación de Venezolanos y Refugiados en el Estado de Amazonas Associação Venezuelana em Campo Grande Casa Venezuela Irmandade sem Fronteiras Rede Internacional de Ação Comunitária – Interação Associação Venezuela Global Banho de Cidadania – Recife Caritas Rio de Janeiro Serviço Pastoral dos Migrantes do Nordeste Pastoral Service for Migrants National Caritas São Paulo Institute for Migration and Human Rights (IMDH) Jesuit Service for Migrants and Refugees (JSMR) ASBRAD – Associação Brasileira de Defesa da Mulher da Infância e da Juventude Caritas Brazil Caritas Manaus Associação Hermanitos Compassiva Mana Institute Museu A CASA Refúgio 343 IEB – Instituto Internacional de Educação do Brasil Caritas Parana Migrant Service Center (CAM) Fraternity Without Borders Center for Integrated Studies and Programs for Sustainable Development (CIEDS) Fraternity – International Humanitarian Federation Salvation Army Vale da Benção Educational and Charitable Association (AEBVB) Missão Paz Caritas Switzerland Movimiento de Integración y Liberación Homosexual International Federation of the Red Cross (IFRC) Caritas Chile Amigos Migrantes Sin Fronteras ONG Migrantes por el Maule Inmigrante Feliz Association Compromiso Migrante INCAMI – Instituto Católico Chileno de Migración Danish Refugee Council (DRC) Fundación Humano y Libre Asociación de Venezolanos en México ASOCIACION DE EMPRESARIOS VENEZOLANOS EN MÉXICO Asociación de Mujeres Venezolanas en México City of Knowledge Fundación Activados Panamá Fundación Espacio Creativo Joint United Nations Programme on HIV/AIDS (UNAIDS) Panamerican and Caribbean Union for Human Rights Coalición por Venezuela Action against Hunger OXFAM Acción y Desarrollo Sección Peruana de Amnistía Internacional Angeles del Camino Asociacion Proteccion Poblacion Vulnerable Apurimac ETS ASOCIACIÓN DE VENEZOLANOS EN TRUJILLO Centro de Atencion Psicosocial (CAPS) Asociación Caritas Madre de Dios Caritas Peru Ronald McDonald House CCEFIRO Association Centro de Desarrollo Humano CEDRO CESAL CHS Alternativo Consejo Interreligioso del Perú – Religiones por la Paz Red Cross Peru Encuentros SJS (Servicio Jesuita de la Solidaridad)

Asociación Fundación contra el Hambre Perú Foro Salud Callao Hanns-Seidel-Stiftung Instituto de Democracia y Derechos Humanos – Pontificia Universidad Católica del Perú Instituto de Promoción del Desarrollo Solidario Lutheran World Relief MAG-The Bay Movimiento Migrante OCASIVEN Pasos Firmes Programa de Soporte a la autoayuda de personas seropositivas Asociación Quinta Ola Asociación Misioneros de San Carlos Scalabrinianos Si, Da Vida Partners in Health German Sparkassenstiftung Latin America and the Caribbean (DSIK) TECHO Terre des Hommes Suisse Cayetano Heredia University Unión Venezolana en Perú VeneActiva Venezuelan’s International Care Assistance ASOCIACIÓN VENEINTEGRA We World GVC Blumont Centro de Servicios para al capacitación Laboral y el Desarrollo Japan Agency for Development and Emergency Más Igualdad Perú PRISMA Fundación Pro-Integración Inclusión y Participación VeneAruba Solidaria Caritas Willemstad Human Rights Defence Curaçao Salú pa Tur Foundation Venex Curaçao Foundation Asociación Aves Colonia Foundation of Venezuelans in the Dominican Republic (FUNCOVERD) Dominican Institute for Integrated Development Heartland Alliance International (HAI) Fundación Venezolanos en San Cristóbal Globalizate Radio Venezuelan Emigrant Foundation (FEV) Rape Crisis Society of Trinidad and Tobago Living Water Community Caribbean Centre for Human Rights Catholic Commission for Social Justice/Archdiocese’s Ministry For Migrant And Refugees La Casita Hispanic Cultural Centre The Heroes Foundation Chosen Hands (Arts and Wellness Program) ACTED Alianza por la Solidaridad Caritas Germany Red Cross Colombia Diakonie Katastrophenhilfe Lutheran World Federation Halü Bienestar Humano Foundation (HALU) Fundación Operación Libertad Internacional Fundación Venezuela & Colombia Samaritan’s Purse Solidarités International ZOA ASOCIACIÓN ALAS DE LIBERTAD MANOS DE AMOR, BENDICIONES Y GRATITUD Asociación Mujeres Positivas Activas Asociación Deredez por las victimas de frontera connacionales IsraAID Corporación Dios nos Brinda una Segunda Oportunidad Fundación Aires de Esperanza Fundación RadaBer Profamilia Association Corporación Alianza Humanitaria Tricolor De Pana Que Sí Fundación Cultural Simón Bolívar Fundación Sin Frontera Manizales GOAL LLANOVENCOL Malteser International Mercy Corps United Nations Food and Agricultural Organization (FAO) FUNDACION REDHUMANIST Fundación Alianzas Solidarias Fundación Brisas del Norte Fundación Tierra de Paz Welcome Venezuela Americares Foundation MedGlobal

Patricia salió de Venezuela sin saber que nunca regresaría. Como microbióloga, su trabajo la llevó a una conferencia en Costa Rica, donde se vio obligada a quedarse después de que su esposo le advirtiera que su seguridad en casa estaba en riesgo.

Estuvo sola durante nueve meses mientras trabajaba para traer a su familia, comenzando desde cero. Primero encontró una casa vacía donde vivir, donde lloraba cada noche antes de dormir, pero una red de amistades costarricenses la ayudó a reconstruir su vida. “Llegaron con camas, una nevera, una cafetera, una licuadora, sábanas, toallas, ropa…”, recuerda Patricia. “No tenía cómo agradecerles lo suficiente.”

Cuando su familia llegó, la adaptación no fue nada fácil. Sus hijos enfrentaron discriminación en la escuela. Su esposo tuvo que aprender a hornear, ya que su título de contador aún no ha sido reconocido. Patricia, con determinación, perseverancia y el apoyo de organizaciones, incluidas las socias de R4V, que la ayudaron a estructurar su negocio y obtener capital inicial, abrió su propio consultorio, ofreciendo desde acupuntura hasta reiki para restaurar la salud de sus pacientes.

Hoy, tras superar el inmenso desafío emocional de empezar de nuevo, se sienten agradecidos. En Costa Rica han encontrado calidez, estabilidad, seguridad y libertad: “Mientras esperábamos nuestra residencia, no podíamos viajar. Ahora, sueño con recorrer el mundo y compartir lo que sé.”

Miguel Henríquez llegó a Chile con la esperanza de darle a su hija, Sofía, una vida mejor. Nacida con una discapacidad, no había estado recibiendo la atención que necesitaba en Venezuela. Miguel emprendió el viaje primero, pero debido a cambios en las regulaciones de visado, tuvo que esperar siete meses antes de reunirse con su esposa e hija.

Su trayectoria como distinguido profesor de violín y director de orquesta, junto con el apoyo de familiares y amigos, fueron elementos clave para que Miguel encontrara trabajo en una escuela. Al establecerse en esta nueva etapa, se propuso una meta ambiciosa: crear una orquesta de cuerdas. Hoy, esa visión no solo es una realidad, sino un espacio vibrante de transformación social, que reúne a 80 estudiantes de diversas nacionalidades y a un equipo de educadores chilenos y extranjeros. Miguel ha podido seguir su pasión mientras inspira a sus alumnos y les enseña valores como la disciplina, el trabajo en equipo y el respeto.

Su historia es un testimonio de resiliencia y del poder del arte. A través de la música, reconstruyó su vida en un nuevo país, aseguró la atención y educación que su hija necesitaba, y dejó una huella duradera en la comunidad que lo acogió. “Como migrantes, hemos cruzado una línea que alguien dibujó alguna vez para dividirnos. Es nuestra responsabilidad contribuir para que esas divisiones desaparezcan para siempre”, reflexiona.

Adriana llegó a Colombia en 2019 junto a su esposo e hijos en busca de un futuro mejor, dejando atrás su vida en Venezuela como maestra de primaria. Cruzaron la frontera a pie y recorrieron varias ciudades antes de establecerse en Bogotá. “Vendíamos comida en la calle, pero muchas veces no era suficiente para pagar el alojamiento”, recuerda Adriana. A pesar de la incertidumbre y la distancia de sus seres queridos, nunca se rindieron.

Con el tiempo, Adriana encontró una oportunidad que le cambió la vida a través de “Conduciendo Juntos”, un programa liderado por la Alcaldía de Bogotá y una organización socia de R4V. La iniciativa ayuda a personas refugiadas y migrantes a conseguir empleo formal como conductores del transporte público.

Aunque nunca había manejado un vehículo, Adriana aceptó el reto y se formó para convertirse en operadora de bus zonal. “Estaba llena de dudas y miedo”, admite, “pero recibí apoyo en cada paso del camino. Tuvimos acceso a asistencia psicosocial, ayuda económica, formación profesional y financiamiento para obtener nuestras licencias de conducción.” Su esposo también consiguió trabajo en el mismo sistema de transporte.

Hoy, con acceso a salud, educación y beneficios laborales, la familia ha logrado estabilidad y se siente plenamente integrada en la comunidad. Con optimismo y determinación, siguen construyendo su futuro en Colombia, agradecidos por las oportunidades recibidas y comprometidos a contribuir al país que los ha acogido.

Aunque Ana Graciela estudió Derecho en Venezuela, a los 43 años, y ahora viviendo en Perú, descubrió un nuevo camino en la vida a través de la repostería y la cocina venezolana, junto a su pareja, Kathy. Kneading Dreams es un emprendimiento que nació de un antojo: Ana Graciela quería tequeños, y Kathy, con sus habilidades culinarias, los preparó a la perfección. Inspiradas por ese pequeño éxito, invirtieron una pequeña cantidad de capital, compraron más ingredientes y lanzaron su negocio.

Hoy, Kneading Dreams no solo las sostiene en Perú, sino que también les permite apoyar a sus familias en Venezuela. Sus jornadas laborales comienzan a las 4:00 a.m. y pueden extenderse hasta las 11:00 p.m., pero cada sacrificio ha valido la pena. “A través de nuestra comida, hemos logrado tocar los corazones y los paladares de nuestros clientes, tanto peruanos como venezolanos”, explica Ana Graciela.

Sueñan con seguir creciendo y consolidarse en Perú, un país que las ha recibido con calidez y las ha hecho sentir como en casa. El nombre de su negocio refleja su recorrido: como la masa, los sueños se moldean con paciencia y dedicación.

Alberto llegó a República Dominicana hace siete años con solo 100 dólares en el bolsillo. Viajó con un par de amigos, pero ninguno conocía a alguien en el país. Cuando se les acabó el dinero, se quedó sin lugar donde dormir y pasó días enteros buscando trabajo. A pesar de la incertidumbre, nunca se rindió y finalmente consiguió empleo en la construcción, donde tuvo que soportar condiciones laborales precarias.

A medida que los desafíos aumentaban, sus amigos decidieron regresar a Venezuela, pero Alberto eligió quedarse y seguir luchando por un futuro mejor. Aunque fue difícil permanecer solo, tuvo la suerte de conocer a Rachel, una mujer dominico-venezolana cuya solidaridad terminó salvándole la vida. “Me enfermé gravemente, sufrí problemas renales y contraje COVID. Casi muero”, recuerda Alberto José. “Ella estuvo ahí para mí, sin pedirme nada a cambio, ni por la comida ni por el alquiler. Todo lo que hizo fue desde su generoso corazón.”

Rachel se convirtió en una figura materna durante ese momento crítico, y gracias a su apoyo, Alberto José encontró la fuerza para recuperarse y seguir adelante. Hoy ha reconstruido su vida y trabaja en el restaurante de Rachel, mientras lucha por cumplir su sueño de reunirse con sus hijos, a quienes tuvo que dejar en Venezuela.

A los 38 años, Delismar tomó la difícil decisión de salir de Venezuela con su hija de dos años, con la esperanza de reunirse con el padre de la niña en Ecuador. El viaje fue cinco días de angustia y desesperación; partió con poco dinero y escasos suministros, sin el permiso de salida necesario para su bebé, cruzó ríos violentos y peligrosos, y se encontró con personas hostiles que no mostraron compasión.

A pesar de tener un título en enfermería, Delismar asumió diversos trabajos en Ecuador para mantener a su familia, luego de que el padre de su hija se fuera a otro país poco después de su llegada. Una vez que logró cierta estabilidad, impulsada por su pasión por ayudar a los demás, lanzó una iniciativa para empoderar a las mujeres de su comunidad, muchas de las cuales eran sobrevivientes de violencia basada en género.

Su proyecto, Unión de Mujeres Venezolanas, Ecuatorianas y Colombianas Tejiendo Esperanza, ofrece redes de apoyo, talleres de emprendimiento y crianza, encuentros culturales, brigadas médicas y donaciones de ropa. También creó una biblioteca infantil para la comunidad y una escuela de fútbol y música para jóvenes locales.

Para hacer realidad su visión, Delismar ha recibido apoyo de organizaciones humanitarias y de desarrollo, pero sobre todo ha contado con su inquebrantable determinación, convirtiéndose en un pilar de fortaleza para toda una comunidad. Su historia es un testimonio del poder de la resiliencia y del papel que pueden desempeñar los migrantes como agentes de cambio y esperanza. “Todos piensan que la migración es algo terrible, pero no lo es”, dice Delismar. “Yo vine con un proyecto y me prometí que lo llevaría a cabo. Si tenía que romper barreras, lo haría.”

Emily y Rafael tuvieron que vender su carro cuando tomaron la difícil decisión de salir de Venezuela en busca de una vida mejor para sus hijos. Era la única forma en que podían costear el viaje a Brasil. Después de una emotiva despedida, comenzó su arduo recorrido. “El viaje fue terrible”, recuerda Rafael. “Los niños lloraban, pedían agua, ni siquiera podíamos llevarlos al baño. Además, el autobús era extremadamente pequeño y no tenía aire acondicionado.”

Encontraron esperanza en Brasil, donde fueron recibidos con apoyo humanitario y se les brindó acceso a documentos legales, alojamiento y servicios esenciales. También recibieron atención médica, lo cual fue especialmente crítico para Rafael. Él perdió una pierna en Venezuela y necesitaba una nueva prótesis algo que había sido imposible de obtener en su país.

Ahora, bajo la Operación Acogida del gobierno, que cuenta con el respaldo de los socios de R4V, esperan una asignación laboral que les brinde la estabilidad que necesitan. Se quedaron en un alojamiento mientras esperan ser reubicados en una ciudad con oportunidades de empleo. Rafael, ex administrador público en Venezuela, está dispuesto a aceptar cualquier trabajo que le permita mantener a su familia: “Todo lo que necesito es un trabajo digno para poder darles una buena educación a mis hijos.”

Cada noche se preguntan cuándo volverán a ver a sus seres queridos, pero están seguros de que tomaron la decisión correcta. Agradecidos con Brasil, han comenzado a aprender portugués para aportar sus habilidades y esfuerzo al país que los acogió. “Todavía no entiendo el portugués, y es difícil”, admite Rafael, “pero tenemos que adaptarnos porque sabemos cuánto podemos lograr aquí.”

Oriana, de 22 años, llegó a Argentina con su familia a los 17. Siendo menor de edad en Venezuela, nunca había trabajado, por lo que la búsqueda de su primer empleo la llenaba de ansiedad. “Una mujer me pidió que repartiera volantes en un centro comercial”, recuerda Oriana. “Cuando regresé sin ninguno, en medio de una fuerte tormenta, se sorprendió y me ofreció trabajo en su salón de belleza.”

Aunque tuvo que sacrificar su tiempo libre para estudiar y trabajar al mismo tiempo, ese empleo le permitió obtener los documentos necesarios para vivir en Argentina y aprender gran parte de lo que hoy sabe sobre estética. Adquirió tanto conocimiento que, un día, encontró el valor para independizarse y comenzar su propio negocio. “Antes de poder lanzar mi emprendimiento económicamente, trabajé mucho”, explica Oriana. “Hacía horas extras, cubría turnos en otros locales e incluso trabajaba los domingos.”

Comenzó ofreciendo servicios a domicilio, pero eventualmente logró alquilar un espacio para su estudio. Gracias a su dedicación y a los cursos de emprendimiento que recibió de organizaciones socias de R4V, ha logrado establecer su negocio con éxito. Ahora, con residencia permanente y estudios en cosmetología, Oriana continúa expandiendo su emprendimiento y fijándose nuevas metas. “Amo lo que hago”, dice. “Lo que más me gusta es ver felices a mis clientas.”